17 de mayo de 2010

El Niño de Sumeria

Todo empezó cuando un niño sumerio tomó un palo y destruyó los ídolos en la casa de su padre…

Idolatria, es una palabra fea… pero ¿Por qué la Kabalah la convierte en un pecado cardinal, exigiendo la extirpación total de la misma de cada esquina del mundo? 

Idolatria, es una palabra griega εἰδωλολατρεία eidololatreia, que significa adoración de imágenes en otras palabras considerar a la imagen como objeto de culto, a donde van dirigido honores, danzas, canticos u otras formas de homenaje. Así pues en su nivel más llano y puramente literal el concepto implica el acto de considerar algo como objeto directo de culto.

Pero la idolatria es algo más profundo, y surge al confundir el “símbolo” con lo que representa, por incapacidad de elevarse hasta su significación puramente intelectual, es “ignorancia” y por tanto una enfermedad. 

Cuando ya no se ve del símbolo más que su forma exterior, su razón de ser y su eficacia han desaparecido; el símbolo ya no es más que un "ídolo", es decir, una imagen vana objeto de culto, y su conservación no es más que mera superstición.  

Tomemos ejemplo del TaNaK, primeramente en la parashat Jukat:

Partieron del monte de Hor, por el camino del mar Rojo, para rodear la tierra de Edom, y el pueblo se impacientó por causa del viaje. 
 
Y el pueblo habló contra Dios y Moisés: ¿Por qué nos habéis sacado de Egipto para morir en el desierto? Pues no hay comida ni agua, y detestamos este alimento tan miserable. 

Y el Eterno envió serpientes abrasadoras entre el pueblo, y mordieron al pueblo, y mucha gente de Israel murió.  Entonces el pueblo vino a Moisés y dijo: Hemos pecado, porque hemos hablado contra el Eterno y contra ti; intercede con el Eterno para que quite las serpientes de entre nosotros. 

Y Moisés intercedió por el pueblo.  Y el Eterno dijo a Moisés: Hazte una serpiente abrasadora y ponla sobre un asta; y acontecerá que cuando todo el que sea mordido la mire, vivirá. 

Y Moisés hizo una serpiente de bronce y la puso sobre el asta; y sucedía que cuando una serpiente mordía a alguno, y éste miraba a la serpiente de bronce, vivía.


Tras la crítica del pueblo en contra de Hashem y de Moshé por la vida en el desierto, el Todopoderoso castiga al pueblo con una plaga de serpientes. 

Esa serpiente símbolo por su lengua de las habladurías que, como explicaron nuestros Sabios la mordida de la serpiente a diferencia de los demás animales, es sin beneficio para la propia serpiente, así como lo es la habladuría que generalmente es realizada sin ningún beneficio por parte de quien habla y su cura, nos cuenta la Torá, fue mirar a una serpiente de cobre, ya que el remedio a la habladuría es poner atención a los hechos.  

Si nos preguntáramos qué beneficio tenemos de los mismos, en su mayoría no hablaríamos, pues no encontraríamos no solamente bien a los mismos sino el daño para con los demás y para con nosotros mismos.  En ese concepto fue que el rey David no encontró el cómo empezar sus alabanzas a Hashem en los Salmos, sino con la crítica a los bufones y así nos dijo: “Feliz es el hombre que no ha andado en el consejo de los malvados, ni se ha detenido en el camino de los pecadores, ni se ha sentado en el asiento de los escarnecedores”.
Pero es interesante lo que hallamos escrito en:


Y aconteció que en el año tercero de Oseas, hijo de Ela, rey de Israel, comenzó a reinar Ezequías, hijo de Acaz, rey de Judá.  Tenía veinticinco años cuando comenzó a reinar, y reinó veintinueve años en Jerusalén. El nombre de su madre era Abi, hija de Zacarías.  Él hizo lo recto ante los ojos del Eterno, conforme a todo lo que su padre David había hecho.  Quitó los lugares altos, derribó los pilares sagrados y cortó la Asera. También hizo pedazos la serpiente de bronce que Moisés había hecho, porque hasta aquellos días los hijos de Israel le quemaban incienso; y la llamaban Nehustán.  Confió en el Eterno, Dios de Israel; y después de él, no hubo ninguno como él entre todos los reyes de Judá, ni entre los que fueron antes de él,  porque se apegó al Eterno; no se apartó de Él, sino que guardó los mandamientos que el Eterno había ordenado a Moisés. 2 Melajim 18,1-6  

Cuando se pierde la relacion con el simbolo, se cae en Idolatria, transformando al objeto en un vulgar Idolo, que a la final será destruido.

El deseo de riquezas también es una forma de idolatría. Mientras exista este deseo, el mundo se encontrará bajo la sombra de la ira (jaron af). Pero cuanto más se lo elimine, más se liberará al mundo de la cólera que entonces brillará con la bendición de Su amor. El espíritu de Mashíaj comenzará a difundirse, la comprensión se expandirá y será como si se hubiera reconstruido el Santo Templo. Entonces se revelarán nuevos horizontes de Torah, la Torah destinada a ser revelada en el futuro. 

La gente obsesionada con la idea de la riqueza carece de fe en que el Santo, bendito sea, tiene el poder de darle el sustento sin trabajo de su parte. Por ello se involucran en toda clase de negocios complicados buscando una ganancia extra. Es así que pese a su gran afán y trabajo, terminan comiendo su pan con ansiedad. Están constantemente preocupados y deprimidos. Lo que sucede es que se han unido al "rostro de las fuerzas del Otro Lado" el dominio de la oscuridad, de la depresión, de la idolatría y de la muerte.

Lo que queremos hacer ver con todo lo anterior, es que la Idolatria, no esta referida solamente templos gigantescos, con grandes imágenes, y sacrificios humanos. Sino a un idolatra común, en el aislamiento de su propio hogar. Con un trabajo, una familia, una creditos por pagar, y en vez de fidelidad a Di-s, él la tiene con Idolos, con dos, tres o incluso varias docenas.

En español, decimos "Fe" por "Emunáh", y nos confundimos en abstracciones vanas. Fe y Fidelidad tienen origen común en el latín "Fidelitas": y lo que llamamos fidelidad, sólo puede ser manifestación de lo que llamamos fe “Emunah” es decir tener absoluta certeza en Dios. 

Decimos de D-os: "Rishón", Cabeza y Principio de Todo. Y "Ajarón": la Finalidad de Todo.

Desde antes que hubiera el mundo, hay tiempo, aunque en un inicio no hubiera sucesión. En un punto determinado del tiempo potencial, se revela la Creación: desde lo potencial, habrá desde entonces una realidad manifiesta.

La fidelidad es una noción que en su nivel más abstracto implica una conexión verdadera con una fuente Su significado original está vinculado a la lealtad de una persona para con un señor o un rey.

En los dichos de Exodo 20, el mandamiento establece que solo se debe adorar a Dios, es decir la torah ordena la Fidelidad absoluta para con D-os, es decir honrar y amar al extremo unicamente a D-os, poner a un lado la razón y la voluntad personal y cumplir con los mandatos Divinos, con la aceptación interior absoluta y total de Su yugo, mandamientos que incluyen otras formas de amor y honra, que la Torah promulga como la que se debe dar al projimo u a los padres, gobernantes y lideres.

Aquí está la historia de Abraham, el primer Yehudí:

Térah fabricaba y vendía ídolos de barro. Una vez tuvo que salir y dejó el taller al cuidado de su hijo Abraham. Entró un anciano y pidió un ídolo. 

¿Cuántos años tiene? le preguntó Abraham. 

Noventa y uno, contestó el anciano. 

Entonces, ¿cómo puede adorar una figurilla de barro que fue hecha hace sólo unas horas? 

El anciano se marchó sin llevarse nada. Vinieron otros clientes. A todos Abraham les preguntaba la edad que tenían y cómo podían rendir culto a algo recién fabricado. Y todos se iban con las manos vacías. 

Al caer la tarde acudió al taller una anciana con una bolsa de harina, que puso delante de una de las figuras. Era demasiado pobre para poder comprarla y venía a adorarla al taller. Entonces, Abraham tuvo una idea. Cogió un hacha y rompió en pedazos todas las figuras, dejando sólo la más grande. Luego puso el hacha en manos de ésta y colocó la harina delante de ella. 

¡Qué desastre! exclamó Térah a su regreso ¿Cómo ha ocurrido?

"Vino una mujer a ofrecer esto a los ídolos. Uno se levantó y dijo que él debía comer primero que los demás, pero otro dijo lo mismo, por lo tanto el más grande tomó este palo y destruyó a todos los demás", explicó Abraham.

¡Mientes! Hijo, no te burles de mí, ambos sabemos que estos ídolos no son más que un trozo de material, no pueden hablar ni levantarse unos contra otros Lo has hecho tú. Dijo Térah. 

Es cierto replicó Abraham. Pero en este caso, Que tus oídos escuchen lo que dice tu boca, ¿por qué los adoras, si son simples cacharros? 

Pero recuerde, el hecho de no adoran figuras de barro, no implica la no existencia de Idolatria. Idolo no es solo la figurilla, es todo lo que usted ponga delante de su absoluta fidelidad a D-os, y hoy en día la cuestión es más sútil, e incluso de la Torah, han utilizado para construir la Idolatria, como dice el Zohar al referirse a la Multitud Mixta “Esta Gente, construyeron Sinagogas, y casas de estudio, poniendo el Rollo de la Torah en lo alto y una Corona en su parte Superior, pero no en Nombre del Eterno, sino para hacerse ellos un nombre”.

Abraham desafió esa jerarquía. Le enseñó a cada persona a clamar el nombre del único Di-s creador de los cielos y la tierra, que juzga los actos de todos los hombres por igual, desde el rey más importante hasta el más humilde de los siervos. Volviendo a poner al Di-s original nuevamente en el mundo, Abraham recreó a la "persona" un ser humano que tiene valor sólo por estar en el mundo. O usted sirve a estos dioses, engañándolos o sobornándolos, como ellos mismos están habituados a actuar entre sí. Después de todo, ninguno de ellos es supremo, ninguno es todo poderoso. Por consiguiente, cualquier cosa puede justificarse. 

Escucha Israel, Hashem es nuestro Elohim, Hashem es Uno.

Con estas palabras, convivimos todos los dias y toda nuestra vida.

4 de mayo de 2010

Orot y Olamot.


Los cinco niveles o estratos del alma son: Nefesh, Rúaj, Neshamá, Jayá y Yejidá,  y estos con su infinidad de gradaciones son los grados de la Luz del Infinito (Or Ein Sof) revestidos en la conciencia, voluntad y deseos del hombre.
 
Estos cinco grados son las Luces, Orot, que luego van a iluminar gradualmente los ocultamientos producidos por el acto del Tzimtzum, contracción original del deseo de recibir la Luz del Infinito (Or Ein Sof) en los 5 mundos denominados: Adam Kadmón, Atzilút, Briá, Yetzirá y Assiyá.
 
Para entender lo anterior tenemos que tener presente que mundo en hebreo, se dice Olam, y esta proviene a su vez del verbo Lehialém que significa ocultar. Es decir, los mundos son grados de ocultamiento de la Luz del Infinito (Or Ein Sof) y así cada mundo es un ocultamiento de su estado precedente, y el mundo superior es a su vez generador y causante de su inmediato inferior.
 
La relación entre los mundos está regida por la ley de causa y efecto, siendo que todo lo que sucede en los mundos inferiores es el resultado de cómo éstos reciben lo superior, y no cómo lo superior es en sí mismo. La única posibilidad de que los mundos inferiores expandan sus límites y se unifiquen con los superiores es elevándose hacia ellos.
 
Esto sólo se logra refinando nuestros deseos, nuestra voluntad y conciencia, pero la realización de este proceso requiere el conocimiento y la puesta en práctica de los aspectos fundamentales de la Sabiduría de la Kabalá, que son:
 
Maase Bereshit (Obra del Inicio) se refiere al estudio de las Emanaciones, y al conocimiento y conciencia de los mundos, planos y grados que rigen la Creación, que en el lenguaje de la Kabalá ellos son designados con nombres muy precisos que indican, para el iniciado (recordando el caracter de iniciación de la Kabala), la distancia espiritual con respecto a los estados superiores y al origen, el Infinito Ein Sof.

Este estudio introduce al iniciado en los diferentes grados y voluntades existentes, y depende del esfuerzo personal de éste para que dicho estudio trascienda el plano mental (racional) y pase a ser espiritualmente aplicable.
 
Maase Merkaba  (Obra de la carroza) se refiere al trabajo espiritual del hombre en su ascenso gradual por los mundos. Las técnicas de meditación Kabalistas, cuyo unico objetivo es buscar, encontrar y revelar a D-os en nuestras vidas. El trabajo espiritual conciente consiste en que nuestro deseo de recibir sea un deseo de recibir para dar. De esa forma elevamos nuestro pequeño y limitado mundo al Infinito, Ein Sof, donde todas las almas son Una y todos los mundos, son Uno.

Cada una de estas Luces, Orot, (Nefesh, Ruaj, Neshama, Jaya y Yehida) o estratos del alma llenan e iluminan los Mundos, Olamot, (Assiyah, Yetzirah, Briah, Atzilut y Adam Kadmon)
 
Adám Kadmón es un término prestado de la forma humana y significa “Hombre Primordial”. Kadmón denota “ser el primario de todos los primarios”. Este Mundo también se denomina el Plano de Keter Elión (Keter Supremo), la “luz clara y lúcida” frecuentemente llamada Tzajtzajot implicando las “puras y lúcidas sefirot que están ocultas y escondidas”.
 
Atzilut, el Mundo de Emanación. El término se deriva de la raíz “étzel” “cercanía” (Números 11,17 y Eclesiastés 2,10) En Olám Atzilút mundo de la Emanación, la polaridad masculino- femenina, a pesar de no manifestarse como tal, existe ya en potencia. El olám Atzilút se denomina también olám haTikún mundo de la corrección del deseo de la Neshamá.
 
Briah, el Mundo de Creación;
 
Yetzirah, el Mundo de Formación;
 
Assiyah, de Mundo de Acción.

Adam Kamon es el primer Mundo que recibe la Luz del Infinito, Ein Sof, y que se manifiesta luego del primer tzimtzúm, por tanto es la Emanación más prístina, con todo es tan sublime que en un cierto sentido se puede hablar de él como de completamente unido al Ein Sof.  Se denomina también, línea única kav ejád, ya que recibe toda la realidad en forma completa.
 
Adám Kadmón es el aspecto anterior a la polaridad masculino-femenina, ni siquiera todavía en potencia; por lo tanto no puede generar un espacio para que los mundos inferiores (Briá, Yetzirá y Assiyá) se manifiesten. Estos tres mundos crean, forman y hacen, respectivamente, el pensamiento, la emoción y los actos (Neshamá, Rúaj y Néfesh).

En Adám Kadmón la Luz Infinita ilumina con tanta intensidad que solamente es posible aprehenderlo mediante grados muy elevados del alma (Yehidá).
 
Atzilut es la etapa que sigue a Adám Kadmón, por lo tanto adicionalmente apartado del Ein Sof. Este Mundo recibe su vitalidad (la Emanación Divina y fuerza vital) vía Adám Kadmón, por lo tanto en medida menor y menos intensa que Adám Kadmón mismo.

Pero Atzilut todavía está en tal proximidad con el Ein Sof que también él es “uno con él”, siendo, en efecto, Divinidad.

Briah está apartado un grado más, y recibe su vitalidad a través de Atzilut, por lo que ésta es en menor medida y menos intensa que en Atzilut. De hecho, el pleno efecto e intensidad del Tzimtzum recién es perceptible en este Plano.
 
Aunque los aspectos particulares y categorías del Tzimtzum son demasiado numerosos para ser contados, y generalmente son de muchas clases diversas, hay, sin embargo, tres niveles de poderosa y abarcante contracción y condensación que dan origen a los tres Mundos inferiores.

El Mundo de Atzilut (y Adám Kadmón) es Divinidad Misma. Así, cuando se habla de un Masaj o Prasá (“cortina”; “cobertura”) separando entre Atzilut y Briah (y entre los mundos subsiguientes). Esto denota la inmensa distinción y separación entre estos niveles. Yetzirah está todavía más apartado, y deriva su vitalidad a través de Briah, y Assiah es el más apartado y recibe su vitalidad por medio de Yetzirah.
 
Rabí Moshé Cordovero tzl,  lee estas diferencias entre los Mundos en sus mismos nombres. Sugiere que el término Atzilut también se relaciona con la preposición étzel (cerca), denotando así la cercana proximidad “al grado de unidad” de las sefirot de Atzilut con su Fuente. El relaciona Briah con el versículo “Pero si Di-s (crea una creación)” (Números 16:30), con la connotación de llamada a existencia de algo nuevo, a partir de la nada. Por lo tanto, Briah es radicalmente diferente y apartado de Atzilut. A Yetzirah lo relaciona con el versículo: “y Di-s, el Señor, formó al hombre del polvo del suelo” (Génesis 2:7). Yetzirah, entonces, se relaciona con el “polvo del suelo”, un nivel inferior, mucho menos espiritual, que Briah. Assiah es explícito por sí mismo, como el más material y perceptible de estos términos, y esto también es sugerido por su aparición como tercero y último en el antes mencionado versículo de Isaías 43:7.

Atzilut es la etapa que sigue a Adám Kadmón, por lo tanto adicionalmente apartado del Ein Sof. Este Mundo recibe su vitalidad (la Emanación Divina y fuerza vital) vía Adám Kadmón, por lo tanto en medida menor y menos intensa que Adám Kadmón mismo. Pero Atzilut todavía está en tal proximidad con el Ein Sof que también él es “uno con él”, siendo, en efecto, Divinidad. Briah está apartado un grado más, y recibe su vitalidad a través de Atzilut, por lo que ésta es en menor medida y menos intensa que en Atzilut. De hecho, el pleno efecto e intensidad del Tzimtzum recién es perceptible en este Plano. 



Adaptación.
Conceptos misticos del Jasidismo. Rabi Jacob Immanuel Schochet
Enseñanzas del Rabi Jaim Zukerwar Tzl. Programa Halel.
Enseñanzas del Rabi Itzjak Ginsburg. Gan Enain

 
ste Plano.