19 de mayo de 2019

Ta'anug, Placer


El vocabulario hebreo antiguo es rico en términos que pueden traducirse como deleite o placer. Ta'anug, Oneg, hana'ah, shaashu'a  (y en su forma plural sha'ashu'im). Cada uno de estos términos tiene su propio campo semántico, pero describirlos con matices suficientes iría más allá del alcance del presente artículo, por lo que por ahora en Milá Yomit (Sección "una palabra diaria") de OrEinSof de Blogger, preferimos quedarnos con el primer vocablo de la lista, que expresa una forma más fuerte de placer que los otros términos.   

Taanug puede traducirse como: Placer, delicia(s), deleite(s), delicadeza, lujo, e implica un  deleite exquisito. En el Tanaj, le encontramos los siguientes versos:

No es propio de necios vivir entre lujos [Taanug], tampoco es de siervos gobernar a príncipes. 
Mishle/Proverbios 19:10

Reuní también para mí plata y oro y el tesoro de los reyes y de las provincias. Me proveí de cantores y cantoras, y de los placeres [VeTaanugot] de los hijos de Adam, de muchas concubinas.  
Qohelet/Eclesiastés 2:8 

¡Qué deliciosa eres; qué agradable amor de deleites [VaTaanugim]
Shir HaShirim/Cantares 7:6

Aféitate y córtate el pelo, hazlo por los hijos de tus deleites [Taanugaij] ; vuélvete calvo como el buitre, pues han sido deportados lejos de ti. 
Mijah/Miqueas 1:16

A las mujeres de Mi pueblo arrojan De la casa de sus delicias  [Taanugeyah]; De sus hijos arrebatan Mi gloria para siempre. 
Mijah/Miqueas 2:9 

Entre todos los versos anteriores vamos a comentar  Cantar de los Cantares 7:6, en dónde el término Ahava (amor) acompaña a Ta'anug como calificativo: ahavah be-ta'anugim, literalmente un amor [lleno] de deleite. Lo interesante del tema es que expresión aquí no describe un sentimiento, sino la amada misma;  Por lo tanto, tiene una gran experiencia personal, de donde podemos suponer, que también conlleva la implicación corpórea.

También el caso que se encuentra en Eclesiastés 2:9, con la otra aparición de una forma plural donde toma la forma ta'anugot benei  adam, es decir, "los placeres de los hijos de Adam" [hombres y mujeres] refiriéndose a las relaciones maritales, y al placer y el orgasmo.  

En el Tanaj encontramos la idea de que el hombre puede deleitarse en D-os.  En varios versículos: Isaías 58:14, Salmos 37: 4, Job 22:6 y 27:10, la forma reflexiva del verbo tit'aneg se refiere a un contacto con D-os, lo que significa que alguien puede, en principio, deleitarse en HaShem, "como un amante contempla a su amada". Así el Eterno no es concebido como sustancialmente trascendental o inaccesible, sino que, al menos de acuerdo con estos versículos bíblicos, el hombre puede alcanzar estados de unión y adhesión muy fuertes con la divinidad, comparables a la intimidad de una relación erótica marital.  

En Kabbalah, Ta'anug, es el estado interno asociado, en particular, con la Reisha d'Ayin (la segunda cabeza de keter, "la cabeza de la nada"). Siendo la fuerza vital de todos los poderes del alma. En particular, Ta'anug, que representa el partzuf interno de keter (Atik Yomín) sirve para motivar y dirigir la Ratzon (deseo) que representa el partzuf externo de keter (Arij Anpín).

Hablamos de Ta'anug Neelam -el placer oculto o inconciente-, en contraste con el Ta'anug Murgash -el placer que se siente-; y el Ta'anug Pashut -el placer simple, es decir, la experiencia del placer puro o serenidad, desligado de todos los otros poderes del alma-, en contraste con el Ta'anug Murkav -placer compuesto, es decir, el placer inherente en la experiencia de los otros poderes del alma-. 

La sabiduría de la Torah, deriva en definitiva del estado de Ta'anug Divino, como es expresado por el Rey David:

"Si no fuera por Tu Torah que es mi deleite (Shaashuim), me hubiera perdido en mi aflicción" 
Tehilim/Salmos 119:77

Y por su hijo el Rey Salomón: 

"Y Yo (la Torah, hablando en primera persona) fui Su deleite (Shaashuim) cada día..."
Mishle/Proverbios 8:30

El Placer la Unificación.

Una discusión más completa del concepto de Ta'anug -deleite-, en un contexto explícitamente erótico, se encuentra en el libro "La Luz del Intelecto" de Rabí Abulafia, escrito a principios de los años ochenta del siglo trece en Messina:

El Nombre [de HaShem, a saber, el Tetragrammaton] es compuesto de dos partes, ya que hay dos partes del amor [divididas entre] dos amantes y las [partes del] amor se convierten en una [entidad] cuando el amor se activa. El amor intelectual divino y el amor intelectual humano están unidos, siendo uno. Exactamente de la misma manera el Nombre [HaVaYaH] incluye [las palabras] Uno, debido a la conexión de la existencia humana con la existencia divina durante el [acto de] intelección, que es idéntico al intelecto en [su] existencia, hasta que él y Él se convierten en una [entidad]. Este es el [gran] poder del hombre: puede vincular la parte inferior con la superior, y la [parte inferior] ascenderá y se unirá a la superior, y la [parte superior] descenderá y besará a la entidad ascendente hacia como un novio en realidad besa a su esposa por su gran y verdadero deseo, característico del deleite [ta'anug] de ambos, del poder del Nombre [HaVaYaH]. 

El punto saliente es la afirmación de que los dos amores son solo dos partes de una unidad más completa reflejada por la estructura de las consonantes del Tetragrammaton, que en términos de guematría comprende el valor de las palabras hebreas Ahava  (amor) y Ejad (uno), ambas palabras tienen el valor numérico de 13. Por lo tanto, "dos amores" y "dos veces uno" están comprendidos en el valor numérico de las consonantes del Tetragrammaton, que es 26. Abulafia aparentemente implica que la unión entre los dos tipos de amor, o los dos tipos de existencia, es posible debido al hecho de que se derivan de una unidad básica


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