Una adaptación de nuestra plegaria de la noche, que merece el esfuerzo difundir:
He aquí que me perdono a mí mismo por irritarme, por burlarme de mí mismo por algo que hice hoy, o por pecar contra de mí. Ya sea contra mi cuerpo, mi dinero, mi honra o cualquier otro aspecto mío. Ya sea accidentalmente, de forma voluntaria, sin intención o de forma intencional; ya sea por medio del habla o de acción. Que yo no sea castigado por causa de lo que me hice a mí mismo o a cualquier otra persona.
Que sea Tu voluntad, Dios mío y Dios de mis antepasados, que no incurra más en el pecado, y que cualquier pecado que haya cometido ante Ti lo borres en Tu infinita misericordia, mas no a través del sufrimiento o de enfermedades graves. Que los dichos de mi boca y los pensamientos de mi corazón hallen favor ante Ti, Dios, mi Baluarte y Redentor.
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