4 de mayo de 2010

Orot y Olamot.


Los cinco niveles o estratos del alma son: Nefesh, Rúaj, Neshamá, Jayá y Yejidá,  y estos con su infinidad de gradaciones son los grados de la Luz del Infinito (Or Ein Sof) revestidos en la conciencia, voluntad y deseos del hombre.
 
Estos cinco grados son las Luces, Orot, que luego van a iluminar gradualmente los ocultamientos producidos por el acto del Tzimtzum, contracción original del deseo de recibir la Luz del Infinito (Or Ein Sof) en los 5 mundos denominados: Adam Kadmón, Atzilút, Briá, Yetzirá y Assiyá.
 
Para entender lo anterior tenemos que tener presente que mundo en hebreo, se dice Olam, y esta proviene a su vez del verbo Lehialém que significa ocultar. Es decir, los mundos son grados de ocultamiento de la Luz del Infinito (Or Ein Sof) y así cada mundo es un ocultamiento de su estado precedente, y el mundo superior es a su vez generador y causante de su inmediato inferior.
 
La relación entre los mundos está regida por la ley de causa y efecto, siendo que todo lo que sucede en los mundos inferiores es el resultado de cómo éstos reciben lo superior, y no cómo lo superior es en sí mismo. La única posibilidad de que los mundos inferiores expandan sus límites y se unifiquen con los superiores es elevándose hacia ellos.
 
Esto sólo se logra refinando nuestros deseos, nuestra voluntad y conciencia, pero la realización de este proceso requiere el conocimiento y la puesta en práctica de los aspectos fundamentales de la Sabiduría de la Kabalá, que son:
 
Maase Bereshit (Obra del Inicio) se refiere al estudio de las Emanaciones, y al conocimiento y conciencia de los mundos, planos y grados que rigen la Creación, que en el lenguaje de la Kabalá ellos son designados con nombres muy precisos que indican, para el iniciado (recordando el caracter de iniciación de la Kabala), la distancia espiritual con respecto a los estados superiores y al origen, el Infinito Ein Sof.

Este estudio introduce al iniciado en los diferentes grados y voluntades existentes, y depende del esfuerzo personal de éste para que dicho estudio trascienda el plano mental (racional) y pase a ser espiritualmente aplicable.
 
Maase Merkaba  (Obra de la carroza) se refiere al trabajo espiritual del hombre en su ascenso gradual por los mundos. Las técnicas de meditación Kabalistas, cuyo unico objetivo es buscar, encontrar y revelar a D-os en nuestras vidas. El trabajo espiritual conciente consiste en que nuestro deseo de recibir sea un deseo de recibir para dar. De esa forma elevamos nuestro pequeño y limitado mundo al Infinito, Ein Sof, donde todas las almas son Una y todos los mundos, son Uno.

Cada una de estas Luces, Orot, (Nefesh, Ruaj, Neshama, Jaya y Yehida) o estratos del alma llenan e iluminan los Mundos, Olamot, (Assiyah, Yetzirah, Briah, Atzilut y Adam Kadmon)
 
Adám Kadmón es un término prestado de la forma humana y significa “Hombre Primordial”. Kadmón denota “ser el primario de todos los primarios”. Este Mundo también se denomina el Plano de Keter Elión (Keter Supremo), la “luz clara y lúcida” frecuentemente llamada Tzajtzajot implicando las “puras y lúcidas sefirot que están ocultas y escondidas”.
 
Atzilut, el Mundo de Emanación. El término se deriva de la raíz “étzel” “cercanía” (Números 11,17 y Eclesiastés 2,10) En Olám Atzilút mundo de la Emanación, la polaridad masculino- femenina, a pesar de no manifestarse como tal, existe ya en potencia. El olám Atzilút se denomina también olám haTikún mundo de la corrección del deseo de la Neshamá.
 
Briah, el Mundo de Creación;
 
Yetzirah, el Mundo de Formación;
 
Assiyah, de Mundo de Acción.

Adam Kamon es el primer Mundo que recibe la Luz del Infinito, Ein Sof, y que se manifiesta luego del primer tzimtzúm, por tanto es la Emanación más prístina, con todo es tan sublime que en un cierto sentido se puede hablar de él como de completamente unido al Ein Sof.  Se denomina también, línea única kav ejád, ya que recibe toda la realidad en forma completa.
 
Adám Kadmón es el aspecto anterior a la polaridad masculino-femenina, ni siquiera todavía en potencia; por lo tanto no puede generar un espacio para que los mundos inferiores (Briá, Yetzirá y Assiyá) se manifiesten. Estos tres mundos crean, forman y hacen, respectivamente, el pensamiento, la emoción y los actos (Neshamá, Rúaj y Néfesh).

En Adám Kadmón la Luz Infinita ilumina con tanta intensidad que solamente es posible aprehenderlo mediante grados muy elevados del alma (Yehidá).
 
Atzilut es la etapa que sigue a Adám Kadmón, por lo tanto adicionalmente apartado del Ein Sof. Este Mundo recibe su vitalidad (la Emanación Divina y fuerza vital) vía Adám Kadmón, por lo tanto en medida menor y menos intensa que Adám Kadmón mismo.

Pero Atzilut todavía está en tal proximidad con el Ein Sof que también él es “uno con él”, siendo, en efecto, Divinidad.

Briah está apartado un grado más, y recibe su vitalidad a través de Atzilut, por lo que ésta es en menor medida y menos intensa que en Atzilut. De hecho, el pleno efecto e intensidad del Tzimtzum recién es perceptible en este Plano.
 
Aunque los aspectos particulares y categorías del Tzimtzum son demasiado numerosos para ser contados, y generalmente son de muchas clases diversas, hay, sin embargo, tres niveles de poderosa y abarcante contracción y condensación que dan origen a los tres Mundos inferiores.

El Mundo de Atzilut (y Adám Kadmón) es Divinidad Misma. Así, cuando se habla de un Masaj o Prasá (“cortina”; “cobertura”) separando entre Atzilut y Briah (y entre los mundos subsiguientes). Esto denota la inmensa distinción y separación entre estos niveles. Yetzirah está todavía más apartado, y deriva su vitalidad a través de Briah, y Assiah es el más apartado y recibe su vitalidad por medio de Yetzirah.
 
Rabí Moshé Cordovero tzl,  lee estas diferencias entre los Mundos en sus mismos nombres. Sugiere que el término Atzilut también se relaciona con la preposición étzel (cerca), denotando así la cercana proximidad “al grado de unidad” de las sefirot de Atzilut con su Fuente. El relaciona Briah con el versículo “Pero si Di-s (crea una creación)” (Números 16:30), con la connotación de llamada a existencia de algo nuevo, a partir de la nada. Por lo tanto, Briah es radicalmente diferente y apartado de Atzilut. A Yetzirah lo relaciona con el versículo: “y Di-s, el Señor, formó al hombre del polvo del suelo” (Génesis 2:7). Yetzirah, entonces, se relaciona con el “polvo del suelo”, un nivel inferior, mucho menos espiritual, que Briah. Assiah es explícito por sí mismo, como el más material y perceptible de estos términos, y esto también es sugerido por su aparición como tercero y último en el antes mencionado versículo de Isaías 43:7.

Atzilut es la etapa que sigue a Adám Kadmón, por lo tanto adicionalmente apartado del Ein Sof. Este Mundo recibe su vitalidad (la Emanación Divina y fuerza vital) vía Adám Kadmón, por lo tanto en medida menor y menos intensa que Adám Kadmón mismo. Pero Atzilut todavía está en tal proximidad con el Ein Sof que también él es “uno con él”, siendo, en efecto, Divinidad. Briah está apartado un grado más, y recibe su vitalidad a través de Atzilut, por lo que ésta es en menor medida y menos intensa que en Atzilut. De hecho, el pleno efecto e intensidad del Tzimtzum recién es perceptible en este Plano. 



Adaptación.
Conceptos misticos del Jasidismo. Rabi Jacob Immanuel Schochet
Enseñanzas del Rabi Jaim Zukerwar Tzl. Programa Halel.
Enseñanzas del Rabi Itzjak Ginsburg. Gan Enain

 
ste Plano.

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