26 de noviembre de 2007

La Postergación, el Cáncer que consume tu vida.




Estimados lectores aplazar el comienzo de una tarea (comúnmente conocido en psicología como postergación) es una práctica que obstaculiza el alcance de nuestros objetivos personales y profesionales.
La escritora Natalie Goldberg afirma que “La postergación es una amputación. Nos disminuye”. Y como la eliminación de un miembro, nos incapacita. Es auto castrarnos…

El Aplazar las cosas debido angustias o miedos o simplemente por flojera, mina nuestra imagen. Además, el incumplimiento reiterado de los compromisos puede ser la causa detonante de una gran CAOS en nuestras vidas (yo personalmente he experimentado esto) ejemplos pérdida de empleo, de una ruptura afectiva o perjuicios económicos. Por eso, las personas que suelen postergar viven generalmente atormentadas por la culpa, arrastrando su cojera y escondiendo las cicatrices generadas en cada combate.
Uno puede postergar desde ir al medico, entregar un libro, hasta estudiar para los exámenes finales, desde grandes cosas hasta pequeños detalles, pero lo que sí es cierto es que La postergación, entendida como el retraso en comenzar una tarea o proyecto es uno de los peores enemigos de nuestro bienestar.
Aunque la postergación suele calificarse como una práctica cultural exclusiva de los Latinoamericanos, también se observa entre los Norteamericanos, Alemanes y Japoneses, aunque con matices e intensidades diferentes.
El aspecto crítico de la postergación se relaciona con las consecuencias o efectos del acto mismo de postergar. Retrasar un día más la fecha límite para, empezar a hacer ejercicio, iniciar una dieta, reducir el consumo de alimentos, administrar mejor nuestro tiempo o escribir el trabajo de grado, no tiene impacto significativo sobre el comportamiento que deseamos modificar.
Las personas que no postergan son los que llamamos exitosos, auto controlados o personas con fuerza de voluntad. El resto de nosotros necesitamos gerenciar nuestro comportamiento para eliminar la postergación, cumplir con las fechas límite y alcanzar nuestros objetivos personales y profesionales.
Al postergar algo uno no se da cuenta que se perjudica a sí mismo (por las causas mencionadas anteriormente) y a su prójimo, porque hay que recordar que somos mensajeros para otros. El talento y la inspiración con la que nacimos es para compartirlas con el mundo. En un sentido, cuando dejamos proyectos medio hechos ¡estamos privando a otros de esto!
Imagínate que Leonardo Da Vinci no hubiera terminado la Monalisa, si Tomas Edison no hubiera culminado la bombilla eléctrica, o muchísimas otras cosas
Hoy y todos los días, pon esfuerzo y conciencia en un proyecto que hayas dejado sin culminar. Nunca sabrás qué vida puedes mejorar al terminarlo, lo que sí sabrás es que la primera será la tuya, TU VIDA.
No dejes para pasado mañana lo que puedes hacer ayer...
Sigue adelante, aquí van unas sugerencias:
Debemos tener presente que el temor a realizar una tarea consume más tiempo y energía que la tarea en sí. Muchos asuntos que aplazamos durante días, meses o incluso años no llevan más de media hora de trabajo real. He aquí algunas sugerencias para actuar con mayor diligencia:
• Divide cada tarea en tramos pequeños abarcables.
• Elabora listas de cosas por hacer, y ve tachándolas a medida que las termines.
• Haz a primera hora de la mañana la tarea menos placentera.
• Distribuye tus actividades en función de tu ritmo biológico. Piensa en qué momento del día tienes más energía mental, cuándo tienes más energía física, cuándo te sientes más sociable y cuándo te sientes agotado. Actúa en consecuencia.
• Comprométete a trabajar un mínimo de tiempo en alguna tarea aversiva –por ejemplo cinco o diez minutos– y cumple el pacto.
• No esperes a tener ganas para empezar a actuar.
• Date alguna recompensa después de haber hecho algún progreso.
• Establece objetivos. Puede parecer que no has alcanzado tus objetivos por tu hábito a postergar, pero a lo mejor es que ni siquiera te los has marcado. ¿Conoces cuáles son tus intereses, preferencias, valores y necesidades?
• Busca apoyo. No te avergüences por ello.
Bibliografía
El hábito de posponer, Jane B. Burka y Leonora M. Yuen. Ed. Javier Vergara Editor.
¡Hágalo ya! Manual del postergador, Rita Emmett. Ed. Oberon.
¡No lo dejes para mañana!, M. Susan Roberts. Ed. Sirio.
Afinacion Diaria. Yehuda Berg.


1 comentario:

  1. Excelente soy latino y se perfectamente de lo que habla. En este ensayo.
    Gracias

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