21 de julio de 2013

¿Qué significan las siglas ELUL en el trabajo?

Lo escuché el 15 de Elul, 28 de agosto de 1942

Para poder comprender esto, debemos enten­der varias otras cosas:

Lo referente al Reinado, memorias y las Sho­farot8, y cuál es el significado de lo que nuestros sabios dijeron: “anula tu voluntad ante Su volun­tad, para que Él anule Su voluntad ante la tuya”.

Las palabras de nuestros sabios: “Los malva­dos, inmediatamente hacia la muerte; y los Tza­dikim (justos), inmediatamente hacia la vida”.

El versículo: “Los hijos de Guershon: Libni y Shimey”.

Las palabras del Sagrado Zóhar: “Iod es un punto negro que no contiene blanco”.

La Maljut del de Arriba se vuelve Kéter con respecto al de abajo.

El regocijo atestigua si el trabajo es pleno.

Todas estas cosas hacen referencia a la prepa­ración para el mes de Elul.

Para comprender lo anterior, debemos enten­der el propósito de la Creación, de la cual se dice que fue llevada a cabo “porque Él desea hacer el Bien a Sus criaturas”. Y con motivo del Tikún (corrección), para no dar lugar al “pan de la ver­güenza”, se realizó un Tzimtzum (restricción). Y del Tzimtzum se extiende el Masaj (pantalla), por medio del cual las vasijas de recepción se con­vierten en otorgamiento.

Y cuando las vasijas se preparan para volcarse hacia el otorgamiento, la Luz, velada y atesora­da para las creaturas, es recibida de inmediato. Quiere decir que uno recibe el deleite y el pla­cer que había en el Pensamiento de la Creación, que consiste en Su deseo de hacer el Bien a Sus creaturas.

Con eso podemos interpretar lo que está es­crito: “Anula tu voluntad frente a Su Voluntad”; es decir, anular el deseo de recibir dentro de uno ante el deseo de otorgar, que corresponde a la voluntad del Creador. Esto quiere decir que uno habrá de revocar al amor propio ante el amor de Dios. Esto se llama “anularse ante el Creador”,y recibe el nombre de Dvekut (adhesión). Y en consecuencia, el Creador puede brillar dentro de su deseo de recibir, ya que entonces se encuentra corregido en forma de “recibir con la intención de otorgar”.

A esto se refiere la siguiente frase: “para que Él anule Su voluntad ante la tuya”. Significa que el Creador anula Su voluntad, o sea, el Tzimtzum que se había llevado a cabo a causa de la dispa­ridad de forma. Ahora, sin embargo, cuando ya hay equivalencia de forma, se produce la expan­sión de la Luz dentro del deseo del inferior y que se corrigió por y para otorgar, pues este es (justa­mente) el propósito de la Creación: hacer el Bien a Sus creaturas. Y ahora puede llevarse a cabo.

Ahora podemos interpretar la frase “Yo soy de mi amado”. Quiere decir que al anular uno su deseo de recibir ante el Creador, para que todo (su ser) esté dirigido a otorgar, alcanza lo que de­nominamos “y mi amado es mío”. Quiere decir que “Mi amado”, que es el Creador, “es mío”. Él me entrega el deleite y el placer que se hallan en el Pensamiento de la Creación. Así, lo que an­tes se encontraba escondido y restringido, ahora se ha tornado a “la revelación de su Faz”, ya que ahora el Propósito de la Creación ha sido revela­do, que consiste en hacer el Bien a Sus criaturas.

Es preciso saber que las vasijas de otorga­miento son llamadas YH (Iod, Hey), del nombre HaVaYaH (Iod, Hey, Vav, Hey), que consisten de vasijas puras. Este es el sentido de “Todos quienes reciben, lo hacen dentro de la vasija más pura”. En ese estado uno es recompensado con “y mi amado es mío”; y Él imparte Su abundan­cia sobre él, que es lo mismo que decir que uno ha ganado la revelación de la Faz.

Es imposible obtener la revelación antes de recibir el discernimiento de Ajoraim (heb: parte posterior), que representa el ocultamiento de la Faz o Rostro; y esto es tan importante para uno como la revelación de la Faz. Significa que uno debería sentir regocijo como si ya hubiera adqui­rido la revelación del Rostro.

Sin embargo, uno no puede persistir y apre­ciar el (estado de) ocultamiento como el de re­velación, salvo cuando uno trabaja de acuerdo al atributo de otorgamiento. En ese momento puede decir: “No me importa lo que sienta durante el trabajo, porque lo único que me importa es poder otorgar al Creador. Si el Creador considera que obtendrá mayor satisfacción cuando trabajo en Ajoraim, entonces estaré de acuerdo”.

No obstante, si uno aún vacila en recibir, sus­cita pensamientos que le dificultan creer que el Creador dirige al mundo según “Bueno y Bene­factor”. Esto es lo que implica la letra Iod del nombre HaVaYaH, que es la primera letra, que también es “un punto negro que no contiene blanco”; es decir, representa total oscuridad y ocultamiento de la Faz.

Quiere decir que cuando uno llega a un esta­do en el que no obtiene ayuda, su situación se vuelve negra, lo cual es el discernimiento más bajo del Mundo Superior; y esto se convierte en Kéter para el de abajo, pues el Kli (vasija) de Kéter es un Kli de otorgamiento.

En el de Arriba, el discernimiento más bajo es Maljut, que no tiene nada propio. O sea, no posee nada. Y sólo en este sentido recibe el nom­bre de Maljut. Quiere decir que si uno asume la carga del Reino de los Cielos, que es un estado en el que uno alegremente no tiene nada, lue­go, este estado se convierte en Kéter, que es un Kli de otorgamiento, y el más puro de los Kelim. En otras palabras, la recepción de Maljut en un estado de oscuridad, se convierte posteriormente en un Kli de Kéter, que representa una vasija de otorgamiento.

Así lo dice el verso: “Pues los caminos del Señor son correctos, y los justos los atravie­san; pero los transgresores allí tropiezan”. Significa que los transgresores, aquellos que es­tán bajo el control de los Kelim de recepción, de­ben caer y arrastrarse bajo su peso cuando llegan a ese estado.

Pero los Tzadikim (justos), que son aquellos que se encuentran en otorgamiento, son elevados por medio de ello; es decir, a través de ello ad­quieren vasijas de otorgamiento. Debemos inter­pretar que los malvados son esos cuyos corazo­nes aún no están preparados para adquirir Kelim de otorgamiento; y los justos son aquellos cuyos corazones ya se encuentran preparados para ob­tener las vasijas de otorgamiento, pero aún no son aptas.

Así lo establece el Sagrado Zóhar al decir que la Santa Divinidad le dijo a Rashbi (Rabí Shimón Bar-Yojai): “No hay sitio a ser guar­dado de ti”. Y por eso ella se aparece ante él. Esto es lo que sugieren las siguientes palabras de Rashbi: “debido a eso, y Su deseo está en mí”; o sea, “yo soy de mi amado y mi amado es mío”; y entonces le imparte a la VH (Vav-Hey).

A esto se refiere con “el Nombre está incom­pleto, y el trono está incompleto, hasta que la Hey se una con la Vav”. La Hey es “el deseo de recibir”, que es la última vasija y la final, dentro de la cual la Vav le dispensará a la Hey, y así se llegará al final de la corrección.

Este es el significado de “Tzadikim, inmedia­tamente hacia la vida”. Quiere decir que la propia persona debe determinar en qué libro quiere que su nombre sea escrito. En el libro de los justos, y querer alcanzar o no el deseo de otorgar. Esto se debe a que uno posee muchos discernimientos en relación al deseo de otorgar. Dicho de otro modo, a veces uno dice: “Sí, quiero obtener el deseo de otorgar, pero sin deshacerme por completo de todo el deseo de recibir de una vez”. Esto indica que desea dos mundos distintos para sí mismo, pues quiere el deseo de otorgar para su propio deleite.

Sin embargo, sólo están escritos en el libro de los Tzadikim aquellos que desean convertir sus vasijas de recepción en vasijas de otorgamiento, en vez de recibir para sí mismos. De tal modo que no habrá lugar para reclamos: “Si hubiera sa­bido que el deseo de recibir debía ser eliminado, no hubiera orado por él” (para no decir después: “No es esto a lo que me había comprometido”).

Por ende, uno debe decir sin reservas a que se refiere con ser registrado en el libro de los Tzadi­kim, para que luego no haya lugar a quejas.

Debemos tener claro que, en la Labor, el li­bro de los Tzadikim y el libro de los malvados se encuentran dentro de la misma persona. Quiere decir que uno debe tomar una elección y saber con certeza qué es lo que quiere, porque los con­ceptos de “malvado” y “Tzadik” se refieren a la misma persona.

Por eso uno debe decir si quiere quedar inscri­to en el libro de los justos, para inmediatamente estar a favor de la vida; es decir, para adherirse a la Vida de las Vidas, pues desea hacer todo por el Creador. Además, cuando uno llega a quedar registrado en el libro de los malvados, donde son registrados todos aquellos que piensan en recibir para sí mismos, se dice que debe ser inscripto allí para morir de inmediato, puesto que el deseo de recibir para sí mismo será eliminado dentro de sí, como si hubiera muerto.

Sin embargo, a veces uno duda. Dicho de otro modo, uno no desea que su deseo de recibir sea revocado de inmediato. Es difícil para uno decidir que se dé muerte de inmediato a todas sus partí­culas de recepción, porque no desea que todos sus deseos de recibir sean anulados al instante.

En lugar de eso, desea que sus partículas de re­cepción sean anuladas gradualmente y despacio; no de una vez. O sea, que sus vasijas de recep­ción manejen a algunas, y que a otras las dirijan las vasijas de otorgamiento. Resulta, pues, que esta persona no tiene una visión firme y clara.

Una visión firme quiere decir que, por un lado, afirma que todo le pertenece; es decir, todo con el propósito de recibir (para sí). Por otro lado, afirma que todo es para el Creador. Y a esto se le llama una visión firme. No obstante, ¿qué puede hacer uno si el cuerpo rechaza su punto de vista acerca de querer trabajar enteramente en función del Creador?

En ese estado se puede decir que esta persona hace todo lo que está a su alcance para trabajar enteramente en función del Creador; o sea, le reza al Creador para que le ayude a poder ejecu­tar todos sus deseos sólo para Él. Es por eso que oramos: “Recuérdanos para la vida, e inscríbe­nos en el libro de la vida”.

Por eso escribe “Maljut”; pues uno asume el discernimiento del punto negro que no contiene blanco. Este es el significado de “Anula tu deseo” para que su recuerdo se levante ante Él, y así Su voluntad se anulará frente a la suya. ¿Con qué? Con un Shofar. Es decir, con el Shofar de la ma­dre, pues este asunto depende del arrepentimiento.

En otras palabras, si uno acepta la negrura, uno también debe tratar de que sea de una forma honorable, y no de un modo deshonroso. Esto recibe el nombre del “Shofar de la Madre”, por­que se refiere a que uno lo considerará bello y respetable.

De acuerdo con esto, debemos interpretar lo que está escrito: “Los hijos de Guershón: Libni y Shimei”.Si uno descubre que ha sido expulsado de la Labor, debe saber que esto se debe a Libni9; o sea, porque específicamente procura (la cate­goría de) “blancura”. En otras palabras, significa que sólo si obtiene la blancura, es decir, que todo lo que uno haga brille, lo cual significa sentir buen gusto en la Torá y en la plegaria, estará dis­puesto escuchar y a entrar en la observancia de la Torá y las Mitzvot.

Este es el significado de “Shimei”10. Quiere decir que es precisamente a través de un tipo de “blancura” que uno puede oír. Sin embargo, du­rante el trabajo, uno distingue un poco de negro, y no puede acceder ni aceptar oír que aceptará este trabajo. Por lo tanto, debe ser expulsado del Palacio del Rey, pues el logro del Reino de los Cielos debe implicar una entrega incondicional.

No obstante, cuando uno dice que está dis­puesto a asumir la Labor bajo la condición de que esta posea la cualidad de “blanco”; o sea, que el día brille para él, pero no lo acepta si el trabajo se le manifieste como “negro”, resulta que esta persona no tendrá un lugar en el Palacio del Rey. Esto se debe a que (sólo) aquellos que desean trabajar para poder otorgar, son admitidos dentro del Palacio del Rey; y cuando uno trabaja para poder otorgar, no le importa lo que sienta durante su tarea.

Más bien, incluso en el estado en que uno distingue algo de negro, no queda impresionado por esto, sino que sólo desea que el Creador le proporcione la fuerza para poder superar todos los obstáculos. Significa que uno no le pide al Creador que le proporcione la noción de “blan­co”, sino que le de la fuerzas para trascender to­dos los velos.

De este modo, si siempre existe un estado de “blancura”, esta categoría de “blanco” siempre les permite continuar trabajando a aquellas per­sonas que desean trabajar para poder otorgar. Esto se debe a que mientras brilla, uno puede trabajar incluso bajo la forma de recepción para sí mismo.

Así, sucede que uno jamás podrá saber si su tra­bajo se encuentra en un estado de pureza o no; y esto le provoca no poder jamás ganar Dvekut con el Creador. Por esta razón, uno recibe, de Arriba, la categoría de “negrura”; y así puede ver si su trabajo se encuentra en una condición de pureza.

En otras palabras, si uno también puede sentir regocijo en un estado de “negrura”, es una señal de que su trabajo está asentado en la pureza; pues uno debe alegrarse y creer que desde Arriba le fue dada una chance para poder trabajar en fun­ción de otorgar.

Tal como lo escribieron nuestros sabios: “Los que son codiciosos siempre están cruzados”. Esto significa que quien está inmerso en reci­bir para sí mismo, siempre estará cruzado, pues siempre le estará faltando algo. Siempre necesita llenar sus vasijas de recibir.

Pero aquellos que quieren andar por la senda del otorgamiento siempre deben sentir regocijo. Esto quiere decir que, sin importar con qué se enfrenten (blanco o negro), siempre deben en­contrarse en estado de regocijo, puesto que no pretenden recibir para sí mismos.

Por eso dice que, de cualquier forma, si uno realmente está trabajando en pos de otorgar, cier­tamente debe regocijarse de que se le haya dado la oportunidad de satisfacer a su Hacedor. Y si uno siente que su trabajo aún no está dirigido en función de otorgar, también debe alegrarse, porque se dice a sí mismo que no desea recibir nada para sí. Se encuentra feliz de que su deseo de recibir no pueda disfrutar esta Labor; esto es lo que le proporciona regocijo. Sin embargo, si uno espera obtener algo para sí mismo de este trabajo, permite que la Sitra Ajra se adhiera a su trabajo; y esto le causa aflicción, enojo, etc. 

Tomado de Shamati, Rabash.


8 Cuernos de carnero que se usan para soplar y emitir un sonido

9 La palabra "Libni" suena como la palabra "Laván" (heb: blanco).

10 "Shimel" suena como la palabra "Shmi" (heb: oir).

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