Nos acercamos a la festividad de Janukah, que encierra un profundo significado, en relación a la Luz-oscuridad.
Todo comienza con la confrontación entre el sistema judío de pensamiento (y de vida) y el sistema occidental producto de la filosofía y la percepción griega politeísta de la realidad.
El primer encuentro entre ambas culturas fue un conflicto bélico y ocurrió durante la época de nuestro segundo Templo. Esta guerra, simbólicamente representa el conflicto entre la voluntad altruista y la especulación filosófica, mental que sólo tiende a justificarnos .
La percepción y concepción griega de la realidad (demás esta decir, la base de todo el sistema de pensamiento occidental) como la de muchas otras culturas y corrientes filosóficas e intelectuales, están basadas en el efecto que producen en el hombre las impresiones emocionales e intelectuales des-ligadas de la realidad espiritual.
Estas corrientes, en decir en vez de ayudar al hombre a entender la vida como un todo, tal como comprende los fenómenos materiales de causa y consecuencia, lo conduce a una ruptura y división entre los planos emocionales e intelectuales del plano espiritual, ética-estética, arte-ciencia, espíritu-materia, etc.
Todo ello genera una percepción de la realidad en la cual el hombre tiende permanentemente a adaptar y justificar la realidad a sí mismo, lo que genera un estado general de impaciencia e intolerancia con respecto a la necesidad y comprensión de su semejante, dado que la realidad deja de ser objetiva, todo depende de cómo yo entiendo y siento momentáneamente lo que son las cosas y no cómo las cosas son realmente.
Esta percepción parcial de la realidad incentiva al hombre, y por ende a la sociedad a dividir, parcializar y subjetivizar su comprensión, alejándonos así cada vez más y más de los ideales de la Torah:
Shemá Israel HaShem Elokeinu HaShem Ejad.
De acuerdo con el profeta Isaías:
"¡Ay de aquéllos que llaman al mal bien y al bien mal; que cambian la oscuridad en luz y la luz en oscuridad; que transforman lo amargo en dulce y lo dulce en amargo!" (Isaías 5:20).
Tal es el comportamiento del mundo. La verdad se ha oscurecido debido a que la percepción personal de la verdad está teñida por la propia comprensión más que por la búsqueda de la verdad absoluta.
Para revelar Luz hace falta implementar las situaciones que la revelen, y cada uno llena su vida, de acuerdo a su deseo, conocimiento y conciencia.
La Luz es la realidad en sí misma, en tanto que la oscuridad, ausencia de la Luz, es un espejismo, una ilusión.
No debemos luchar contra la oscuridad sino poner Luz en nuestros actos.
Basado en un Artículo de Rav Jaim Zukerwar.
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