Este es uno de esos post, en el que como dice una amiga “metes un post dentro de otro post”. Y también
es un post de adaptación y recopilación de otras páginas web.
Un blog de algún tema a diferencia de una página web convencional
organizada, se presenta como un espacio de reflexión, y este espacio está
fuertemente marcado con mí día a día, y es por esa razón que estos artículos puedes
ser variados, y este articulo en particular estaría muy relacionado con artículos
del pasado, que te los pongo allí para que complementes nuestra reflexión.
Antes de leer este nuevo post, te
recomiendo que le des un vistazo a este más antiguo:
El concepto de Religión, como
concepto de re-ligar, surgió con Caín, el primer hijo de Eva, que después de
inventar también el asesinato, deseó obtener el beneplácito del Eterno, por
medio de rituales e invocaciones. Es decir, en lugar de vincularse directamente
con Dios, prefirió intermediar el vínculo con ofrendas y otros rituales. De
allí el concepto de Re-ligar.
¡La religión sirvió para apartar al hombre de su Creador, cuando
paradójicamente el hombre la inventó para aproximarlo! Condición
paradójica que se mantiene vigente.
Lentamente, generación tras otra,
las personas se apegaban más a los ritos y a las fantasías de intermediarios y
teologías, que al puro y leal servicio a Dios. Finalmente la cáscara del ritual
y de los emisarios celestiales quedó vacía de Dios.
Todo esto lo expone la Torah cuando
dice:
"A Shet también le nació un hijo, y llamó su nombre Enósh. Entonces
se comenzó a invocar en nombre del Eterno" (Génesis
4:26)
Explica Rashi (Sobre Bereshit Rabá
23:7) esta "invocación en nombre del Eterno" significa realmente:
"hacían idolatría pero decían que era en nombre de Dios".
Como puede ver, no pasaron muchas
generaciones hasta que la "religiosidad" inventada por Caín derivó en
idolatría.
La Torah, dice sin embargo, que
muchos siguieron un estilo de vida cercano a los mandatos del Eterno, como en
estos ejemplos:
"Noaj era un hombre justo y cabal en su generación; Noaj caminaba
con Elokim" (Génesis 6:9)
Las religiones en su significado actual
nacieron luego del Diluvio cuando las personas comenzaron a adulterar el estilo
de vida noájida, que es el que se mantiene fiel al Eterno por medio del cumplimiento de los Mandamientos
Universales.
Por causa de ésta, el estilo de vida
se fue deteriorando, se fueron apartando del cumplimiento de los otros
preceptos Noájidas (llamados Adámicos en aquel momento). Hasta llegar al
desastre que era la sociedad y el medio ambiente en la época previa al Diluvio.
Las religiones (en realidad
deberíamos decir, las ramificaciones de la religión de Caín) conquistaron el
mundo, llegándose en ese momento al máximo dominio y difusión del paganismo
bajo el mando de Nimrod, y su cohorte de rebeldes contra Dios y el prójimo.
Por aquellas épocas de mayor
oscuridad es que nació Abraham, nuestro patriarca, y él activamente dio el
primer paso hacia la erradicación de la idolatría. Los fieles a Dios estamos en
la ruta iniciada por Abraham, y por ella avanzamos.
Vemos que lo que Caín hizo, fue una
experiencia muy personal y sensible, y desde su raíz YA estaba viciada de
falsedad.
Y por su lado, el camino de Abraham,
también muy personal y sensible, era tendiente a la verdad, contrario a la
falsedad y es compartido por millones de personas actualmente.
Cuenta nuestra tradición que la
Torah fue rechazada por las naciones antes de ofrecérsela a Israel. Pero con el
tiempo el esfuerzo de los líderes de la antigüedad en tratar de civilizar y
otorgar un orden social y espiritual justo para sus pueblos los condujo precisamente
a la fuente original: La Torah, es por ello que algunos de los principios de la
Torah los podemos encontrar en las tradiciones espirituales y filosóficas de
diferentes culturas.
Los hijos de Esaú, Grecia, Roma y
muchos de los pueblos por ellos conquistados, combinaron de manera sincrética
algunos de los principios espirituales de Israel con sus ancestrales creencias
paganas, basadas en la Religión original
de Caín y Nimrod. Ello generó que se crearan religiones que pretendieron
suplantar la revelación colectiva de la Torah en Sinaí, a sus Sabios y
Profetas, por revelaciones y profecías personales.
Así surgieron seguidores y
discípulos que adaptaron e interpretaron a su manera la ya milenaria tradición
de Israel escribiendo “nuevos textos
sagrados” con la intención de suplantar a la Torah y al pueblo de Israel. Pretendiendo
dejar a estos últimos, como derogados…
Todos ellos tomaron los objetivos
de la tradición escrita de Israel, pero “olvidaron” el desafío en
implementarlos transmitido a través de la tradición oral de Israel. Mishnah,
Talmud, Kabalah, Halajah, etc. recogen la tradición oral, que es miles de veces
más extensa que la escrita, especificando en forma precisa los códigos de
comportamiento que conducen a superar y diluir toda forma de paganismo e
idolatría.
El pueblo de Israel nunca pactó, ni realizó sincretismo con ninguna forma
de paganismo ni idolatría. Israel cuidó y cuida en forma precisa el
discernimiento altruista que recibió de la Torah, aun a costa de su vida, como
sucedió cuando Grecia y Roma intentaron imponerle sus creencias, también en la
Inquisición. E incluso, esta pretensión se mantiene mantiene aún actualmente desde
supuestos “acercamientos de amistad”.
La Religión es un producto del
Yetzer Hará (inclinación al mal) es una impostura, una falsa conexión con el
Eterno, un disfraz y no el verdadero rostro, algo que usurpa el rol de la
espiritualidad.
Religión es confusión, ritualismo, dogmas,
mandatos carentes de trascendencia, pompa, falsedad. Hasta aquella que tiene
visos de buenas obras, de solidaridad, de amor virtuoso, en tanto provenga de
la religión contiene en cierta medida el estigma de la propia inclinación al
mal.
Aunque, es correcto decir que cada
una de las religiones contienen un breve atisbo de verdad. Si es así, las
religiones No pueden ser falsas y verdaderas, ya que por definición aquello que
es falso No puede ser verdadero al mismo tiempo. Pues, la verdad, es el único
valor que desaparece si le lo menoscaba con falsedad. ¿Cuánta verdad es una
media verdad?... Realmente, ninguna si nos aferramos a su parte de verdad
desconociendo la de falsedad...
Desde Nimrod (verdadero padre de la
institución religiosa como tal) en adelante, se sigue vendiendo el mismo viejo
producto corrompido haciéndole pasar por algo más auténtico.
Pero que es lo que hace que El
Eterno se aparte de nosotros:
"Sus malas acciones son las que hacen separación entre ustedes y Su
Di-s. Sus pecados han hecho que Su rostro se oculte de vosotros para no
escuchar"
(Isaías
59:2)
Te invito a leer:
La Torah y la corrección:
La idea central de la Creación es
la de dar plenitud a las creaturas por lo que se incorporó en el alma el deseo
de recibir ese placer. El deseo es el instrumento y recipiente para recibir,
siendo que la intensidad del placer es proporcional al deseo de recibirlo.
Cuando experimentamos plenitud no
sentimos diferencia entre ésta y el deseo de recibirla, sino que los percibimos
como una unidad. En cambio, cuando anhelamos la plenitud que no poseemos, los
distinguimos claramente.
Ambos aspectos surgen y emanan de
HaKadósh Barúj Hú, sólo que «allí» se encuentran en estado de unidad, más allá
de la dualidad transmisor-receptor, conocedor-conocido.
El deseo de recibir no puede
existir en El, pues Es completo en Sí mismo, ¿de quién habría de recibir?
HaKadósh Barúj Hú es la Fuente
Infinita del dar y nuestro deseo de recibir, la fuente receptora.
La Creación, lo nuevo, es el deseo
de recibir que surge como consecuencia del ocultamiento de Su plenitud. Por
ello el vocablo hebreo que se utiliza para designar al mundo, Olam, proviene
del verbo lehialém que significa ocultar.
Los objetivos espirituales pueden
activar en el hombre una voluntad poderosísima puesto que inciden directamente
sobre la energía más poderosa del mundo: el deseo. Por ello debemos implementar
una educación que desarrolle el discernimiento superior.
La energía nuclear puede dar luz a
cientos de ciudades, “elixir de vida”, o destruirlas, “droga de muerte”.
Depende de la forma e intención con que la aplicamos.
El deseo de recibir es lo que debemos
refinar a través del conocimiento interior de la Torah y las mitzvót,
transformando nuestro egoísmo en altruismo.
Sólo entonces la Torah será para el
hombre un elixir de vida.
Échale un vistazo:
También a este escrito del Lic. Yehuda
Rikco, del cual tomo muchos de sus aspectos:
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