18 de marzo de 2008

Reflexiòn.

Un Agradecimiento muy especial a todos mis lectores, ya sobrepasamos las 1000 visitas hace ya un tiempo, saludos a los Estudiantes de Kabbalah de la Ciudad de Madrid, fue una muy grata sorpresa, recibí la llamada de nuestro amigo Orlando Toloza, un gran abrazo.

Después de unos días de ausencia, y aprovechando nuevamente una situación, reflexionemos…

Mi esposa y yo estamos viviendo alquilados y decidimos que era ya hora de adquirir una vivienda propia, las cosas están algo complicadas para conseguir una y hemos visto muchas, ya he perdido la cuenta, pero hace unos días logramos firmar una reserva (gracias al Eterno), y empezó nuestra carrera, papeles aquí, papeles allá, bancos, notarias…

Estamos muy alegres, pero el proceso nos ha producido gran stress, y particularmente a mi esposa, nacida en Nissan, mes, que históricamente, marca el exilio de los israelitas de Egipto, el comienzo del viaje de la esclavitud a la salvación, del cautiverio a la libertad. Digo esto para que recuerden que aquellos nacidos bajo el signo de Aries típicamente son poderosos, energéticos, vigorosos, pioneros, agresivos, progresivos, militantes y dominantes.

Todo este ímpetu, grandioso y esa fuerza tremenda para saltar obstáculos de una forma prácticamente testaruda, y muy contagiosa, mi esposa lo ha aplicado en este proceso que estamos viviendo, y yo la apoyo, porque para mi, mi hogar es mi fortaleza, pero ¿Por qué les cuento todo esto? En medio del cansancio de ambos, anoche después de salir del trabajo, nos dijimos cosas que primero uno no supo decir y segundo el otro no supo interpretar, y comenzó una batalla, que al final solo nos dio la oportunidad de Revelar el bien que estaba en esas palabras, por eso NO nos equivoquemos, no nos enganchemos, no perdamos, es mucho más fácil, como dice mi esposa, estallar en ira e indignación pero es mucho más difícil luchar la batalla interna contra nuestro ego y defectos (celos, inseguridad, resentimiento, dudas, y todo lo demás que me aleja del otro).

Estarán pensando, “El dice las características de su esposa, pero no dice las propias”, naci en el mes de Tammuz, bajo el signo de cáncer, y con esto doy una segunda reflexión.

A finales del mes pasado coloque una encuesta aquí en el blog que decía “¿Puede la astrología determinar el destino?” la votación fue “si” 100 %, profundicemos esto según la Torah.

En el capítulo 15,5 de Bereshit, Abram dice al Eterno: “¿Qué me darás, si no tengo hijos? El Señor lo condujo al exterior y le dijo: Mira el cielo y cuenta las estrellas, así será tu descendencia”.

Rashí explica este versículo diciendo: “Esto significa: sal de tu destino tal como está escrito en las estrellas; tú has visto en el estudio de los Astros, que no tendrías hijos”. (Ver también Zohar 90 b). Abraham veía en la Sabiduría de las estrellas (o astrológica) que no tendría hijos... El Santo bendito sé le dijo: “No medites sobre esto, sobre la ciencia de las estrellas, sino sobre el secreto de mi Nombre”.

El Arizal explica en su libro Etz Jaim (transcrito por su Discípulo Jaim Vital), que la astrología no Hebrea sólo llega a cierto nivel de las doce constelaciones o signos zodiacales, pero hay muchos niveles por encima de estos. El más alto de todos son las 12 permutaciones del Nombre de Di-s; sólo el pueblo Israel está conectado a este nivel. Al conectarse con él, tiene el poder de recrear (el Nombre Havaia significa "creación continua").

Por lo que se ve claramente que el hombre tiene dos destinos: el primero que procede de los Astros es el destino astrológico. El segundo procede de más arriba, del Nombre divino. Este es el verdadero destino del hombre, y su libre albedrío consiste únicamente en escoger uno u otro destino.

Abraham originario de Ur de Caldea, donde había estudiado Astrología, sabía muy bien que según su horóscopo, según su destino terrestre, no podía tener hijos con Sarah. Pero el Señor le dice que con la bendición que Él le da, podrá salir de su destino astrológico y ser Padre de una multitud. Esta bendición que recibe Abraham, es el secreto del Nombre del Señor, la semilla de la Kabbalah que se transmite de Maestro a discípulo. Esta bendición no depende de los Astros, no depende del Destino, procede de más arriba.

La Astrología es muy limitada. La Torah y el pueblo hebreo trascienden esta limitación de la astrología no hebrea. Cuando algo es trascendente, no anula su fuente abstracta, por el contrario, la trascendencia se produce al llegar a esa fuente.

Un fuerte abrazo, saludos.

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