El Rabí Yehuda Ashlag dijo: "Nuestro estado puede ser comparado al estado del hijo del Rey, quien fue puesto por su padre en un palacio lleno de toda clase de tesoros, pero sin la Luz necesaria para poder verlos. Entonces, el hijo se queda sentado en la oscuridad y solamente le falta la luz para poseer tales riquezas. Él incluso tiene una vela consigo (el Creador le envía la posibilidad de comenzar a avanzar hacia Él), como está dicho: 'El alma de un ser humano es la vela del Creador', uno solamente necesita encenderla por su propio deseo."
Sobre el mismo tema, añadió: "Aunque se dice que la meta de la Creación es incomprensible, hay una gran diferencia entre la incomprensión del hombre sabio, y la ignorancia del tonto.”
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