20 de mayo de 2011

El Muro Sagrado


Cuando el Rey Salomón estuvo por empezar la construcción del Santuario en Jerusalén, le apareció un ángel y le dijo:

"Salomón, hijo de David, sábelo que el edificio sagrado que quieres edificar, ha de pertenecer a todo el pueblo. Por ello, congrega a todo Israel y deja, que todo el pueblo participe en la obra, cada uno según sus fuerzas y capacidades."

Entonces, Salomón hizo un llamamiento a todo el pueblo. Nadie faltó: los príncipes y los nobles, los sacerdotes y los levitas, los ricos y los pobres. Todos se reunieron en el lugar convenido, cada uno en su puesto, y el trabajo fue distribuido por sorteo. La pared oriental se les encomendó a los ricos. A los príncipes, se les encargó la parte de las columnas y de las escaleras. A los sacerdotes, les correspondió el Arca Santa y sus cortinas, y el muro occidental, a los pobres. Así fue la determinación del sorteo.

Se dio comienzo al trabajo. Los príncipes, los nobles y los ricos hicieron entregar los pendientes de oro de sus mujeres y de sus hijas, como también las piedras preciosas, todo destinado a la venta. Por el valor de estos objetos, adquirieron la madera de cedro para el revestimiento de las paredes y del piso; cipreses para las puertas y madera de olivo para los marcos de las puertas y portones. Capataces exhortaron el trabajo con palabras duras: "Eh, haraganes, ¡apúrense!"

Pronto estuvo terminada la parte del trabajo que había correspondido a los príncipes, a los nobles, a los sacerdotes y a los levitas. Pero el trabajo de los pobres avanzaba con lentitud. Ellos no tenían la posibilidad de contratar jornaleros para que éstos les aliviaran su tarea. Tuvieron que efectuar ellos mismos todo el trabajo; ellos, sus mujeres y sus hijos. Todos juntos.

Tampoco podían costear cosas preciosas para los adornos, ni hacer llegar desde tierras lejanas los materiales necesarios. Aca­rreaban las piedras desde una gruta cercana y, con el sudor de su frente, suministraban su aporte a la construcción del Templo, erigiendo así el Muro Occidental.

Cuando el trabajo de la construcción del Templo había termi­nado y el Templo ya brillaba con toda su hermosura y esplendor, Dios eligió para Su morada el Muro Occidental y dijo:

"Muy querido es para Mi el trabajo de los pobres, y Mi bendición reposa sobre él."

Y se dejó oír una voz suave que se agregó a las palabras del Eterno: "¡Nunca, jamás abandonará Dios el Muro Occidental!"

Cuando muchos-muchos años después, el enemigo destruyó la Casa construida a Su gloria, bajaron ángeles del Cielo y extendieron sus alas sobre el Muro Occidental y pronunciaron el siguiente vaticinio:

"¡Jamás será destruido el Muro Occidental!"

 Tomado de "Cuentos Judios para disfrutar" del Rabino Dr. Veghazi

4 comentarios:

  1. Gracias Armando por este cuento serio, solo para niños, pues los cuentos para "adultos" son de mamadera de gallo; solo los niños y cuando un "adulto" se hace niño, puede comprender a cabalidad el "cuento" o la narración o el mecanismo para hacer cambios en la percepción, por cierto, los niños la cambian con facilidad y pueden ver cosas que los adultos no.
    Me parece interesante, mi aprendizaje es mas o menos así: 1.- El pensamiento de obra para la Unicidad, 2.- ofrecimiento de los actos Al Creador, 3.- realización de los actos y 4.- Entrega de los Actos Al Creador.
    Pareciera que tienen que ver las fases lunares en el mismo orden: luna nueva, 1/4 creciente, l llena y cuarto menguante; en términos geográficos, el orden sería: Sur, este, norte y OESTE.
    Dos cosas mas: Los seres humanos por su vanidad se distraen, pretender ganar las indulgencias con escapulario ajeno, la soberbia impide hacer la entrega total, solo el vinculo genera el gozo de la acción.
    Pareciera que el momento óptimo para entregarle los actos Al Creador es en cuarto menguante y vista al oeste.
    Gracias, EG

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  2. Concha esto me recuerda a la fábula de las agujas y los camellos.definitivamente según las religiones ser rico es pecado. Esto difunta el mensaje de la unicidad pues ,por lo visto ante D-os todos no somos iguales y por lo tanto esto contradice directamente el teorema de la unicidad.? Que confusión!
    Elena

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  3. Querida Elena, muchas gracias por tu comentario, muy acertado tu punto, pero quisiera aclarar algunas cosas sobre la lectura de ciertos textos, fíjate en ningún lado el cuento dice que ser rico es malo, ni nada parecido a tal cosa. Pero permíteme decirte que los rabinos tienen un lenguaje muy particular.
    El cuento maneja la siguiente estructura: llama a Israel, todo Israel atendió, y a cada quien según “fuerzas y sus capacidades” se enfoco en el trabajo.
    Se dividió así pobres, ricos, sacerdotes y príncipes (personajes puramente simbólicos).
    La Unicidad no tiene nada que ver con igualdad, la cabeza, los pies y el ano, no son iguales, la cabeza ostenta una función muy diferente del ano, y de los pies, entonces ¿son iguales? Definitivamente no, pero algo si es cierto están en un mismo cuerpo, y si uno falla, tal cuerpo muere.
    Si colocamos a un varón y a una dama, juntos y desnudos, nos damos cuenta que no son iguales, son diferentes, pero ambos cuando están juntos cada uno con sus capacidades contribuyen a la Unidad. Un varón solo, no es Uno, y una hembra sola tampoco es Uno, son diferentes pero son uno cuando se complementan. Y ver la Unicidad, implica ser capaz de ver la Esencia y no el atributo.
    Si te vistes con un vestido azul y un sombrero, y mañana te vistes con una franela y un pantalón, estabas vestida diferente, pero eres la misma.
    No podemos leer la Torá, como algo externo, sino como algo interno. Tú has de saber el significado del Templo, y la construcción de un templo interior, requiere “trabajos” de crecimiento, de encontrar debilidades y fortalecerlas, de encontrar vicios propios y transformarlos en grandezas.
    Fíjate en el cuento los ricos, los pobres, los príncipes y los sacerdotes, representan cuatro tipos de personas diferentes, y cuatro aspectos diferentes dentro de ti misma. Ellos (los personajes ricos, príncipes y sacerdotes) no hicieron el trabajo, ellos pagaron por el trabajo, es decir usaron todos sus recursos para evadir la verdadera entrega… es como cuando tu usas tu propia inteligencia para sabotear tu propio crecimiento, eso es usar los dones y recursos que te dio el creador para crecer, de mala manera. En cambio cuando te esfuerzas con toda tus capacidades en hacer el “trabajo” de construcción de un templo interior, la entrega adecuadamente (representados por los pobres) esos si son amados por Dios.

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  4. Este artículo me hace pensar, en la construcción de mi santuario de Jerusalén, dentro de mí, permito que mi mundo completo todos dentro de mí, mis ricos, mis pobres, mi nobles, mi levitas, todos absolutamente todos, participen en mi construcción, " deja, que todo el pueblo participe en la obra, cada uno según sus fuerzas y capacidades." O sea construyo la parte de mi santuario dependiendo de quien en mi interior lo esté haciendo, si me siento noble, si uso mis joyas, si soy capaz de dar solo lo que tengo, para construir mi muro occidental "Muy querido es para Mí el trabajo de los pobres, y Mi bendición reposa sobre él." Claro ahora entiendo no es una posición de rico o pobre, es cuando soy capaz de construir aun estando en mi pobreza máxima, cuando dejo que solo las acción de mis manos obren sin necesidad de nada material, ni de lujos, ni de comodidades, cuando doblego a mi deseo solo de recibir y doy incluso lo que mas me duele para la construcción de mi muro occidental, ya creo entender porque es tan sagrado, porque cada vez que lo veo, siento lo que capaz que fui de construir en mi la edificación para protegerme y proteger a los otros incluso dando todo lo que yo tengo. Por cumplir la voluntad de Dios y obedecer lo que se me fue instruido.
    Cuando este sin fuerzas de continuar, o cuando crea que nada tengo, solamente ire y me recostarè a mi muro occidental para recordar que construi un gran muro con todo lo que tenía pero sobre todo porque eleji y decidì hacerlo. Gracias Armando por enseñarme que el Santuario esta incompleto en mi hasta que yo decida seguir rectificando y dejar de ser egoísta para ser altruista. Shalom.
    Pd. no soy lo que tengo, sino soy lo que Dios me hizo su criatura, su creaciòn.

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