2 de septiembre de 2013

La Kipa y el Talet, no te hacen Judío.


¡Definitivamente no debemos vivir en función de lo externo!

El Talmud relata que el Rey David entró cierta vez a la casa de baños, y al verse sin ropas [habiéndose quitado los tefilín y tzitzít] exclamó: “¡Ay de mí que estoy desnudo de mitzvot!” Pero no bien recordó la circuncisión [que llevaba grabada en su carne,] se tranquilizó [considerando que seguía teniendo consigo una mitzvá]. Este relato prueba, así, que la mitzvá de circuncisión se cumple [no sólo una vez en la vida, al realizarse, sino que se la está cumpliendo en todo momento.

Lejos de leer esto de manera literal, y de empezar una disertación sobre lo que es o no es la circunsición, veamos un poquito más allá. 

Los Tefilin, Tzitziot y Talet (y por supuesto la Kipa), son sin lugar a dudas símbolos externos que vienen a reflejar aspectos internos (muy bien estudiados por la Kabbalah) y como recordatorio de los mandamientos durante los días en que se anda ocupado con el trabajo... la diferencia entre ellos tres (que uso hoy como ejemplos) y la circuncisión, es que esta ultima no puede "quitarse" y se cumple en todo momento.  

Si el objetivo de estos preceptos es recordarme de alguna manera que debo vivir de acuerdo a las leyes Universales, las únicas capaces de combatir la raíz del mal: el deseo egoísta de recibir, entonces mas allá de que si usarlos o no, me hace o no Judío, su uso viene a referir el verdadero significado de "Judío". 

El ser Judio, es un estado interno y no esta supeditado a cosas externas. Un Judío sin talet, sin kipa, sin tefilin, sigue siendo judío  pues estas ultimas tres cosas solo le recuerdan su estado interno,"Judio". 

Pero ¿Qué es este "estado interno"? Un "Yehudí" (Judío) se llama a quien anhela la conexión, el Ijud (unión) con el Creador, y esta la alcanzamos conectándonos con el Creador, dentro del Klí (vasija) que reparamos por medio de la unión mutua entre los compañeros que anhelan también la adhesión. Cuando se despierta ese punto de unión yehudi, se enciende como una llama y ayuda a la persona a sobreponerse.

El trabajo real de un Yehudi es el de unir todos los puntos interiores que aparentemente están separados: ijud, unificar todo con HaKadosh Baruj Hu. Eso es un Judío.  

Un Judío por lo tanto tiene muy despierto en él lo que se llama la conciencia de Israel: la voluntad del alma de retornar a su fuente, el Infinito, Ein Sof.

Cuando la persona comienza a pensar en los amigos, entonces también empieza a medir si tiene la necesidad de estar en conexión con ellos, no en lo material, por supuesto, sino en lo espiritual, de manera tal que se anule con respecto a aquellos, y los acepte como los grandes de la generación.

Y si ella advierte que desea esto en gran medida, pero no está capacitada, entonces se dice que llegó a la "puerta de las lágrimas", porque de aquí en adelante no existe en la persona  el pensamiento de cómo alcanzar la conexión y adhesión con el Creador sin que exista de antemano la primer condición, que es llegar a la unión con los amigos. Y entonces resulta que la persona  ya está parada frente a la "puerta de las lágrimas" y debe ahora solamente intentar encontrar el dolor para tener las lágrimas, para tener la necesidad.


El Decálogo es la síntesis del mensaje judío y nos hace ver, a través de su comprensión, la forma de educar nuestra voluntad y deseo hacia el bien y la armonía universal.



Como ya lo mencionamos, la raíz del mal es el egoísmo, producto de la codicia por lo material-sensorial.

La originalidad de la Torá reside en que nos educa a relacionarnos con el ámbito material-sensorial como un medio para lograr el bien colectivo, y no como sucede generalmente que se lo concibe como un fin en sí mismo.

Previamente a la revelación de la Torá no existía un proyecto universal cuyo objetivo fuese transformar el deseo egoísta en altruismo.

Así como en el plano material la tecnología nos ayuda a canalizar la energía de modo que podamos utilizarla para el bienestar de la humanidad, la Torá nos ofrece la «tecnología» educativa y espiritual para encauzar armónicamente la energía más poderosa de la Creación: el deseo de recibir.

La Torá le brinda al hombre, si éste se educa verdaderamente a través de ella, una conciencia superior que lo mantiene alerta en todos los ámbitos de la realidad para prever y diluir cualquier manifestación egoísta.

Las «Tablas de la Ley» son otorgadas dos veces al pueblo de Israel. En la primera, Israel aún no estaba preparado, siendo cautivado por la idolatría, el becerro de oro (Shemót /Exodo 32:19). La segunda vez, en cambio, el pueblo las acepta y las recibe (Devarim / Deuteronomio 5:1).

Israel en el desierto, como nos pasa muchas veces en la vida, necesitó equivocarse (el becerro de oro) para poder posteriormente recibir las segundas tablas.

Las primeras tablas representan la «medida rigurosa» («midát hadín»), y las segundas la «flexibilización de la rigurosidad» («midát harajamím»), como fue explicado en Sabios.

La primera vez el Kadósh Barúj Hú transmite la Torá directamente, la segunda lo hace a través de Moshé Rabéinu.

Generalmente aceptamos algo cuando nos llega a través de alguien «cercano a nuestra forma de ser». En cambio, la transmisión directa de HaShem o a través de grandes Sabios, «lejanos a nuestra forma de ser», requiere una voluntad y un nivel espiritual muy desarrollados. Para recibir la Torá directamente de HaShem debemos forjar el nivel de voluntad altruista y amor al prójmo de Moshé Rabeinu.

Cuando logramos alcanzar «nuestra índole de Moshé», conseguimos trabajar espiritualmente a través de incentivos interiores, entonces podemos «aproximarnos» a las primeras tablas. Este logro activa en nosotros, guiados por los Sabios, las condiciones que permiten despertar el discernimiento altruista.

En el ámbito de las segundas tablas, en cambio, dependemos de estímulos exteriores, es decir, que alcanzamos ciertos grados de voluntad con la ayuda de guías y maestros, quienes perciben la realidad más objetivamente y por lo tanto pueden trabajar espiritualmente al nivel de las primeras tablas (consultar items 61,62 y 63).

Los Sabios son quienes logran, inspirados e influenciados a su vez por otros Sabios, la voluntad de autoincentivarse. Los entendidos dependen de los estímulos que le proporcionan los Sabios. Los creyentes son quienes dependen, constantemente, de la seguridad que le proporcionan los entendidos y/o los Sabios.

Los verdaderos Sabios de la Torá son aquellos hombres que alcanzaron el grado de altruismo que fusiona su voluntad con la fuente infinita del dar: el Kadósh Barúj Hú.

Cuanto mayor es la voluntad y por lo tanto la automotivación y emuná, más clara será la comprensión del objetivo implícito en la Creación. En cambio, al haber menos voluntad y perseverancia surgen la inseguridad y la dependencia.

Debemos recordar en todo momento que toda interpretación que conduzca a justificar nuestro egoísmo será siempre una intelectualización limitada de la realidad. Sólo a través del conocimiento espiritual, denominado en hebreo emuná logramos trascender nuestras barreras mentales y emocionales.

Los maestros nos inician y guían activando nuestras cualidades interiores-espirituales que conducen al altruismo. Así el ego, nuestro yo, en hebreo aní, se va integrando gradualmente a nuestro Yo superior, Anojí, donde se encuentra el verdadero deseo, la voluntad e identidad, como lo indica el primer postulado del Decálogo: Yo -Anojí- (Soy) 

El maestro es quien ayuda al discípulo a fortalecer su voluntad, para que éste finalmente alcance su independencia espiritual y logre relacionarse con la Sabiduría, Jojmá, por su propia iniciativa. Ello sucede cuando el ser humano está dispuesto a trascender sus deseos egoístas y pasajeros, entonces el plano material-sensorial deja de ser un fin en sí mismo para transformarse en un medio para el bien colectivo. De este modo el hombre alcanza nuevos grados de discernimiento en la «voluntad superior», donde se encuentra, como ya vimos, su verdadera identidad (ver Si lo conociera sería El).

Pero no todos logran rápidamente su independencia espiritual, y es precisamente por esto que dependemos de Sabios y entendidos para relacionarnos con la Sabiduría; pues ellos nos guían hacia los grados superiores de la voluntad y el altruismo donde comenzamos a alcanzar nuestra propia esencia e identidad. Entonces, como dice el profeta Jeremías: "Y no enseñará más ninguno a su prójimo... porque todos Me conocerán".

Esa es la etapa de real «desarrollo»: la denominada era mesiánica.

Dentro del entorno se oculta la fuerza espiritual, y si me aproximo a ella, a la misma conexión interior que hay entre nosotros, allí encuentro todo.

Todo lo que estudio en la sabiduría de la Kabbalah, lo descubro dentro de la conexión entre nosotros, entre las almas.

"Alma" – es la fuerza de otorgamiento que hay en el hombre, la parte divina que llega desde Arriba.

La conexión no puede darse entre personas externas – entre ellos sólo puede haber odio, envidia. Existe la vestidura exterior y la fuerza interior, la fuerza de otorgamiento que se halla dentro de ellas, la pantalla interior en la que los ves conectados, y tú te aproximas a esta forma, quieres integrarte en ella, a ella deseas pertenecer. Y entonces te sujetas, pides, ruegas estar allí – esto se llama acercarse a un buen entorno.

Los cabalistas trabajan únicamente con la forma interior del grupo de alumnos, y con esto los preparan para el progreso.

En el estudio del Zohar nos instruimos sobre las acciones de otorgamiento de las personas, las almas – sólo se habla sobre los deseos de otorgamiento. Esto se realiza a través de la conexión entre nosotros, y sobre eso nos relata la Torá – la sabiduría de la Kabbalah.

Los cabalistas nos transmiten en sus escritos datos técnicos, y luego de decodificarlos y desarrollarlos dentro de tu alma, alcanzarás las realizaciones que ellos consiguieron.

Hasta que el hombre no se eleva por encima de este mundo, no siente hasta qué punto es errónea su percepción de la realidad.

La ciencia se aleja y se excluye de la filosofía todo lo que puede, y del mismo modo que la sabiduría de la Kabbalah se basa en la regla "lo que no alcancemos no lo definiremos con nombre o palabra".

En el método de la filosofía no existen límites claros, en consecuencia la Kabbalah está absolutamente desconectada de ella.

Filosofía – es todo objeto abstracto, todo objeto en el que el hombre considera a su mente como superior a la Divinidad.

La sabiduría de la Kabbalah dice: no vayas por encima de tu mente sana – yo te daré herramientas científicas para descubrir el mundo en adelante.

La sabiduría de la Kabbalah abre al hombre, y le da herramientas para estudiar, captar y relacionarse a cada cosa de modo fácil. Esto se debe a que ella desarrolla en el hombre Kelim (vasijas) de nivel Superior, del nivel del hablante, y por lo tanto la confrontación con todos los niveles correctos de ella se vuelve fácil para él.

Nosotros tenemos que relacionarnos con el niño como con una persona adulta, porque para el alma no hay edad. Nuestro problema en la vida es que nos relacionamos al niño como pequeño, y eso lo disminuye, porque no es eso lo que quiere de nosotros – él quiere ser como nosotros. Tenemos que considerarlo como pequeño desde el punto de vista físico pero en su interior él es un adulto.

No te relaciones al niño como pequeño – es sólo su cuerpo y desde su interior él te observa con los ojos de un adulto. Él guarda y sabe todo – así tienes que relacionarte con él – es un error de toda la humanidad. Nosotros cambiamos únicamente en el nivel animado, y con el nivel de hablante que hay en nosotros tenemos que comunicarnos con todos por igual.

26 de agosto de 2013

Libros Verdaderos





"La fusión con los Libros Verdaderos activan al hombre y le traen la voluntad y la fuerza de los sabios que escribieron dichos textos. El saber no es el objetivo del estudio, sino un medio para llegar a laVoluntad Superior, a la Voluntad y Deseo de Dar y Beneficiar en el corazón del hombre. Eso es lo que mide el nivel espiritual del hombre. Eso es todo el hombre".

19 de agosto de 2013

Recordando.... Jerusalem (Out Of Darkness Comes Light)


[Chorus] 
Jerusalem, if I forget you, 
fire not gonna come from me tongue. 
Jerusalem, if I forget you, 
let my right hand forget what it´s supposed to do. 

In the ancient days, we will return with no delay 
Picking up the bounty and the spoils on our way 
We´ve been traveling from state to state 
And them don´t understand what they say 
3,000 years with no place to be 
And they want me to give up my milk and honey 
Don´t you see, it´s not about the land or the sea 
Not the country but the dwelling of his majesty 

[Chorus] 

Rebuild the temple and the crown of glory 
Years gone by, about sixty 
Burn in the oven in this century 
And the gas tried to choke, but it couldn´t choke me 
I will not lie down, I will not fall asleep 
They come overseas, yes they´re trying to be free 
Erase the demons out of our memory 
Change your name and your identity 
Afraid of the truth and our dark history 
Why is everybody always chasing we 
Cut off the roots of your family tree 
Don´t you know that´s not the way to be 

[Chorus] 

Caught up in these ways, and the worlds gone craze 
Don´t you know it´s just a phase 
Case of the Simon says 
If I forget the truth then my words won´t penetrate 
Babylon burning in the place, can´t see through the haze 
Chop down all of them dirty ways, 
That´s the price that you pay for selling lies to the youth 
No way, not ok, oh no way, not ok, hey 
Aint no one gonna break my stride 
Aint no one gonna pull me down 
Oh no, I got to keep on moving 
Stay alive 

[Estribillo] 
Jerusalén, si me olvido de ti, 
fuego no va a venir de mi lengua. 
Jerusalén, si me olvido de ti, 
que mi mano derecha olvide lo que se supone que debe hacer. 

En los días antiguos, volveremos sin demora 
Recogiendo el botín y los despojos en nuestro camino 
Hemos estado viajando de estado a estado 
Y ellos no entienden lo que dicen 
3.000 años con un lugar para estar 
Y ellos quieren que yo renuncie a mi leche y miel 
¿No ves, no se trata de la tierra o el mar 
¿No es el país, pero la vivienda de su majestad 

[Estribillo] 

Reconstruir el templo y la corona de gloria 
Los años pasaron, unos sesenta 
Grabar en el horno en este siglo 
Y el gas tratado de estrangular, pero no podía ahogarme 
No voy a descansar, no voy a conciliar el sueño 
Vienen en el extranjero, sí que están tratando de ser libre 
Borrar los demonios de nuestra memoria 
Cambiar su nombre y su identidad 
Miedo a la verdad y de nuestra historia oscura 
¿Por qué todo el mundo siempre nos persigue 
Cortar las raíces de su árbol genealógico 
¿No sabes que no es la manera de ser 

[Estribillo] 

10 de agosto de 2013

Las Cinco enseñanzas firmes del Judaismo

El judaísmo enseña, sostiene y es firme:


  1. Hay un Dios, nada ni nadie se le compara o se le puede oponer.
  2. Él creó por Deseo y Voluntad el universo, y todo lo que existe en él (lo espiritual y lo material).
  3. Él por Amor sostiene el universo en funcionamiento.
  4. El mal es obra de Él. Satán es uno de Sus siervos de clase inferior (y apenas si se lo tiene en cuenta dentro de la sabiduría judía).
  5. El Mashiaj que esperamos reine en Israel en la época de paz y prosperidad global, es un ser humano normal y corriente, sólo se distingue en que será rey, muy hábil, estudioso, sabio y estricto en el cumplimiento de los preceptos.
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7 de agosto de 2013

El Charlatán


Un charlatán es una persona que practica algún tipo de estafa con el fin de conseguir beneficio económico o alguna otra ventaja mediante el engaño o la superchería.

Todo charlatán debe tener alguna habilidad especial; la más común es el don de la palabra, mediante la que logra embaucar a su audiencia, por lo general inculta en la temática que el charlatán postula. Otra de las habilidades más comunes es la prestidigitación (movimiento rápido de las manos), mediante la cual hacían los cambios oportunos de productos que entregaban, recibían o devolvían. A menudo los poseedores de la primera habilidad mencionada se asociaban con los de ésta, para mejor llevar a cabo sus estafas.

En lenguaje más coloquial, se llama también charlatán a aquel que habla excesivamente y, más específicamente y en sentido peyorativo, cuando además habla de algo que no conoce o no entiende.

La charlatanería suele confundirse (a veces, no erróneamente) con el esoterismo o el ocultismo, pues a menudo los charlatanes se presentan como (sin serlo realmente) astrólogos, adivinos, numerólogos, médicos, curanderos, líderes espirituales y vendedores de remedios milagrosos y en general maestros de cualquier ciencia de la época. 

Usan prácticas que por lo general dependen de la ingenuidad de la gente.

Esta confusión se debe también a la clandestinidad o secreto en el que el charlatán debe mantener sus procedimientos para evitar que otras personas ajenas a su práctica se percaten del fraude. De este modo, la charlatanería no permite la apertura a críticas, puesto que su cuestionamiento y análisis demostrarían que se trata de prácticas fraudulentas.

Por eso te presento 8 consejos prácticos para descubrir un charlatán:

1- Si algo es demasiado bueno para ser verdad, no es verdad. 

2- Cuando le vienen  a ofrecer algo que usted no busque, puede que no valga el esfuerzo.

3- Personajes demasiado místicos o con muy buena labia, son peligrosos.

4- Organizaciones o ritos parecidos a religiones son fuentes potenciales de fraude.

5- Si va a entregar dinero,  averigüe hasta la manera de andar de quien lo recibe y del destino de su dinero.

6- Altos rendimientos en general implican muy altos riesgos.

7- Haga muchas preguntas, por estúpidas que parezcan.

8- Es mejor quedar como  grosero que como estúpido.