Toda disputa (o controversia) que sirve los intereses del Cielo, esto es por acciones desinteresadas, inspiradas por motivos elevados, conseguirá un resultado positivo; pero la que no sirve a tales intereses, no conseguirá ningún resultado. El ejemplo, de la disputa por motivos nobles: la controversia de Hilel y Shamai, y un ejemplo de controversia por motivos innobles: la disputa de Koraj y sus seguidores... Las disputas para elevarnos y profundizar en los temas Sagrados de la Torah, siempre llegaran a buen termino, así las opiniones sean diametralmente opuestas.
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