En hebreo, la palabra aceptación es hashlamá, de shalom, hacer paz o ser íntegro. Tú sabes que has alcanzado la verdadera aceptación de una situación o una persona cuando estás libre de amargura, resentimiento, auto-compasión o enojo. Has alcanzado la hashlamá cuando no hay demandas egoístas de que la situación o la persona sean diferentes de como son. Una forma de lograr este estado es decirte las siguientes palabras cada vez que te enfrentas con un “acto de D-os” (es decir, algo totalmente más allá de tu control):
“Si Hashem quiere que las cosas sean de esta manera, entonces yo también lo quiero. Después de todo, ¿quién soy yo para decir que lo que él quiere para mí es equivocado o injusto y que yo merezco algo diferente?”.
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