Un hijo del Rabí David Lelov cayó gravemente enfermo y los doctores creían que no sobreviviría. La comunidad toda, que quería mucho al niño, se reunió en la sinagoga para rezar por él, dando caridad para su recuperación. Cuando el niño mostró signos de mejoría, corrieron a darle al padre la buena nueva, pero rabí David comenzó a llorar. Al preguntarle el motivo del llanto, respondió mejoró porque todos se reunieron y rezaron y dieron caridad por él. Pero ¿qué pasa con otros chicos? Cuando enferman, la sinagoga no está llena de gente rezando por su recuperación.
20 de octubre de 2012
19 de octubre de 2012
Dar y bendecir
“Rabí Leví Itzjak de Berditchev emprendió un viaje para juntar fondos para el casamiento de una joven cuyo padre era una persona muy versada pero muy pobre. En su camino entró a lo del rabino de un pueblo y éste al escuchar sobre su cometido, lo bendijo para que tenga éxito en la empresa a la que estaba abocado. Entonces Rabí leví Itzjak le recordó el episodio de la lucha de Abraham para rescatar a su sobrino Lot y cuando terminó la guerra cómo fue recibido por el rey Malkitzedek que "lo convidó con pan y vino y lo bendijo" (Gen. 14, 18).
“Primero, dijo Rabí Leví Itzjak, "convidó con pan y vino" y luego "lo bendijo". Entonces, primero hay que dar y luego pronunciar bendiciones”.