Una hermosa tarde de domingo. Estás de paseo en un parque con tus amigos. De repente, la atmósfera es quebrada por una persona que se queja:
“¿Quién se olvidó los cuchillos? ¡Hace demasiado calor para jugar al volley! ¡Ya quiero volver a casa!”
Tienes la obligación de estar feliz cuando tu humor vaya a afectar negativamente a otras personas. No arruines la diversión. Todos tratamos de sonreír cuando estamos en una fiesta. ¿Pero qué ocurre cuando estamos en casa, solos con nuestros hijos? ¿O cuando a duras penas tenemos fuerzas para llegar hasta la oficina el lunes por la mañana?
Tal como un pozo abierto en medio del camino, una cara amarga es una amenaza pública. Ser feliz es parte del hecho de ser considerado con las personas que nos rodea.
No hay comentarios:
Publicar un comentario