9 de noviembre de 2014

Perder el tiempo.


He estado escribiendo un poco ligero, para el gusto de muchos de mis lectores, pero os vengo preparando algunos artículos densos, como los que a vosotros os gusta, vale.

¡Callad, que lo poco gusta, y lo mucho cansa!

Me levante hace unos minutos, me hice un sándwich, tome café, con calma, definitivo hoy es domingo. Desde hace unos meses atrás, he tenido la sensación de que he perdido el tiempo (una amiga me dice que estoy pegado en eso) lo cual es medianamente cierto, anoche hice un poco de introspección. Y pude darme cuenta que podemos perder el tiempo de muchas maneras, durante el mes de octubre recapacitando sobre algunos sucesos, puedo definir cuales son "esas formas sutiles de perder el tiempo", quiero compartirlo con ustedes.

El día tiene 24 horas, 1440 minutos, 86.400 segundos; el tiempo es lo único que tenemos en común y lo que nos define y diferencia como seres, es cómo elegimos gastarlo. El tiempo sólo se puede invertir, aprovechar o malgastar. 

Para evitar caer en las redes de la postergación, y como nota aparte: debemos entender que los verdaderos líderes no evitan los grandes problemas, sino que los afrontan. Un enfoque proactivo es casi siempre una mejor posición para tener, en vez de encontrarte en una postura de reacción a la defensiva. Después de casi un mes sin Whatsapp, puedo escribir: "Top Ten", pero esta vez de sugerencias de como no perder el tiempo.

1. Correo electrónico en el teléfono: Ignora las notificaciones y concéntrate en lo que estás haciendo. Luego, al terminar date tiempo revisar la bandeja de entrada. Ganarás concentración y optimizarás tu tiempo.

2. La tecnología para todo: Algunos dejamos que la tecnología nos controle, en vez de nosotros controlar la tecnología. La tecnología debería ser una ventaja, no una distracción. ¿Realmente requerimos que la tecnología organice nuestra vida? A veces, ocupamos tantas aplicaciones que el solo hecho de actualizarlas lleva más tiempo que utilizar a la agenda o el cuaderno personal.

3. Estar constantemente disponible: No está de más establecer ciertas fronteras para evitar pasar el día en contacto con los demás, ya sea en persona, por teléfono o correo. Por ejemplo, no contestar el teléfono en ciertas situaciones o pedir un segundo si alguien te habla.

4. Deja de improvisar: Probablemente nos rendiría más si hiciésemos todos los días lo mismo al levantarnos, al llegar a la oficina y marcharnos. Elige una rutina y deja tiempo y espacio mental para tomar decisiones o hacer algo verdaderamente interesante o divertido.

5. La inspiración no llega: Es la base de toda postergación. Sorpresa, la inspiración aparece cuando nos ponemos en marcha. Pero se irá si te pones a hacer otras cosas obsesivo-compulsivas como revisar tu teléfono a cada rato. Una buena táctica de ordenación mental es hacer algo inmediatamente o asignarle una fecha determinada.

6. Dejar de discutir: El diálogo es bueno, pero hay que saber cuando dar la razón o imponer autoridad. Recuerda que muchas de las confrontaciones terminan convirtiéndose en algo personal, totalmente ajenas al trabajo.

7. Soluciones temporales: Olvídalas. Aunque te tome menos tiempo que solucionar completamente la situación. Afróntalo rápidamente y olvídate de ello.

8. Reuniones que no terminan en nada: No gastes tiempo permitiéndote a ti mismo u otros estar secuestrado por horas en algo sin sentido. El problema es que nos gusta reunirnos porque nos hace sentir importantes, productivos y perder nuestro tiempo sin tener mala conciencia.

9. Impresionar a los demás: En el punto medio se encuentra el equilibrio, y hay una frontera en la que el detallismo pasa a ser pura pérdida de tiempo.

10. Aprender: Si no continúas creciendo y desarrollándote, ¿cómo puedes esperar usar bien tu tiempo? Los grandes líderes siempre están adelantados al saber en qué y quién invertir su tiempo.




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