8 de abril de 2014

Soy Responsable de mi Vida.

En este post voy a usar un lenguaje poco ortodoxo en base a los conceptos, pero quiero compartirlo con todos, puede que suene feo para algunos. 

En Kabbalah estudiamos que hay dos formas de aprender, que en realidad es una sola: 

A través del Conocimiento de la Ley Divina. 
A través de la experiencia concreta, y el sufrimiento. 

La que numeramos como “segunda”, en realidad no es una forma de Aprender, es un mecanismo que hace que el hombre retorne a la primera y única forma de Aprender Verdaderamente. Es decir que los sufrimientos que le producen los actos “fuera de la Ley”, hagan recapacitar al hombre, y escoja vivir de acuerdo a la “Ley Divina”. En esto radica el “Libre Albedrio” en escoger si Aprendo siguiendo las leyes objetivas que rigen la Creación o si por otro lado, escojo descubrir por mi mismo a través del sufrimiento, cuáles son esas leyes. La base bíblica de esto, la hallamos en el verso:

“…Mira, yo he puesto hoy delante de ti la vida y el bien, la muerte y el mal…” búscate una Biblia y léelo en su contexto en Deuteronomio (Devarim) 30:15ss.

Es decir que tu Bejirah (tu libre albedrio) radica fundamentalmente en escoger entre la Vida (Vivir de acuerdo a la Leyes Objetivas que rigen la Creación) o la Muerte (Sufrimiento producto de la experiencia concreta).

De manera general estas “Leyes”, como está escrito: “El te ha declarado, oh hombre, lo que es bueno. ¿Y qué es lo que demanda el Eterno de ti, sino sólo practicar la justicia, amar la misericordia, y andar humildemente con tu Dios?” Miqueas (Mijá) 6:8.

El oponente te engaña, haciéndote ver que requieres cosas que realmente no necesitas, y te hace empecinarte, para que Sufras, cuando se aproximen las consecuencias de tus actos fuera de la Ley, fuera de Tu Ley, de tu plan, y de tus Objetivos, trazados como alma cuando encarnaste. Pero una cosa si es cierta: Tú se lo permitiste, tú escogiste aprender con la experiencia concreta. Las protecciones No te sirven porque funcionan en base a Tu libre Albedrio, y a la final Tu mismo escogiste aprender Sufriendo, al final también está escrito: “No tentaras al Eterno vuestro Dios, como le tentaste en Masah” Deuteronomio (Devarim) 6:16. El Eterno es tu Guardián, pero por eso no vas a exponerte innecesariamente, presa de la Posesión de un “espíritu de Locura”, de la inclinación al mal que hace que el hombre se exponga al peligro y a su propia destrucción.

Es Simple, y muy duro (Lo siguiente me lo copie de una página y me pareció muy adecuado):

Tú eres el resultado de ti mismo. No culpes a nadie, nunca te quejes de nada, ni de nadie, porque fundamentalmente tú has hecho tu vida.

Acepta la responsabilidad de edificarte a ti mismo, y el valor de acusarte en el fracaso para volver a empezar corrigiéndote, el triunfo del verdadero hombre, surge de las cenizas del error.

Nunca te quejes del ambiente o de los que te rodean, hay quienes en tu mismo ambiente supieron vencer. Las circunstancias son buenas o malas según la voluntad y la fortaleza de tu corazón; aprende a convertir toda situación difícil en un arma para triunfar.

No te quejes por tu pobreza, por tu salud o por tu suerte, enfréntate con valor y acepta que de una u otra manera son el resultado de tus actos y la prueba que has de ganar.

No te amargues por tus fracasos, ni se los cargues a otros, acéptale ahora o siempre seguirás justificándote como un niño, recuerda que cualquier momento es bueno para comenzar, y que ninguno es tan terrible para claudicar.

Deja ya de engañarte, eres la causa de ti mismo, de tu tristeza, de tu necesidad, de tu dolor y de tu fracaso, si tú has sido el ignorante, el irresponsable, tú y solo tú, nadie pudo haberlo sido por ti, no olvides que la causa de tu presente es tu pasado, como la causa de tu futuro es tu presente.

Aprende de los fuertes, de los audaces, imita a los valientes, a los enérgicos, a los vencedores, a quienes no aceptan situaciones difíciles, a quienes vencieron a pesar de todo.

Piensa menos en tus problemas y más en tu trabajo y tus problemas sin aliento morirán; aprende a nacer desde el dolor y hacer más grande que el más grande de tus obstáculos.

Mírate en el espejo de ti mismo, comienza a ser sincero contigo mismo, reconócete por tu voluntad, por tu valor, y no por tu debilidad para justificarte.

Recuerda que dentro de ti mismo hay un Dios que todo puede hacerlo, conociéndote a si mismo serás libre y fuerte y dejaras de ser un títere de las circunstancias, tú mismo eres tu destino y nadie puede sustituirte en la construcción de tu propio destino.

Levántate, mira por la mañana y respira la luz del amanecer, tu eres parte de la fuerza de la vida, despierta, camina, muévete, lucha, decídete y triunfaras en la vida.

Nunca pienses en la suerte porque la suerte es: el pretexto de los fracasados.

Si caes; levántate, sacúdete el polvo y sigue avanzando. Hay una forma de hacerlo: Viviendo de acuerdo a las Leyes objetivas que rigen la Creación.












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