15 de febrero de 2010

Kabalah sin Torah es a alma sin cuerpo, algo inmanisfestable.

“Un alma sin cuerpo físico no se puede manifestar y un cuerpo físico sin alma no podría existir. Los seres humanos fuimos creados con un propósito: ser cada vez mejores, más altruistas”

La Kabalah es la Sabiduría que puede librarnos de las dudas y del creer sin argumentación lo cual genera ignorancia, miedo, y finalmente egoísmo.

El desconocimiento de la sabiduría de la Kabalah fue y seguirá siendo la causa principal de que generaciones enteras busquen respuestas a sus interrogantes en la mística y en una intelectualidad sin corazón.

Dichas respuestas conducen a una pseudo-espiritualidad y a concluir que el mundo es caótico y regido por el azar. Así fue sistemáticamente desvirtuándose el judaísmo y provocando el desconocimiento de los objetivos de la Torá de Israel.

He visto muchas personas que se dicen llamar Estudiantes de la Sabiduria de la Kabalah, y desconocen por completo la Torah y su sentido llano, no estudian el Jumash, ni mucho menos los Profetas, ni leen los Escritos…  he visto además páginas de internet dedicadas a difundir información sobre esta Sabiduria, y no he encontrado en ellas ni una sola cita a ningun versículo del Tanak, ni referencia alguna a ningun texto tradicional, y peor aún he escuchado a personas decir que “la Kabala no tiene nada que ver con la Biblia”.

Esa es  Otra mala interpretación que desafortunadamente ha sido diseminada en esta generación  que “la Kabalah es de algún modo un cuerpo de conocimiento separado del resto de la Torárealmente no hay visión más simplista e ignorante que esta.

Kabalah no existe aparte del resto de la Torá. La Kabalah, es un aspecto de la Torá, el cuerpo es la ley, y el alma la Kabalah.

Así como es imposible imaginar un ser humano viviente con un alma sin cuerpo o un cuerpo sin alma, la Kabalah queda en estado virtual e impotente sin el estudio y práctica de los aspectos legales de la Torá.

Idealmente, los alumnos serios estudian simultáneamente la ley de la Torá, halajot,  el Talmud, el Pirke Abot, Midrashim, etc...  Y su dimensión interior, la Kabalah, el Zohar, Escritos del Arizal y Baal HaSulam.

Un cuerpo no puede vivir sin un alma. El alma es enviada de lo Alto para entrar al cuerpo, para adherirse y unirse al cuerpo en el misterio de la vida.

La  unión de cuerpo y alma es llamada Maasé Merkavá, los Trabajos de la Carroza, como es llamada la Kabalah y es considerada la dimensión más profunda de la Torá. A fin de acceder a este secreto de los secretos “el misterio de la unión de alma y cuerpo”  tenemos que estudiar a ambos.

Naturalmente, hay períodos en la vida en los cuales un aspecto de la Torá es más enfatizado que el otro. Éstas son cuestiones personales y particulares y no se puede delinear ninguna regla general. En general, para todo tiene que haber equilibrio, balance y unión. Tenemos que dedicarnos estudiar las leyes de la Torá y a comprender la sabiduría y la lógica que hay detrás de ellas. Pero simultáneamente, a fin de encontrar a Hashem, el Dador de las leyes, tenemos que estudiar Kabalah.

El estudio de la Torá reestructura nuestros procesos de pensamiento de acuerdo con la lógica inherente en ésta dada por Hashem. Los modelos innatos de pensamiento, paradigmas y marcos de referencia de la Torá se asimilan a nuestros intelectos y se reflejan en nuestras vidas.

En vez de proceder con un estilo lineal, como se acostumbra en la cultura occidental, el estudio de la Torá y la Kabalah procede de un modo asociativo e incluso circular. Uno estudia y luego repasa una y otra vez, cada vez agregando un estrato nuevo y más profundo de conocimiento.

De esta manera de estudio, la Torá Escrita, el Talmud, los códigos de ley judía, y la Kabalah, son vistos como un todo completo y abarcante. No se puede hacer ninguna separación entre las dimensiones legales del estudio y la práctica,  la Halajá, literalmente “el camino” y su contraparte espiritual. 
Los textos de ley talmúdica están intrínsecamente unidos con las enseñanzas de la Kabalah. Análogamente, la Kabalah no puede ser estudiada sin dedicarse al Talmud, sus comentarios, y los códigos legales.

Así, un estudiante de las leyes de la Torá debe comprender que existe una dimensión espiritual interior dentro incluso del más minúsculo aspecto de la observancia de la Torá. Inversamente, un estudiante excitado por el poder de las enseñanzas espirituales de Kabalah debe darse cuenta que la expresión más plena de estas enseñanzas llega en la observancia día por día de los preceptos, las mitzvot.

Así como el alma anima al cuerpo, la Kabalá le da vida a la Torá.

En el artículo anterior dijimos que la Torá es el documento recibido y transmitido por Moisés.

De las cuatro claves para la comprensión de la Torá, las tres primeras, el significado simple, el sentido alusivo y las lecciones morales, están básicamente relacionadas con el "cuerpo" de la Torá, con la forma. Este cuerpo, igual que el cuerpo humano, requiere de un alma para ponerlo en movimiento. La Kabalá es esa "alma", los misterios más profundos que abren los secretos más internos de la Torá. Como el alma de la persona, la Kabalá provee la atracción y motivación que llevan a la persona a buscar a Dios. Por extensión, la Kabalá también contiene la mística necesaria para motivar a la persona a desarrollar su potencial, a buscar más profundamente en la vida y en su significado.

Bibliografía.

Enseñanzas del Rabino Itzjak Ginsburg.
Esenanzas del Rabino Jain Zukerwar tzl.

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