Lo Espiritual y lo Material

Cuando en Kabalah se habla de algo "Espiritual" se refiriere al ámbito de la realidad que nos posibilita el acceso a las Causas,  y planteado de esta manera definimos lo "Material"  como las consecuencias generadas por dichas Causas. 

Ser "Espiritual" radica esencialmente en ser capaces de ver nuestro mundo como si fuera transparente y detrás de cada objeto y situación,  observar la fuerza que lo administra y lo activa. Es decir , siempre ser capaz de no fijarse en la consecuencia (objeto o situación) sino en la causa que lo origina (fuerza espiritual).

Nuestros Sabios interpretan el versículo: "He Aquí, hay un lugar conmigo" Éxodo 33:21 como: "Él es el lugar del mundo; el mundo no es Su Lugar" es decir que todo es consecuencia de Él, y que nada está fuera de Él, puesto que Él trasciende todo y a la vez Él lo llena todo. Una importante conclusión de esto es que siempre estamos en "buenas manos" y todo lo que nos ocurre es siempre para bien, aunque no seamos capaces de verlo en el momento, y es precisamente debido a esta  incapacidad por lo que somos infelices.

El Talmud, el gran libro de las preguntas y respuestas, se plantea pregunta ¿Quién es sabio? y responde "Quien prevee lo que va a nacer" (Tamid 32:1) y otro tratado se vuelve a preguntar ¿Quién es sabio? y vuelve a responder "Aquel que aprende de toda persona, pues fue dicho: De todos los que me enseñaron obtuve sabiduría; pues Tus testimonios son mi conversación" (Avot 4:1)

Es Sabio quien conoce las causas, lo espiritual, y por lo tanto puede prever la concretización de las consecuencias, lo material, que cada pensamiento, sentimiento y acto van a generar,  puede sentir de dónde provienen y por qué le suceden a él y los demás las cosas. 

Es capaz de ver más allá del follaje y concentrarse en las raíces, y por tanto será capaz de aprender de cada situación y de todos. Un Sabio es capaz de iniciar un diálogo con la raíz a través de la cual opera su propia fuerza.

"Un Ser Espiritual" a los ojos de la Torah no es un ser alejado del mundo material, es más bien un ser que comprende el mundo  y sus limitaciones, iluminandolo con su "Luz". La Misión del hombre es corregir su egoísmo, y cada quien tiene y le son dadas las herramientas para tal fín.

Casi siempre asociamos el dinero con un aspecto puramente "material" y esto es verdaderamente uno de los grandes errores de la pseudo-espiritualidad moderna, y digo pseudo, porque desconoce que el dinero "material" tiene una raiz "espiritual" como todo en este plano físico.

Esto es algo relacionado con el Mazal... En cierta ocasion conocí a una pareja de hermanos, uno trabajaba muchísimo y el otro trabajaba mucho menos. El que trabajaba más, lo hacia porque le costaba más conseguir "dinero" (fijense que escribo "dinero" y no escribo "sustento" pues este siempre tuvo, tiene y tendrá lo suficiente para su sustento)  y el que trabajaba mucho menos, conseguía el dinero hasta tirado en el piso... incluso conduce un auto deportivo de estos en los que solamente caben dos personas...

¿Por qué sucede esto? sencillamente porque este mundo fisico esta diseñado para ser espacio para "crecimiento espiritual" es decir, para que adquiramos la conciencia de mirar las raices y no follaje, y el hermano que gana menos dinero, necesita menos  dinero para desarrollar el aprendizaje que su Alma requiere en esta vida, ambos hermanos son plenos en este mundo para desarrollar su potencial, de altruismo y ambos tienen todas las herramientas para cumplir con su misión en esta vida... 

¿Qué estaría mal? que el hermano que gana menos en lugar de comprender que él lo posee todo para desarrollarse en el mundo, se concentre más bien en los recursos de su hermano, y en la aparente diferencia, olvidándose de vivir su vida, y de "iluminar" el mundo desde donde le toca, siendo PROFUNDAMENTE INFELIZ... o que el hermano que gana más ofenda y le haga desprecios al que gana menos, olvidando desarrollar su potencial de altruísmo con las herramientas que le fueron dadas, siendo PROFUNDAMENTE INFELIZ...  

Para un Sabio, alguien que confía en Dios, la riqueza o la falta de la misma no se convierte en un obstáculo para seguir confiando en Dios, pues él no se apoya en su riqueza, sino que la ve más bien como un depósito que le ha sido encomendado para ser usado de cierta manera y con ciertos propósitos, por un tiempo limitado.

 Y si ésta permaneciera en su posesión por mucho tiempo, él no se alejará de Dios por ello. Un Sabio no le recordará jamás su bondad a quienes tuvo el deber de darles de ella, ni buscará  en ningún momento el reconocimiento y la alabanza por poseerla, sino que le agradecerá al Creador, por darle lo que él requiere. 

Y si llegara a perder su dinero, no se preocupará ni se lamentará por la carencia del mismo sino que le agradecerá a Dios por haber tomado de él ese depósito así como le agradeció cuando se lo dio , será feliz con lo que tiene, no deseará el perjuicio de nadie ni codiciará la propiedad de los demás; como dijo el Sabio (Rey Shelomó): "El justo sólo come hasta que se satisface" (Mishlé 13:25) (Extraído de El portal de la confianza. Editorial Feldheim)

Nuevamente Nuestros Sabios, los incansables preguntones del Talmud, se preguntan ¿Quien es rico? y responden: Aquel que está contento con su suerte (Avot 4:1) y es feliz, pues desarrolla su potencial, como el hermano que gana menos y no se preocupa sino por crecer, buscar el sustento, y amar a sus hijos y esposa. 

Tener riquezas monetarias no es malo, ser avaro y usurero si lo es...

No tener riquezas monetarias no es malo, ser un resentido y envidioso si lo es...

Un Sabio será feliz en cualquier situación que se encuentre incluso si es contraria a su naturaleza, porque confía en Dios y sabe que Él sólo hará lo que es bueno para él en todo.

Así una madre que ama a su hijo, que lo baña, le cambia los pañales, lo viste y lo desviste en contra de la voluntad del niño. Como dijo David, que la paz sea sobre él: 

"Me he comparado con un lactante (que se encuentra) sobre su madre; mi alma se siente como un lactante (en relación a Dios)" (Tehilim 131:2).

D-os los bendiga...