El profeta Eliyahu, de bendita memoria, comenzó y dijo: señor del universo, Tú eres el Dios Uno y Único, más allá de todo cálculo. Tú eres exaltado por encima de todo ser elevado, misterioso más allá de todo misterio, y a Ti ningún pensamiento humano te puede comprender. Tú fuiste quien hiciste surgir diez fuerzas cósmicas denominadas las diez sefirót, con las cuales guías tanto a los mundos supraterrenales que no son revelados como los mundos que sí están revelados, tras de los cuales Tú Te ocultas de los seres humanos. Tú eres quien los enlaza y los unifica. Y puesto que ellas emanan de Ti, todo aquel que separe entre sí estas diez fuerzas cósmicas (a causa de sus pecados) es considerado como si atentara contra Tú Unidad. Estas diez sefirót se manifiestan cada una conforme a su orden, un atributo de bondad seguido por un atributo de justicia rigurosa, y luego un atributo de misericordia (que las armoniza). Tú eres quien las gobierna y no existe nada que afecte Tú Voluntad, ni en los ámbitos superiores ni en los ámbitos inferiores, ni en cualquier lado. Has establecido “ropajes” para estas fuerzas, de las cuales afloran las almas de los seres humanos. Numerosas entidades corporales les estableciste, las cuales son denominadas “entidades corporales” con respecto de los ropajes que los cubren.
La fuerza de Jésed (bondad) constituye el brazo derecho;
La fuerza de Gueburá (rigor) constituye el brazo izquierdo;
La fuerza de Tiferet (esplendor) constituye el tronco;
La fuerza de Nétzaj (victoria) y de Hod (gloria) constituyen las dos piernas (derecha e izquierda respectivamente);
La fuerza de Yesod (fundamento) constituye la culminación del cuerpo, que es el signo del pacto sagrado (la circuncisión).
La boca es el maljut (soberanía) y es denominada la Torah oral.
La Jojmá (sabiduría) reside en el cerebro y es el pensamiento conceptual.
La Biná (entendimiento) reside en el corazón y por medio de ella el corazón comprende. Y acerca de estas dos (fuerzas cósmicas) está escrito: “los misterios ocultos pertenecen al eterno, nuestro Dios” (Devarim 29:28).
El Keter (corona) superior es el ápice de la soberanía y acerca de ella está escrito: “declara el final desde el principio” (Yeshayahu 46:10) y ésta es la cabeza de los Tefilín. Al interior se halla la letra yod, la letra he, la letra vav y la letra he (que forman el nombre inefable), el cual es el sendero del mundo superior de atzilut. Esta es la savia que riega el árbol (de las sefirót en el mundo de Yetzirah) en su simiente y en sus ramas, como el agua que riega el árbol, el cual crece gracias a ella.
Señor del universo: Tú eres el origen de todos los orígenes y la causa de todas las causas, y Tú riegas el árbol en esa fuente. Esa fuente es como el alma al cuerpo, pues es la vida misma del cuerpo. En Ti no hay semejanza ni imagen tangible, tanto en lo interior como en lo exterior. Tú creaste los cielos y la tierra, y de ellos hiciste surgir el sol, la luna, las estrellas y las constelaciones. y en la tierra hay árboles y plantas, el jardín del edén, hierbas, animales salvajes, aves, bestias domésticas y seres humanos, para que a través de ellos las entidades superiores sean reconocidas, y se conduzcan conforme a ellas tanto los seres superiores como los inferiores. De Ti mismo no hay conocimiento posible; nadie aparte de Ti es uno, ni en los seres superiores ni en los seres inferiores, y Tú eres quien se manifiesta como el amo de todo ello. Cada una de las sefirot posee un nombre cognoscible, y por medio de ellas son llamadas las fuerzas angélicas. Pero Tú no posees nombre cognoscible, pues Tú eres quien llena todos los nombres y tú constituyes la plenitud de todo lo que existe. Y cuando Tú te alejas de ellos, cada uno de esos nombres permanece como un cuerpo sin alma.
Tú posees sabiduría, más no una sabiduría cognoscible;
Tú posees entendimiento, más no un entendimiento cognoscible;
(nuestra comprensión de los mundos superiores y de las sefirot es sólo para conocer) la manifestación de Tu poder y Tu fuerza a los seres humanos, para mostrarles cómo debe conducirse el mundo con Din (justicia rigurosa) y Rajamim (misericordia), los cuales son Tzedek (rectitud) y Mishpat (ley de justicia), conforme a los actos de los seres humanos. El din es la Gueburá (rigor). El Mishpat (ley) es el pilar central. El Tzédek es el reino de santidad. Las dos balanzas del Tzédek sustentan la verdad. El Tzédek es el signo del pacto. Todo ello para mostrar cómo ha de gobernarse el mundo. Pero no es que Tú poseas tzédek cognoscible; ni mishpat, ni ninguno de los demás atributos (pues el creador es infinito y el ser humano no es capaz de alcanzar su comprensión). levántate, Rabí Shimón, y que de ti surjan ideas novedosas. Pues tienes el permiso para revelar secretos ocultos que a ningún ser humano se le había concedido revelar hasta ahora.
Rabí Shimón se levantó e inició su discurso, diciendo: “Tuyas, Oh Eterno son la Grandeza, la Fuerza, el Esplendor, la Victoria y la Gloria” (Dibré hayamin i, 29:11). Escuchen ustedes que están sepultados en jebron (los tres Patriarcas), y tú, pastor fiel (Moshé), despierta de tu sueño. “despierten y entonen cantos, ustedes que moran en el polvo” (yeshayahu 26:19) esos son los justos que pertenecen a aquella de quien fue dicho: “duermo yo, más mi corazón está despierto” (shir hasharim 5:2). y ellos no están muertos, y por ello se ha dicho de ellos: “despierten y entonen cantos, ustedes que moran en el polvo”. Pastor fiel: que tú y los patriarcas despierten y entonen cantos para conmover a la presencia divina, la cual duerme en el exilio. Pues hasta ahora todos los justos duermen en sus sepulturas. Pero en el tiempo de la redención los tres Patriarcas dirán: ¡levántate, Pastor fiel! pues de ti ha sido dicho: “la voz de mi amado llama”. Con las cuatro letras del nombre divino. Y dirá “ábreme, mi hermana, mi amiga, mi paloma, mi pura”. Pues he aquí que “ya ha terminado tu tiempo, hija de Tziyón; él ya no volverá a exiliarte” (ejá 4) pues mi cabeza se ha llenado de rocío” ¿qué significa “se ha llenado de rocío”? así dijo el santo, bendito es: tú (Yerushaláyim) pensaste que desde el día en que fue destruido el santo templo celestial (yo te abandonaría). no es así, pues no te abandonaré mientras estés en el exilio. y he aquí un signo para ti: “pues mi cabeza se ha llenado de rocío”. Esto se refiere a la Presencia Divina que está en el exilio (junto con el pueblo de Israel). La paz y la vida de ellos son el rocío (tal). y estas son las letras yod, he y vav que forman el valor numérico de la palabra “tal” pues la otra he (del Nombre Divino) simboliza la presencia divina, y le emana de las fuentes espirituales superiores. De inmediato se levantaron el Pastor fiel y los Patriarcas. Hasta aquí el secreto de la Unidad.
exelente post y los esforsamos un poco los dariamos cuenta de lo la verdadera sabiduria nos hace evolucionar a otras dimensiones...de conciencia...todaraba a los sabios de" bendita memoria" y kadosh barju sea...por compartir sabiduria....REAL..
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