Una meditación para Venezuela.

Queridos compañeros, hoy les escribo debido a los sucesos vividos en nuestro país en los últimos días. Todos estos hechos han sido marcados por la violencia y oscuridad, por la desinformación, por la paranoia. 

Durante algún tiempo nos hemos reunido, y hemos estudiado que cada suceso y situación que vivimos en esta vida, es con el fin de que aprendamos. Y que este mundo es un espacio servido para que rectifiquemos y encontremos al Creador, que se oculta en él.

Un País es espejo de sus habitantes. Por eso les escribo, porque esa paz de la que tanto hablamos, sólo vendrá a través de nosotros, ya que también hemos estudiado, que como individuos somos poderosos en nuestra contribución al estado de nuestro país, ya que nuestros pensamientos y acciones tienen ramificaciones más allá de lo que vemos con nuestros ojos y que nuestro rango de responsabilidad individual se extiende mucho más allá de los lugares donde nos encontramos. El pasado no te sirve, sólo el presente. Es nuestra responsabilidad como venezolanos, como estudiantes, iluminar cada uno de los espacios en los que nos encontramos, con nuestras acciones.