26 de abril de 2011

El Origen del Sexo.




Este artículo es la continuación de post:
 
Sexo y Torah

Estamos de acuerdo que el Judaísmo percibe la intimidad marital como un aspecto muy importante y positivo en la vida, alentándolo enérgicamente (dentro de límites razonables).


El Talmud y los Textos clásicos de Kabalah están llenos de metáforas basadas en la unión entre marido y mujer para explicar muchas enseñanzas, ya que la unión entre el esposo y la esposa es considerada uno de los actos más hermosos y poderosos de los cuales es capaz el hombre.


En este post lo primero que vamos a hacer es una especie de “Antología del Zohar” muy pequeña y luego una lectura sencilla y detenida de la misma que nos ilustrará el punto. Cuando digo “lectura sencilla” es porque debemos recordar que no hay una letra, ni palabra del Zohar que esté relacionada con este mundo, y no es nuestro deseo en este escrito (al menos por ahora) meternos con conceptos de Emanaciones, Olamot, Partzufim y Sefirot, a los cuales el Zohar si se está refiriendo.


Antología del Zohar.


El Señor le dio esta respuesta: Tzadik, tú eres Tzadik y significas justicia, pero debes ser escondida, no has de salir a lo abierto mientras puedas dar al mundo causa para ofensa. Pues tú consistes de la letra Nun llevando arriba la letra Yod, que representan juntas los principios masculinos y femeninos. Y este es el misterio de la creación del primer hombre, que fue creado con dos rostros, masculino y femenino, combinados. De la misma manera la Nun y la Yod en el Tzadik están dirigidas de espalda a espalda y no de rostro a rostro, ya sea que la Tzadik esté dirigida hacia arriba o dada vuelta hacia abajo. El Santo, Bendito Sea, le dijo luego: Oportunamente te dividiré en dos de modo de aparecer rostro a rostro, pero tú ascenderás en otro lugar. Entonces partió.


La palabra siguiente, ve-et, indica la unión firme de masculino y femenino; Él respondió: Amigos míos, no es así, pues el Hombre de la emanación fue ambos, masculino y femenino, del lado de ambos Padre y Madre, y por eso se dice: “Y Dios dijo: Que haya luz, y la luz fue”: “que haya luz” del lado del Padre; “y la luz fue” del lado de la Madre; y este es el hombre “de dos rostros”. Este “hombre” no tiene “imagen y semejanza”.


Además, las dos palabras et hashamaim (“los cielos”) significan la adecuada unión de masculino y femenino.


“Hagamos al hombre”: La palabra Adam (“hombre”) implica masculino y femenino, creados completamente por la Sabiduría superior y santa.


De ahí que está escrito: “Y el Señor Dios formó al hombre”. El nombre doble es responsable por las dos, la buena y la mala inclinación. “Al hombre”: Como lo hemos explicado, masculino y femenino, juntos y no separados, de modo de dirigir rostro a rostro.


Quien logra por sí mismo la unión de masculino y femenino es llamado Adán, y de esta manera tiene el del pecado. Más aún, alcanza la virtud de 'la unidad y aun el grado de la gracia. Por el contraria, quien permanece sin esa unión no posee ni temor ni humildad ni el estado de gracia. Así, la Escritura dice: "Porque he dicho: el mundo está construido por Gracia".


Lo común en todas estas lecturas es lo “Masculino y Femenino”. Como es bien sabido encontramos en el Zohar, la enseñanza adicional:


“No existe una sola hoja de hierba que no tenga un Ángel de arriba que cuide de ella, la sacuda y le diga: Crece”.


Es decir que no hay esencia o conducta en este mundo que no comience en su raíz en el Mundo Superior (Talmud eser HaSefirot, Histaklut Pnimit, Parte 1) y todo lo que es engendrado sobre la tierra crece por él estímulo de un Capitán que lo tiene a su cargo y que todo sobre la tierra es modelado según una pauta celestial (Zohar Sección Vaera) ¿Lenguaje de las Ramas, lo recuerdas? Si no has click El Lenguaje de las Ramas


Y este es precisamente uno de los fundamentos y enseñanza más grande de la Torah: No hay nada fuera de D-os, Él Abarca Todo y Él lo llena Todo, Todo fue creado por El y todo está para servirLo.


La conexión con D-os la encontramos en todos los actos de nuestra vida, desde el comer hasta en las relaciones íntimas íntimas de pareja. Siendo nuestro objetivo último en este plano que cada individuo alcance ese mismo nivel de íntima conexión con Dios.


Entonces cabe la pregunta ¿Cuál es la raíz del sexo? La raíz espiritual de sexo es la unidad del alma con el Creador, puesto que en el mundo espiritual, el alma está unida a la Luz, y a esta unión se le llama “Zivug” cópula.


Y es de esta “cópula” de la que el Zohar habla, y precisamente la que constituye la unificación de las dos partes de la Creación: masculino y femenino, y es el placer más inmenso que pueda existir, ya que el alma se llena con la Luz del Creador, su mismo origen.


Esta cópula espiritual también tiene una ramificación o copia en el mundo físico, el mundo de la materia, y se llama SEXO, que comienza generalmente con un abrazo y un beso. Así como en el plano físico esto despierta fuertes sentimientos de unión entre la pareja, de la misma manera ello crea una conexión espiritual paralela.


Los principios Kabalistas de jibuk (abrazar), nishuk (besar) y zivug (unión íntima) se refieren a las relaciones espirituales entre los Mundos Superiores. Aunque estos conceptos Kabalistas no tienen conexión alguna con las acciones físicas, ellos se encarnan en las acciones de marido y mujer durante la relación marital realizada en pureza, y es el placer máximo en este mundo y la raíz de todos nuestros deseos aquí.
 
Cuando marido y mujer se juntan en el acto sexual, están literalmente uniéndose el uno al otro, Unificándose. El sexo es el fundamento de nuestros deseos, porque su raíz es la unión del alma con el Creador, la meta final de la Naturaleza y todo lo que ocurre en este mundo está determinado por esta meta final.


Y deseo sexual y el placer también provienen de este estado final: la adhesión con el Creador, llamado Zivug, como ya se dijo atrás.


Todos aspiramos a tener la sensación del mundo espiritual porque es el único lugar donde encontraremos el placer verdadero y perdurable, placer que se alcanza sólo cuando dos partes opuestas de la creación, hombre y mujer se funden en uno y la Luz común los llena.



En la figura apreciamos que solo hay una diferencia de dos letras entre la palabra hebrea para hombre, “ish” y la palabra hebrea para mujer, “ishah”, la letra Yod en “ish” y la letra He en “ishah”.
 
Letras que juntas forman el nombre de D-os.
 
Así cuando se expresa la intimidad de pareja y sus diferencias se fusionan para convertirse en un solo cuerpo y una sola alma, se dan las condiciones para que la Presencia de D-os también resida con ellos (Sota 17:1)
 
Crear semejante unidad no se logra, obviamente, con una sola de las partes. Más bien, exige que se involucren ambas partes.
 
Como explica Najmánides:
 
“También se debe unir con él en pensamientos Sagrados y Puros. Entonces sus mentes se fusionarán en una; ambos se unirán momentáneamente y la Presencia de D-os permanecerá entre ellos” Igueret HaKodesh 5.




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