12 de marzo de 2011

El Lenguaje de las Ramas שפת הענפים

Encontramos en el Zohar, la siguiente enseñanza: “No existe una sola hoja de hierba que no tenga un Ángel de arriba que cuide de ella, la sacuda y le diga: Crece”. 

Es decir que no hay esencia o conducta en este mundo que no comience en su raíz en el Mundo Superior (Talmud eser HaSefirot, Histaklut Pnimit, Parte 1) y todo lo que es engendrado sobre la tierra crece por él estímulo de un Capitán que lo tiene a su cargo y que todo sobre la tierra es modelado según una pauta celestial (Zohar Sección Vaera).
 
Los ángeles son fuerzas y cualquier acción, pensamiento, deseo, evento o acontecimiento, desde la partícula más elemental a la mayor de las estrellas y galaxias enteras la administra la fuerza Superior.

Esta fuerza se divide y dentro de ella están incluidas un número de fuerzas de diversos niveles del inanimado, vegetativo, animado y humano. Son fuerzas físicas y  biológicas que influyen todos los niveles y todos ellos llegan desde Arriba. 

Por esa razón, los sabios de la Kabalah han escogido un idioma especial, que  podemos llamar “El lenguaje de las ramas” o “El lenguaje de las Ramificaciones” שפת הענפים, que llama a las fuerzas espirituales por los objetos que producen en nuestro mundo, es decir usan un lenguaje humanizado, recurriendo a términos prestados de lo humano y del mundo material, para designar lo espiritual en lo cual tiene origen (su raíz) este objeto material. 

Este es el lenguaje en el que la Torah y los Sabios, pueden transmitir sus enseñanzas a través de la palabra oral o escrita de generación en generación, ¿Por qué? porque ésta es la única clase de palabras que el hombre puede usar de alguna manera significativa, ya que conceptos espacio-temporales se imponen en la mente del hombre, que vive en un mundo espacio-temporal (Rav Jacob Immanuel Schochet)

Tomando los nombres de las ramas en este mundo, dónde cada nombre se explica a sí mismo, como si apuntara a su Raíz Superior en el sistema de los Mundos Superiores. Como declaran:

 “La Torá habla en el lenguaje de los hombres”. Adaptando a la capacidad mental del oyente.

Así que aún cuando pensemos que está describiendo nuestro mundo, en realidad está describiendo aspectos espirituales, puesto que en el mundo espiritual hay solamente fuerzas sin materia. De manera que el Sabio se empeñará en despojar la aparente connotación materialista de esta sabiduría, y elevará su concepción paso a paso hasta que finalmente logre tanto conocimiento de la verdad como su intelecto sea capaz de captar. 

Y teniendo muy claro que ninguna noción y concepto humano es atribuible a la Divinidad, como declaran explícitamente las Escrituras:
¿A quién, entonces, compararán a Di-s? ¿O qué semejanza compararán a El?... A quién Me compararán para que Yo sea igual, dice el Santo” (Isaías 40:18, 25).

Al estudiar la ciencia de la Kabalah y al aprender la ley de las raíces y las ramas, podemos elevarnos de las ramas de nuestro mundo hacia sus raíces superiores. Empezaremos a ver nuestro mundo como si fuera transparente y detrás de cada objeto y situación, veremos la fuerza que lo activa y dirige.

Igualmente empiezamos a entender en dónde podemos entrar y dialogar con el Creador quien se encuentra detrás de estas fuerzas, con el propósito de responder, participar, cambiar e intervenir conscientemente, tomando el control de nuestro propio destino (Rav Yehuda Ashlag, en su Talmud Eser HaSefirot) . 

El Lenguaje de Ramas contiene cuatro modificaciones, a saber: 

El lenguaje de Tanaj, en forma de Narración histórica. Expresado en los 5 libros de Moshe (Pentateuco), en los Escritos y los Profetas.  

El lenguaje de Halaja, describiendo las leyes y códigos, que incluye la Mishna, el Talmud, el Shuljan Aruj, transmitido en un lenguaje técnico y sintético.

El lenguaje de Hagadot, en forma de leyendas, que amplían y continúan la tradición escrita.

El lenguaje de la Kabalah, siendo este el más cercano a las raíces espirituales y el más preciso de todos. 

Cada uno de ellos refiriéndose a aspectos espirituales superiores. 

Así cuando un Mequbal (Kabalista) lee la Torá no visualiza hechos históricos, ni enseñanzas puramente morales, ni leyendas y parábolas, sino que percibe claramente cómo las fuerzas espirituales dirigen a este mundo, y cómo todo se une finalmente en la Luz Superior infinita, causa y origen de todo.

Siendo que cada concepto y término del lenguaje de las Ramas se deriva de un concepto previo (Rav Zukerwar Tzl), encadenando así causa y consecuencia (Ila veAlul) tal como sucede en un árbol en donde cada rama surge de otra rama.

En el lenguaje de la Kabalah “El Lenguaje de las Ramificaciones” se define que una existencia o realidad se va encadenando, progresivamente, desde otra existencia, En otras palabras, no hay en la "ILA" (causa) lo que no hay en “ALUL” (efecto o consecuencia), tampoco hay en la consecuencia lo que no hay en la causa. Por lo tanto hay Hishtalshelut (encadenamiento) entre ila y alul (causa y efecto) sin progresión (Rav Yehiel Bar Lev). Y quien siga cuidadosamente el camino de las ramas llegara al tronco y luego a las raíces que sustentan al árbol.

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