9 de abril de 2017

Ben Zoma y Ben 'Azái



Generalmente obtengo respuesta de mis cuestionamientos durante meditaciones.

La meditación es un proceso mental muy fuerte en el que nos entrenamos para calmar el ruido, relajarnos, ver la vida como es, para seguir adelante.

¿Cual es el objetivo de la meditación? Buscar y encontrar a Di-s y revelarlo en nuestra vidas, Es Él, todas las respuestas.
Cada quien es libre de practicar la meditación según su tendencia o estilo.

Publicado originalmente en: http://cienciacosmica.net/solo-a-traves-de-la-meditacion-encontramos-las-respuestas-mas-buscadas/

Estando cercanos a Pesaj, y las semanas intensas de estudio preparatorio antes de Shavuot, donde se tiene la costumbre de estudiar el tratado de Avot, tomé una de mis copias comentadas y se abrió exactamente en una de las sentencias de Ben Zomá, en el capítulo 4... Fue respuesta para mí.

¿Qué implica "Ben Zomá"? implica de alguna forma la locura Sagrada... Podemos leer en el tratado de Berajot "Quienquiera que vea a Ben Zoma en su sueño está seguro de erudición" Ben Zomá implica revelar la chispa del Mashíaj al límite de la locura, querer revelar al Mashíaj, en sí mismo. Si ves a alguien queriendo entrar en los manicomios tratando de curar a la gente loca que está allí, entonces él es un muy buen candidato para ser el Mashíaj.

No en balde la Guematría de “yo soy Mashíaj”, אני משיח , es igual a “loco” (משוגע  meshugá).

Hoy les escribo sobre: Ben Zomá y Ben 'Azái

Ya hemos hablado en el pasado aquí en este blog, sobre ellos, específicamente en el tema del Pardés en una mishná del tratado de Jaguigá:

Cuatro Sabios «entraron» al PaRDéS: Ben 'Azái, Ben Zomá, Ajer (Elishá Ben Abúya) y Rabí Akiva. Ben ''Azái vio y murió, Ben Zomá observó y enloqueció, Ajer cortó las amarras, Rabí Akiva salió en paz.
Talmud Babli Tratado Jaguigá 14.2 

Shimón Ben Zomá era un estudioso de la Kabbalah, intérprete de las Escrituras, y una de los últimas autoridades de los expositores bíblico.

Shimón Ben 'Azái fue uno de los compiladores del Talmud que se dedicó también a la especulación esotérica.

Ambos vivieron en el primer tercio del siglo II e.c. No fueron llamados "Rabí", porque ambos permanecieron todas su vidas en las filas de los "talmidim" o "talmide Jajamim" (alumnos o discípulos de los sabios). Ben 'Azái y Ben Zoma fueron considerados en la tradición tanáita como los más altos representantes de este grado en la jerarquía del aprendizaje, y no recibieron la Shemijá.

Ambos Pertenecieron al círculo íntimo de los discípulos de Rabí Yehoshúa Ben Hananiah. En una controversia Halájica entre ellos se informa en que Ben Zoma fue el vencedor. Aunque Ben 'Azái es especialmente nombrado como un ejemplo eminente de un "alumno que es digno de la hora'ah", es decir del derecho de juicio independiente en cuestiones de Hálaja [ley religiosa].

Recordé mis lecturas de los libros del Rabino Zukerwar tzl, en la mishna de Jaguigá, al finál leemos de ellos:

Ben Azái vio y murió. Este Sabio pensó que anulando la relación con el mundo material-sensorial el hombre alcanza el objetivo para el cual fue creado. 

La realidad material-sensorial es nociva cuando se transforma en un fin en sí misma, entonces se convierte en la fuente de todos los sufrimientos. En cambio, cuando la tomamos como un medio se transforma en el instrumento para que la Plenitud Infinita se expanda en todos los ámbitos de la realidad. La Torá no nos pide anular el deseo, ya que el deseo es el recipiente para recibir la plenitud (sin deseo no podemos disfrutar). La Torá nos enseña la forma correcta de relacionarnos con el deseo: altruismo. Ben Azái obvió el potencial que surge al confrontarnos con el desafío de armonizar todos los planos y aspectos de la realidad, lo cual hace fluir la plenitud a toda la Creación.

Ben Zomá observó y enloqueció. Su intuición e imaginación fueron más poderosas que su discernimiento. 

Ben Zomá fue un Sabio que se dedicaba a analizar decenas de veces un concepto hasta comprenderlo en sus detalles e implicancias más recónditas. Es imposible que el hombre aprehenda intelectualmente la medida de todo, ya que la realidad del Kadósh Barúj Hú es infinita (Ein- Sof). 

El verdadero conocimiento espiritual trasciende todo límite. El acceso a la realidad espiritual es posible únicamente cuando trascendemos el ámbito de lo mensurable. Esto es similar al amor que para ser completo debe estar por sobre toda medida. Mientras medimos aún no hay amor, hay conocimiento. Sólo cuando trascendemos la medida llegamos a la entrega, al amor, que está más allá de todo límite. 


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