2 de noviembre de 2019

El Arca de Noaj

El presente artículo es la continuación del post del año pasado, titulado "Reflexión sección Noaj" por lo que si quieres leer este debes leer primero el otro:


Hace unos días atrás comíamos y habitábamos en la Sukah, estábamos sentados en ella y hablábamos del simbolismo de la festividad, y rememorábamos las nubes de gloria que acompañaron al pueblo de Israel. Durante esos días repetimos las enseñanzas de los Sabios: “La Shejiná es el aspecto de la Sukah”. Ella nos protege y extiende sus alas como una madre sobre sus hijos. El séptimo es el aspecto de la Shejiná, al igual que los preceptos de la Sukah están enraizados en el séptimo mes.

En la sección Pinjas del Zohar, encontramos la siguiente cita: “Y habrá una Sukah para dar sombra contra el calor del día, para refugio y protección contra las tormentas y la lluvia” Yeshayahu 4:6. El Arca de Noé proporciona la misma protección que la Sukah, una protección contra los juicios fuera de la nave, pero como diría una amiga: ¿cómo se come esto?

Los secretos revelados en el Zohar crean unificación de י-ה-ו-ה superior e inferior א-ד-נ-י para proporcionar una protección como en la Sukah.  Esto es aludido en la misma guematria de la palabra סוכה es numéricamente 91 como la combinación de los dos nombres (Yihud) י-א-ה-ד-ו-נ-ה-י. Ver Yihudim  

Ya el año pasado (esto es, en 5779) conversábamos durante la clase de la parashat Noaj, que: El secreto del arca de Noaj es el del lenguaje rectificado. En ese momento para ver profundamente, analizamos las dimensiones del arca de Noaj. Hoy ampliaremos el concepto usando la conexión entre los dos nombres divinos y el Arca a través de las medidas del Arca.

La Torah explica que el arca tiene 300 codos de largo, 50 de ancho y 30 de altura. En Kabbalah y otros textos tradicionales aprendemos que cada una de estas dimensiones puede ser analizada de acuerdo a su correspondencia con las letras hebreas. De esto surge lo siguiente:

El largo, 300 codos, corresponde a la letra shin.
El ancho, 50 codos, corresponde a la letra nun.
El alto, 30 codos, corresponde a la letra lamed.

Las letras numerales de las medidas forman la palabra Lashón (sin la vav) alude entonces al habla.

Al buscar transformar esta antigua medida a medidas con sistemas modernos, la opinión más aceptada es que un codo אמה es igual a 18 pulgadas o 45 centímetros. Con estas medidas reales tendremos un barco de buen tamaño, pero no uno lo suficientemente grande pueda contener todos los animales que se necesitan cargar. Profundizando más entonces tenemos que secreto de las medidas es la conexión con los nombres de Dios, el nivel superior e inferior unificados.

Multiplicamos el valor de las letras de los nombres con los demás como en la tabla de abajo para revelar la conexión y la protección del Arca, su relacion con las altas festividades del mes de tishre:


Jeshvan (o Mar Jeshvan) es el octavo mes del calendario judío.

En el Tanaj, es llamado el jodesh bul, de la palabra mabul, “diluvio”, que comenzó el 17 de Jeshvan y culminó el 27 del mismo mes del año siguiente. El día 28 Noaj ofrendó su sacrificio a Di-s y Este le prometió no volver a traer un diluvio sobre la tierra para destruir la humanidad, revelándole luego la señal del pacto con el mundo, el arco iris.

Es el único mes que no tiene días festivos o mitzvot especiales. 

Nos enseñaron que está “reservado” para el tiempo del Mashíaj, quien va a inaugurar el tercer Templo en jeshvan.




1 comentario:

  1. Si observamos la anatomía de nuestro cuerpo y según la proporción aurea que nos dejó en el mundo Vitrubio y Da Vinci, nuestro cuerpo podría representar esta arca, con todos nuestros bajos instintos y pasiones (animales), controlados, siendo pares de opuestos porque nosotros somos una polaridad (un aspecto negativo= rigor; y un aspecto positivo= bondad).
    Por otra parte, el significado de Lashón, es habla. Diría más bien que es 'Lengua', ya que como se nos indica en la Torah, está en un diluvio constante que sería nuestra saliva y por lo tanto, tiene correspondencia el arca con la lengua del ser humano, por establecer comunicación con otros y protegerse a través de la Tefilá, de los diluvios internos y externos a nuestro cuerpo humano.

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