Dijo Rabí Yohanan ben Hanina: El día dura doce horas, y el día en que Adán, el primer hombre fue creado, se dividió de la siguiente manera:
En la primera hora del día, su polvo se reunió [HaShem lo reunió de todo el mundo]
En la segunda, se formó una figura indefinida [Esto es que HaShem mezcló el polvo con agua y lo amasó hasta convertirlo en una sustancia parecida a la masa].
En la tercera, sus extremidades se extendieron [El Eterno formó el cuerpo de Adam, sus brazos y sus piernas].
En la cuarta, un alma fue arrojada a él [Una Neshamá fue puesta en él].
En la quinta, se puso de pie sobre sus piernas.
En la sexta, llamó a las criaturas por los nombres que les dio [le puso nombre a los animales]
En la séptima, Eva fue emparejada con él.
En la octava, se levantaron a la cama dos, y descendieron cuatro [conoció a Java y engendró hijos que todavía no nacían, es decir, Caín y Abel].
En la novena, se le ordenó no comer del Árbol del Conocimiento del bien y del mal.
En la décima, él pecó.
En la undécima, fue juzgado.
En la duodécima, fue expulsado y abandonó el Jardín del Edén, como se dice: “Pero el hombre no permanece en honor; él es como las bestias que perecen” (Salmos 49:13). Adam no permaneció, es decir, durmió, en un lugar de honor ni una sola noche.
Sanhedrín 38b
Shalom, me hizo recordar la historia del Gilgamesh. Muchas mitologias esparcidas en la faz de la tierra, que seguramente fue tomado de la Torah.
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