7 de agosto de 2013

El Charlatán


Un charlatán es una persona que practica algún tipo de estafa con el fin de conseguir beneficio económico o alguna otra ventaja mediante el engaño o la superchería.

Todo charlatán debe tener alguna habilidad especial; la más común es el don de la palabra, mediante la que logra embaucar a su audiencia, por lo general inculta en la temática que el charlatán postula. Otra de las habilidades más comunes es la prestidigitación (movimiento rápido de las manos), mediante la cual hacían los cambios oportunos de productos que entregaban, recibían o devolvían. A menudo los poseedores de la primera habilidad mencionada se asociaban con los de ésta, para mejor llevar a cabo sus estafas.

En lenguaje más coloquial, se llama también charlatán a aquel que habla excesivamente y, más específicamente y en sentido peyorativo, cuando además habla de algo que no conoce o no entiende.

La charlatanería suele confundirse (a veces, no erróneamente) con el esoterismo o el ocultismo, pues a menudo los charlatanes se presentan como (sin serlo realmente) astrólogos, adivinos, numerólogos, médicos, curanderos, líderes espirituales y vendedores de remedios milagrosos y en general maestros de cualquier ciencia de la época. 

Usan prácticas que por lo general dependen de la ingenuidad de la gente.

Esta confusión se debe también a la clandestinidad o secreto en el que el charlatán debe mantener sus procedimientos para evitar que otras personas ajenas a su práctica se percaten del fraude. De este modo, la charlatanería no permite la apertura a críticas, puesto que su cuestionamiento y análisis demostrarían que se trata de prácticas fraudulentas.

Por eso te presento 8 consejos prácticos para descubrir un charlatán:

1- Si algo es demasiado bueno para ser verdad, no es verdad. 

2- Cuando le vienen  a ofrecer algo que usted no busque, puede que no valga el esfuerzo.

3- Personajes demasiado místicos o con muy buena labia, son peligrosos.

4- Organizaciones o ritos parecidos a religiones son fuentes potenciales de fraude.

5- Si va a entregar dinero,  averigüe hasta la manera de andar de quien lo recibe y del destino de su dinero.

6- Altos rendimientos en general implican muy altos riesgos.

7- Haga muchas preguntas, por estúpidas que parezcan.

8- Es mejor quedar como  grosero que como estúpido.


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