31 de diciembre de 2016

El deseo y el Éxito

A horas del fin de año solar, les dejo mi ultimo post de este período. Estuve reflexionando después de la oración de la tarde.

Parecerá un post de auto ayuda, me da risa decir eso. Pero en realidad estoy hablando de Kabbalah, cuando hablo de la sustancia de la cual esta hecha la creación: el Deseo.

La única diferencia entre aquellos quienes disfrutan "el éxito" en sus áreas y el resto de nosotros es precisamente: el Deseo

Uno de los pensamientos reflexivos que mas me repito (casi como un mantra) es: 

El obstáculo más grande que debo superar día a día soy yo mismo. 

Esto me lo repito, cuando entre miedos, excusas e inseguridades me digo: “No puedo".

Durante todos estos años de constantes pruebas, ensayo y error, y después de todo este tiempo (que es poco y falta mucho) de estudio de Torah y Kabbalah puedo concluir que existen algunas creencias, acciones y errores, que empañan nuestro éxito, o demoran su llegada. 

Creer que el éxito es repentino.

Pensar que el "éxito" es repentino, es uno de los flagelos que a mi parecer frustra nuestro camino al mismo. Cuando estudiamos la vida de "personas exitosas" por así decirlo, encontramos que el "ÉXITO" de la noche a la mañana es producto de todo lo que han hecho en la vida hasta ese momento. Así que las cosas no suceden por que sí, debemos hacer que pasen.
Todas las personas exitosas tienen una cosa en común: Estuvieron dispuestos a hacer lo que fuera necesario. 

Creer que otro tiene la respuesta para mí mismo.

Pese a que la gente que nos rodea esta dispuesta a dar sus opiniones, son muchas las decisiones que se deben tomar y no podemos estar sujetos a depender siempre de los consejos de los demás. Esta en nosotros seguir nuestros intuición y llegar a donde queremos.

Parar cuando crees que el crecimiento esta garantizado.

Cuando todo marcha bien es común entrar en la zona de confort, ver la meta más cerca y perder el impulso que nos motivaba en un comienzo. Cuando vamos llegando a la cima, debemos encontrar una cima más alta y que no hay tiempo para asentarse.

Creer que la culpa es de otros.

Siempre tengo la excusa indicada para todo momento: 

"....Las ventas no van bien, el mercado esta pasando por un mal momento.....No vieron la grandeza de este producto...."

Todo desde el ego. En el camino encontraremos obstáculos, pero si esos obstáculos son más grandes que mi voluntad, de seguro estoy cometiendo algún error.

Así que si no hago que mis metas se cumplan, la culpa no es de los demás, es mía. Esto me otorga un poder tremendo. 

Creer que lo único que importa son los sueños en sí.

Alcanzar una meta da una sensación momentánea de "felicidad" y en la vida la cosa es diferente, esta llena de altibajos.  Revelar el potencial de nuestra alma es lo que revela bendiciones puras.
Reciban bendiciones.

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