Nuevamente todo depende de como lo mires... Todo está en D-os, nada está afuera de Él.
Hace un tiempo me sucedio algo, que me inquieto mucho y me produjo gran tensión, y mi esposa llamó por teléfono al Rabino... ¿Maldición, bendición? Todo depende de como lo mires...
Había una vez un matrimonio que no tenía hijos. Era una pareja muy rica que siempre ayudaba a los pobres y hacía muchas obras buenas. Con el tiempo, la fama de su bondad se expandió en el país entero, además del hecho de que no tenían hijos. Uno de los sabios (Jajamim) del lugar, al escuchar esto, se vistió como mendigo y fue a golpear a sus puertas, pidiendo ayuda.
El marido y la mujer lo hicieron entrar a su casa, le dieron de comer, de beber y además, vestimenta. Lo dejaron pernoctar aquella noche en su casa. Por la mañana, cuando él se levantó, dijo el Shajarit - la oración matutina - y se preparó para ponerse en camino. Pero antes de salir de la casa, le dijo a la pareja:"Ustedes me recibieron tan bien y me ayudaron tanto, que yo voy a darles una buena nueva". - Y mostrando con el dedo los cristales y las porcelanas finas, les dijo: - "Les auguro que de aquí a dos años, todo eso estará roto". - Y sin esperar ni un segundo más, se fue.
El marido y su esposa quedaron muy ofendidos y decidieron ir donde el rabino de la ciudad. Allí se quejaron, diciéndole que un hombre que ellos habían recibido tan bien, les dio esta maldición. - "¿Qué hicimos? ¿No nos portamos bien?" - le preguntaron al rabino.
Y el rabino, con una gran sonrisa, les contestó: - "Esta no es una maldición. Todo lo contrario, es una gran bendición. Significa que el próximo año, si Dios quiere, van a tener un hijito y éste, al cumplir un año de edad, romperá todos los cristales y todas las porcelanas que están cuidando ahora con tanto entusiasmo".
Y el rabino, con una gran sonrisa, les contestó: - "Esta no es una maldición. Todo lo contrario, es una gran bendición. Significa que el próximo año, si Dios quiere, van a tener un hijito y éste, al cumplir un año de edad, romperá todos los cristales y todas las porcelanas que están cuidando ahora con tanto entusiasmo".
La pareja, al oír las palabras del rabino, se alegró mucho y así entendieron que Él, cuyo Nombre no podemos mencionar, les mandó Su mensaje por intermedio del "mendigo"
Cuento tomado completamente de "El libro Cuentos Judíos para Disfrutar" del Doctor Esteban Veghazi
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