29 de abril de 2019

El Beso del Eterno


Hoy en la pequeña reunión de estudio, discutimos sobre la porción Ajaréi Mot, que comienza con una discusión  sobre la muerte de Nadav y Avihú, los dos hijos de Aharón. 

Primeramente la grandeza estos personajes está implícita incluso en sus nombres:

"Nadav" significa que estaba apto para la nobleza (nedivut).

"Avihú" implica que valía como para convertirse en el padre del pueblo (av).

Partamos desde acá...

Se me pidió que la disertación sobre el tema fuera suave, por lo que no me centré mucho en temas relacionados con las interpretaciones desde la Kabbalah, citando el Sulam de nuestro amado maestro el Sabio Kabbalista Rabí Yehuda Ashlag en términos de Partzufim y Olamot.  

Cuando me hablan de "Servicio Divino" siempre saco a relucir, que no puede haber mayor servicio rendido a Di-s que someter la inclinación al mal [Yetzer HaRa], ya que cuando el mal que habita en el corazón del hombre es sometido y su poder quebrado de esta manera, el hombre llega a ser un genuino amante de Di-s, dado que ha aprendido cómo haber que la inclinación al mal [Yetzer HaRa] misma sirva al Eterno, esto es, cuando domina al Alma Animal con su intenso y revelado amor a Di-s, se subyuga la sitrá ajará en el lado izquierdo del corazón.  

 Aquí en este artículo me puedo explayar un poco más con relación al tema de los hijos de Aharon, demos un vistazo rápido a algunas fuentes clásicas con relación a ellos:  

Rashí  en su comentario a Levítico 10:2, no nos da una imagen positiva de estos dos personajes, y nos otorga dos explicaciones basándose en el Midrash Vaikrá Rabbá y en Masejet Eruvin 63a perek Adar: 

1. Explica que de acuerdo a Rabí Eliezer murieron por haber sido engreídos y no impartirle honor y respeto a su maestro Moshé Rabenu. 

2. Luego nos enseña que según Rabí Shimon entraron borrachos al Santuario, y ejercieron un servicio para el cual no estaban preparados (ni llamados) provocándose así la muerte.

En ambos casos la causa de su fallecimiento es producto o efecto de las acciones que ellos mismos acometieron, esto es: producto de la ley causa-efecto.  Najmanides (El Ultimo Gran Kabbalista) opina que de hecho siendo que ellos sabían que si ofrendaban lo que no era requerido por Eterno, las consecuencias no serían agradables para ellos.

No en balde leemos: 

"... Moshé y Aharon caminaban en su camino, y Nadav y Avihu caminaban detrás de ellos, y todo el pueblo judío caminaba detrás de ellos. Nadav le dijo a Avihu: ¿Cuándo sucederá que estos dos viejos morirán y tú y yo lideraremos la generación, ya que somos sus herederos? El Santo, Bendito sea, les dijo:  Veremos quién entierra a quien". Sanhedrin 52a    

En otra parte del Talmud, leemos también:

Habiendo recibido permiso para hablar, Rabí Tarfón respondió y dijo: Respecto a la muerte de los hijos de Aharon, dice: "Pero que vuestros hermanos, toda la casa de Israel, lamenten el ardor que el Señor ha encendido" (Levítico 10: 6). ¿No se infieren estos asuntos a fortiori? Si, ​​con respecto a Nadav y Avihu, quienes habían realizado sólo una mitzva que está explícitamente enunciada en la Torah, como está escrito: "Y los hijos de Aharon le trajeron la sangre" (Levítico 9: 9), esto nunca se determinó acerca de ellos, entonces con respecto a los hijos de Rabi Yishmael, quienes eran bien conocidos por su desempeño de muchas mitzvot, tanto más si todo el pueblo judío lamentaba su muerte. Moed Katan 28b

Estos dos extractos talmúdicos sitúan a los sacerdotes muy lejos de ser personas justas, de conducta meritoria, pero una tercera cita  nos da otra idea:

 "...le dijo Moshé a Aharon: No murieron tus hijos sino para santificar el Santo Nombre'; y como Aarón sabía que sus hijos eran conocedores del Eterno, enmudeció". Zevajim 115b.

Esto es, que Moshé le dijo a Aharon que el Eterno le habló en profecía y le dijo que cuando el Mishkán fuera inaugurado, “Estableceré Mi encuentro allí con los Hijos de Israel, y seré santificado con Mi honor (bikvodí)” (Shemot 29:43). No leas “con Mi honor”, dice el Talmud, sino “a través de Mis honorables (bemekubadai)”. Moshé dijo: “Aharón, sabía que esta casa sería santificada a través de la muerte de los amados de Hashem, pero pensé que sería a través de ti o de mí. “¡Ahora veo que Nadav y Avihú eran más grandes que tú y yo!” 

Esto también podemos encontrarlo en  Vaikrá Rabá 12:2, Midrash Tanjumá, Sheminí.

Sin embargo a Najmánides en su comentario a  Levítico 10:3, no le gusta esta idea... (Ya lo dijimos antes)

Si analizamos los hechos encontramos que en el octavo día de la Inauguración, el fuego Celestial descendió y consumió a los sacrificios. A continuación de este evento, Nadav y Avihú decidieron que a pesar de todo era correcto que también colocaran su propio fuego en el mizbeaj. Ellos infirieron esta halajá (ley de la Torá) del versículo (Levítico 1:7), "Y los hijos del kohén Aharón pondrán el fuego sobre el altar..." Debido a que Nadav y Avihú eran eruditos de la Torah, ellos dedujeron de este verso que era un precepto colocar fuego en el altar a pesar del fuego de Arriba. Formularon esta halajá en presencia de Moshé. A pesar de que su decisión halájica fue correcta, ellos merecían el castigo de la muerte Celestial porque tenían prohibido crear una halajá en presencia de su maestro Moshé sin consultarle.

Por otra parte,  el Or haJaím, de nuestro venerable maestro Rabí Jaim ben Atar (1696-1743), escribe que la razón de su muerte fue un excesivo acercamiento a Di-s. Por eso el versículo dice 16:1:

"cuando se acercaron a Di-s y murieron" 

Este acercamiento se trató de un nivel excelso de amor a Di-s que causó que sus almas se separen de su cuerpo para retornar a Di-s. De acuerdo a él "Aunque avistaron su propia defunción, ello no les impidió acercarse [a lo Divino] en apego, deleite, satisfacción, camaradería, amor, beso y dulzura, al grado de que sus almas partieron de ellos" en pocas palabras, el fuego Divino que consumió las almas de Nadav y Avihú fue el fuego que es intrínseco a cada alma: el ardiente deseo del alma de librarse de las amarras físicas que la distancian de su fuente Divina..."

Nadav y Avihú se acercaron tanto a la esencia pura de la Luz del Creador, con tanto deseo sacro, que esta cercanía es lo que causó su muerte. Esto es algo que los kabbalistas mencionan en sus escritos como “el beso del Creador” que extrae el alma del cuerpo.

Sin embargo, hay una diferencia en este beso cuando las personas justas mueren y cuando Nadav y Avihú murieron. En el caso de un Tzadik  [persona justa] dice que el beso se acerca a ella, es decir: la persona ha vivido su vida de una manera  que cada vez más se acercaba a la "Equivalencia de Forma" al concluir su trabajo en este mundo; entonces el Boré HaOlam se acerca a ella en un beso y se Unifica con su alma. Pero Nadav y Avihú eran diferentes porque ellos no completaron su misión en este mundo; en lugar de ello, decidieron dirigirse activamente a la Luz de una manera que extrajo el alma de sus cuerpos. 

Este es el secreto de las palabras del verso: “Se acercaron a Di-s”. Esto quiere decir que ellos decidieron acercarse continuamente al Creador a pesar de saber que esa clase de cercanía haría imposible que sus almas permanecieran en sus cuerpos.

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