15 de abril de 2012

Del Prefacio al Zohar


Desde que fue escrito, el contenido del Libro del Zohar quedó oculto para los no iniciados. Ahora se han reunido las condiciones para que pueda ser revelado a todo el público. Antes de hacerlo accesible a todos los lectores, conviene dar algunas explicaciones.

Antes que nada, es indispensable precisar que en el Zohar todo lo que se describe es en función de diez Sefirot: Keter, Jojma, Bina, Jesed, Gevura, Tifferet, Netzah, Hod, Yesod, Maljut y sus combinaciones. Del mismo modo que cualquier pensamiento puede expresarse con un número limitado de letras del alfabeto, las combinaciones de las diez Sefirot son suficientes para describir cualquier objeto o acción espiritual.

Sin embargo, existen tres delimitaciones precisas que debemos tener en cuenta y que están ligadas a los cuatro niveles de percepción (o conocimiento) en nuestro mundo: la Materia, la Forma en la Materia, la Forma Abstracta y la Esencia. Estos cuatro niveles de percepción existen igualmente en las diez Sefirot.
La primera delimitación: El Zohar sólo investiga la Materia y la Forma en la Materia y de ninguna manera se ocupa de la Forma Abstracta o de la Esencia.

La segunda delimitación: Todo lo que fue creado se compone de tres niveles:
1. El Mundo de Ein Sof (el Infinito)
2. El Mundo de Atzilut
3. Los mundos Beria, Yetzira y Assiya (BYA)

El Zohar estudia sólo los tres últimos mundos BYA. No trata de los mundos Ein Sof y Atzilut de ninguna manera, sino exclusivamente de lo que los mundos BYA reciben de Atzilut y Ein Sof.

La tercera delimitación: Cada uno de los mundos BYA se compone de tres niveles :

• Las Diez Sefirot que representan la parte del Creador en cada mundo.
• Las almas humanas.
• Todo lo demás que existe:

Mala ‘ajim (ángeles),
Levushim (vestiduras) y
Heijalot (palacios).

El libro del Zohar estudia las almas humanas en tanto que los demás objetos se analizan sólo con respecto a las almas. Es muy importante hacer resaltar que todos los errores, las imprecisiones y las ilusiones provienen del hecho que no se respetaron las tres delimitaciones.

Las siguientes Sefirot corresponden a los cuatro mundos de Atzilut, Beria, Yetzira y Assiya (ABYA):

Sefirat Jojma, (la Sefira de) corresponde al mundo de Atzilut.
Sefirat Bina, corresponde al mundo de Beria.
• Seis Sefirot Jesed a Yesod se les llama colectivamente Tifferet y corresponden al mundo de Yetzira.
Sefirat Maljut corresponde al mundo de Assiya
Todo lo que existe arriba del mundo de Atzilut se refiere a la Sefirat Keter.
Sin embargo, cada uno de los mundos antes mencionados se divide en diez Sefirot. Aún el objeto más pequeño pertenece a alguno de estos mundos y se divide en (o esta compuesto de) diez Sefirot.

El Zohar atribuye un color específico a cada Sefira:

• Blanco, para la Sefirat Jojma.
• Rojo, para la Sefirat Bina
• Verde, para la Sefirat Tifferet
• Negro, para la Sefirat Maljut

Si bien la Luz que llena las Sefirot es incolora, quienes la reciben la ven con el tinte correspondiente. Por tanto, en los cinco mundos (desde Ein Sof hasta nuestro mundo) la luz que emana del Creador es una sustancia imperceptible e incolora. Sólo después de atravesar los mundos y las Sefirot, como a través de un filtro de color, se percibirá un determinado color e intensidad, dependiendo del nivel que tiene el alma que recibe la Luz.

Por ejemplo, el mundo de Atzilut deja pasar la Luz sin color, pues este mundo posee los mismos atributos de la Luz. Es por este motivo que la Luz en el mundo de Atzilut se caracteriza por el color blanco. Los atributos de los otros mundos son distintos a los de la Luz y la afectan dependiendo de su proximidad espiritual.

Si comparamos la Luz blanca al papel, entonces el mensaje que está escrito en él presenta la información y el color del texto se destaca contra el fondo blanco. De igual manera, al percibir el rojo, el verde y el negro podemos percibir de Luz.

El mundo de Atzilut (Sefira Jojma) es el fondo blanco del libro y por tanto no nos es posible concebir su Luz. No obstante, Bina (el mundo de Beria), Tifferet (Yetzira) y Maljut (Assiya) que corresponden respectivamente al rojo, verde y negro nos proporcionan información basada en sus combinaciones, sus interacciones y sus reacciones a la Luz que pasa por el mundo de Atzilut hasta nuestro mundo.

Por lo tanto, es como si los mundos Beria, Yetzira y Assiya formaran envolturas concéntricas del mundo de Atzilut. Estudiemos de cerca los cuatro tipos de la percepción del objeto: la Materia, la Forma en la Materia, la Forma Abstracta y la Esencia.

Supongamos que el objeto en cuestión es una persona falsa.

• La Materia es el cuerpo de esta persona.
• La Forma en la Materia es el atributo de falsedad.
• La Forma Abstracta es la falsedad que se percibe independiente de la materia
• La esencia de la persona (que es absolutamente inconcebible si está separada del cuerpo.

No podemos nosotros imaginar la Esencia en sí con nuestros órganos sensoriales, aún ayudados por la fantasía. Únicamente podemos percibir las acciones y las reacciones de la realidad que nos rodea y de sus diferentes interacciones con la Esencia. Por ejemplo, cuando examinamos un objeto, el ojo no percibe el objeto mismo, sino su interacción con la luz, o para ser más exacto, la interacción de la luz con el ojo. Nuestro sentido auditivo no percibe el sonido, sino la interacción de la onda en el tímpano. Nuestro sentido del gusto no percibe el bocado en sí mismo, sino la interacción de la saliva, las terminaciones nerviosas y las glándulas con el bocado.

Todas nuestras sensaciones nos informan sólo sobre las interacciones de las reacciones de la Esencia y nada de la Esencia en sí misma. Aún nuestro sentido táctil que nos proporciona datos en cuanto a la dureza o la temperatura de un objeto, no nos revela el objeto en sí mismo, sólo nos permite analizarlo a través de nuestras reacciones y sensaciones al tacto.

Así pues, la percepción suprema en este mundo sería investigar de qué modo la Esencia nos influye. Ahora bien, ya que ni en nuestra más descabellada fantasía podríamos imaginar la Esencia, sin antes haberla sentido al menos una vez, carecemos de una imagen mental y del deseo de investigar.

Lo que es más, ni siquiera podemos conocernos a nosotros mismos, nuestra propia Esencia. Al percibirme como un objeto que ocupa un espacio, que tiene una forma y temperatura y está dotado de la facultad de pensar, tan sólo percibo las acciones de mi Esencia y no la Esencia misma. La idea más completa que recibimos de nuestro mundo nos la da el primer tipo de percepción: la Materia. Esta información es más que suficiente para nuestra existencia y para nuestra relación con el mundo que nos rodea.

Recibimos el segundo tipo de percepción, la Forma en la Materia, al explorar la naturaleza que nos rodea con la ayuda de nuestros sentidos. La evolución de este tipo de percepción ha dado lugar al surgimiento de la ciencia en la que confiamos plenamente en todas las situaciones de nuestra vida. Este nivel de percepción del mundo es también más que suficiente para los hombres.

Sería posible lograr la tercera percepción, es decir, la Forma Abstracta si pudiéramos examinar esta forma separada de la materia y no mientras se reviste en ella. Sin embargo, una forma sólo puede separarse de la materia en la imaginación (por ejemplo, la falsedad como una noción abstracta que se ha desconectado de una persona).

Por regla general, investigar una forma desconectada de la materia, en su forma abstracta no da resultados fidedignos y no se pueden confirmar de facto. Es todavía más cierto cuando se investigan formas que nunca se han revestido en la materia.

Vemos pues que en los cuatro tipos de percepción de un objeto, su Esencia es totalmente imperceptible y su Forma Abstracta percibida incorrectamente. Únicamente la materia y su forma, cuando se examinan en conjunto con la materia, proporcionan datos verídicos y suficientes sobre el objeto que se investiga.

En los mundos espirituales BYA, todos los objetos son percibidos tan sólo en su materia y en su forma. Son los colores rojo, verde y negro que constituyen la materia en esos mundos y nosotros los percibimos encima del fondo blanco del mundo de Atzilut. Los estudiosos del Zohar deben tener en cuenta que es necesario limitarse a los dos tipos de investigación que tenemos a nuestra disposición.

Como ya se ha mencionado antes, todas las Sefirot se subdividen en cuatro niveles de percepción. Así es como la Sefirat Jojma constituye la Forma y Bina, Tifferet y Maljut constituyen la Materia revestida en la Forma.

El Zohar sólo examine las Sefirot Bina, Tifferet y Maljut. El libro no se ocupa de la forma abstracta de la materia, mucho menos de la Esencia - la parte del Creador (Ein Sof) que anima cada partícula de la Creación.

Las Sefrot Bina, Tifferet y Maljut en el mundo de Atzilut son accesibles a nuestra investigación mientras que las Sefirot Keter y Jojma aún en el confín del mundo de Assiya son inaccesibles.

Todo lo que existe en cada mundo se divide en cuatro niveles: el Inanimado, el Vegetal, el Animado y el Humano. Los niveles corresponden a cuatro niveles de deseos. Igualmente, cada objeto consiste de estos cuatro sub niveles de deseo.

• La aspiración de conservar la propia vida corresponde al nivel inanimado del desarrollo.
• La aspiración a la riqueza corresponde al nivel vegetal del desarrollo.
• La aspiración por el poder, de honor y reconocimiento corresponde al nivel animado de desarrollo.
• Y la aspiración al conocimiento corresponde al nivel humano.

Por tanto, nos damos cuenta que recibimos el primer tipo de deseos, desde un nivel inferior al nuestro para satisfacer nuestras necesidades y placeres animales. Los deseos de riqueza, de poder y reconocimiento se alcanzan a través de las demás personas. En cuanto a los deseos de educación y conocimiento se logran por medio de objetos más elevados.

Todos los mundos espirituales se parecen y se diferencian sólo por sus niveles. De esta forma, los niveles inanimado, vegetal, animado y humano en el mundo de Beria se proyectan respectivamente en los niveles inanimado, vegetal, animado y humano del mundo Yetzira. A su vez estos niveles en el mundo Yetzira se imprimen en los niveles correspondientes del mundo de Assiya y así hasta llegar a nuestro mundo.

• El nivel inanimado en los mundos espirituales se llama Heijalot.
• El nivel vegetal se llama Levoushim.
• El nivel animado se llama Mala'ajim.
• El nivel humano se llama "almas humanas" en un mundo en particular.

Las diez Sefirot representan la parte del Creador en cada uno de los mundos. Las almas humanas son el centro en cada mundo y reciben su sustento de los otros niveles.

Los estudiosos del Zohar deben tener constantemente presente que todos los objetos se examinan desde el punto de vista de sus interacciones en un mundo dado. Toda la investigación se resume al estudio del alma humana y a lo que se llega a relacionar con ella

Puesto que el Zohar estudia únicamente las almas que se han encarnado en cuerpos en nuestro mundo, el Ein Sof se considera sólo bajo este aspecto. Dicho de otra forma, el libro examina la influencia, el programa, y el deseo de Ein Sof en lo que a nosotros respecta y no en lo concerniente a otros objetos pertenecientes a otros mundos.

El programa entero de la Creación de principio a fin está incluido en Ein Sof y los mundos de Beria, Yetzira, Assiya así como nuestro mundo constituyen el programa concreto de aplicación.

Por lo tanto, todas las acciones en todos los mundos son consecuencia de la ejecución del programa que se origina en Ein Sof para descender después al mundo de Atzilut y subdividirse en diversos programas. Las acciones bajan en un determinado orden a través de los mundos hasta el nuestro bajo la forma de una dirección general e individual de gobierno

Las almas humanas fueron creadas en el mundo de Beria. Por esta razón, partiendo de ese mundo podemos estudiar su dependencia y su conexión con Ein Sof. Las diez Sefirot en cada uno de los mundos BYA reciben respectivamente de las diez Sefirot del mundo de Atzilut el programa, el método, así como el tiempo asignado para la aplicación de cada una de sus partes.

Puesto que en el mundo de Atzilut, el plan de la Creación existe bajo la forma de un programa, la Luz de Ein Sof que atraviesa Atzilut permanece sin color. Toda la información que obtenemos se basa en las transformaciones ilimitadas de la Luz que nos revela los colores de Beria, Yetzira y Assiya.




Zohar texto integro: Aquí


Desde la página hazohar.net







2 comentarios:

  1. shalom la enseñanza esta muy comprensible.mis respetos a todos aquellos que han difundido esta sabiduria oculta,hace tanto tiempo, que ahora en estos dias muchas personas tengan el adcesso a estos conocimientos puedan cultirvarla y enseñarla y apreciarla mucho...porque esto es la verdad del ser...shalom.

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  2. Gracias por preocupación de hacer llegar a todo el mundo estas enseñanzas. Saludos.

    Magdalena

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