31 de diciembre de 2012

La raíz espiritual de la Homosexualidad.


Recuerdo que hace unos meses dicte un taller de Parejas, y surgieron muchas preguntas sobre las relaciones homosexuales. Y hace unos días estaba tomando té con una amiga, y conversábamos sobre diversos temas, entre ellos nuevamente surgió  el de la Homosexualidad. Lo cual me llevo a escribir este post y el del pasado 28 de diciembre.

Está escrito en la Torah:

No te echarás con varón como con mujer: es abominación.
Levítico 18,22.

Marcha del Orgullo Gay en Jerusalen, la cual genero grandes protestas por parte de la Comunidad Haredi.
Este es el verso que prohíbe las relaciones homosexuales, pero es interesante acotar que habla de las relaciones entre hombres, pero no hace alusión alguna en las relaciones lésbicas. Expliquemos el porqué de esta situación. Pero antes hay que acotar que los Sabios de Israel, prohibieron las relaciones entre mujeres, trasladando desde la prohibición del versículo en cuestión.

Desde el punto de vista de la Kabalah, como hemos dicho en post pasados, las relaciones entre los hombres (Homosexuales) son totalmente anormales, porque los convierten en semejantes a los animales, es decir, que descienden desde el plano humano al nivel animal. Esto se considera totalmente pervertido porque no puede haber una raíz espiritual en la relación del hombre con otro igual que él - porque no hay ninguno como él.

La raíz de sexo masculino es el Creador. La raíz espiritual del sexo femenino está en el nivel de las almas, y dado que cada alma es una parte femenina en relación con el Creador, una relación entre ellas es posible.  La situación está en dar y recibir, ante presiones o insatisfacción, una mujer busca recibir de otra.

Se deriva de la falta de satisfacción, placer, que la mujer desea recibir de un hombre. Lo importante aquí es el orgasmo.

Además, hay problemas muy serios de homosexualidad que se originan en la raíz espiritual. Esto se debe a que nada es sencillo en nuestras raíces espirituales.

En el camino descendente desde el Mundo Superior al nuestro, pasaron por una etapa llamada "Shvirat Kelim" ("ruptura de las vasijas", si no eres ducho en el tema y quieres saber de manera introductoria te invito a leer http://oreinsof.blogspot.com/2011/08/notas-sobre-conceptos-lurianicos.html). Nuestras almas (las partes femeninas y masculinas) se rompieron y mezclaron en ese nivel. Hay una parte de un alma femenina en cada hombre y de una parte de un alma de masculina en cada mujer.

En otras palabras, existen opuestos dentro de nosotros. Dado que esto ocurrió en la fase de la caída espiritual de las almas del mundo espiritual al nivel de nuestro mundo, hubo combinaciones simultáneas cuando los deseos masculinos y femeninos se mezclaron y parcialmente tomaron el lugar del otro.

Todas las "lesbianas," y los "homosexuales", así como muchos de los problemas que observamos son el resultado de ello. Las raíces de todos los trastornos psiquiátricos existen en el mismo nivel.

Debemos entender que estos problemas existieron antes y siguen existiendo. No se trata sólo del desenfreno de las personas, la razón se encuentra en el estado incorrecto en el interior de nuestras almas de origen muy elevado. Sólo mediante la corrección y restringiéndonos, forzándonos (¡sí, por la fuerza!) a adoptar una conducta correcta mediante el alcance de estas raíces, el hombre corregirá todas estas distorsiones, al corregir su raíz. Y es esto todo lo que conversamos en el post del 28 de diciembre de 2012, titulado homosexualidad.

Si vez la televisión, te quedas impresionado ante la cantidad de programas que dejan ver claramente la convivencia de parejas homosexuales, somos testigos de un gran aumento, una expansión de la homosexualidad, y la sociedad parece tolerarlo. ¿Qué se puede hacer con los millones de hombres que participan en esas relaciones? Cuando hay un par de personas, el fenómeno puede  reprimirse, prohibirse. Se pueden encarcelar, etc. ¿Pero, y si hay millones? No se puede hacer nada. Ya entra en el marco de las relaciones normales.

Todo esto es el resultado de la misma crisis que vivimos hoy. De hecho, esta no es una crisis, sino el eco de la sensación del rompimiento se produjo en el proceso del "descenso" de las almas. Es por ello que en cada etapa de la historia seguimos viendo este tipo de relaciones.

Al comenzar a ascender ligeramente en nuestro desarrollo egoísta, llegamos al nivel del alcance de ese rompimiento. Ahora estamos entrando en el espesor del rompimiento que tuvo lugar en la fase de descenso. Entramos desde abajo y empezamos a hacer frente a problemas muy graves. Nos esperan muchos otros problemas en el futuro.

Desde el punto de vista de la Kabalah, la homosexualidad, y los otros fenómenos, son aspectos en los que el hombre tiene que trabajar. Esto es en sí una intensa labor para que al hacer las correcciones en las almas, se pueda adoptar la correlación correcta entre los deseos y placeres.

¿Cuál es la Opinión de la Kabalah sobre el Karma?


En un mundo Globalizado y horrendamente simplista, es bueno aclarar conceptos.  

Durante el siglo XIX y XX, Occidente fue permeable a los conceptos religiosos provenientes de las antiguas colonias británicas y francesas en Asia. Así es como la creencia en la «ley del karma» que ha tenido una importante difusión gracias a la penetración en Occidente del budismo, el hinduismo y el yoga, así como diversas escuelas de ocultismo, como la teosofía de Helena Blavatsky, quien en mi humilde opinión hizo mucho daño a la espiritualidad de occidente debido al sincretismo de su trabajo.


Es importante aclarar conceptos, sobre todo cuando escucho hablar a gente de Kabalah, en términos de Karma. En la Kabalah no existe el nombre karma, ni palabra ni concepto. En la Kabalah existe el alma, sólo el alma.
De acuerdo con varias religiones dhármicas, el karma (en sánscrito: कर्म) sería una energía trascendente (invisible e inmensurable) que se deriva de los actos de las personas. De acuerdo con las leyes del karma, cada una de las sucesivas reencarnaciones quedaría condicionada por los actos realizados en vidas anteriores. 

Es una creencia central en las doctrinas del budismo, el hinduismo, el yainismo, el ayyavazhi y el espiritismo. Aunque estas religiones expresan diferencias en el significado mismo de la palabra karma, tienen una base común de interpretación. 

Generalmente el karma se interpreta como una «ley» cósmica de retribución, o de causa y efecto. Se refiere al concepto de "acción" o "acto" entendido como aquello que causa el comienzo del ciclo de causa y efecto. 

El karma está en contraposición con las doctrinas abrahámicas (judaísmo, cristianismo e islamismo). El karma explica los dramas humanos como la reacción a las acciones buenas o malas realizadas en el pasado más o menos inmediato. 

Según el hinduismo, la reacción correspondiente es generada por el dios Iama, en cambio en el budismo y el yainismo ―donde no existe ningún dios controlador― esa reacción es generada como una ley de la Naturaleza (como la gravedad, que no tiene ningún dios asociado). En las creencias indias, los efectos del karma de todos los hechos son vistos como experiencias activamente cambiantes en el pasado, presente y futuro.

Karma es una idea que permea muchas culturas. En egipcio antiguo era llamado “maat”, en griego “heimarmene” o “fate” y en germánico “wyrd”. 

Para este concepto básicamente todo está dentro del sistema (en griego: cosmos) y así todo rebota eventualmente. Ustedes pueden jugar con este sistema y hasta manipularlo, pero no pueden escapar de él.

La Providencia Divina (“hashgaja”) significa que podemos llegar más allá del sistema. Podemos rogar al Creador del sistema, o hacer teshuvá y transformarnos, hasta cambiar nuestro pasado. Podemos quebrar la prisión de nuestro Egipto personal y llegar a la Luz Infinita pre-cósmica, sin ataduras y libres.

Por ejemplo, el karma de Abraham y Sara era tal que no podían tener hijos. La Torá dice que Di-s elevó a Abraham por encima de las estrellas y Sara dio a luz a Isaac. Similarmente, el karma de su descendencia fue ser esclavizados por Faraón. Nuevamente la intervención Divina anuló ese karma y fueron liberados milagrosamente.

Si, el karma nos envuelve y a todo lo que existe. Pero hay una puerta de escape, por medio de la teshuvá, por medio de la Torá y por medio de los buenos actos.

Pero hablemos mas sobre este concepto Hashgaja.

Hashgaja es generalmente traducida como providencia, en términos teológicos, hashgajá significa que Di-s no solo sabe lo que ocurre aquí abajo, sino que además participa en su supervisión. La hashgajá es una especie de interacción bidireccional entre el Creador y la creación, en la que cada uno le responde al otro e interactúa con él. En los Salmos, figura por primera vez una forma de esta palabra: “Desde Su morada Él supervisa a todos los habitantes de la tierra”.

La hashgajá constituye una distinción clave entre las cosmologías judía y pagana. El pagano, por lo general, también cree en una única deidad suprema, pero esa deidad es considerada demasiado suprema y exaltada como para que se digne a supervisar este mundo tan bajo. Los filósofos paganos, como Aristóteles, pensaban que la sabiduría de Di-s se centraba solamente en los mundos ideales e intemporales que están más allá del nuestro. Las narraciones de la Torá y su declaración de que el Supremo y Único Di-s es el Di-s de todas las fuerzas de la naturaleza la colocan en directa confrontación con esta forma de pensamiento.

Dos enfoques.

Si bien, sin excepción, los pensadores judíos clásicos reconocen el absoluto dominio de Di-s y Su total omnisciencia “desde los cuernos de los bueyes salvajes hasta el piojo más diminuto”2, no obstante, dentro de los textos judíos clásicos pueden distinguirse dos enfoques diferentes:

A partir de los textos bíblicos, talmúdicos y midráshicos, surge una visión de Di-s según la cual Él participa muy de cerca en cada detalle de Sus obras, proveyéndole incluso “al cuervo plumado aquello por lo que clama”.

Sin embargo, los filósofos del judaísmo percibieron a Di-s en un papel más pasivo. Según ellos, el grado de supervisión divina corresponde proporcionalmente al grado en que la persona trasciende los asuntos terrenales. El tzadik está envuelto en la supervisión de Di-s en cada detalle de su vida, mientras que la persona burda y materialista es arrojada a un mundo de causas naturales y aleatorias junto con la fauna y la flora. En este ámbito más bajo, los filósofos ven la hashgajá como algo que se aplica solamente en el caso de que un acontecimiento afecte el plan divino. Pero incluso de acuerdo con esta perspectiva, “las circunstancias aleatorias tienen su fuente en Él, porque todo surge de Él y está controlado por Su supervisión”.

Al Baal Shem Tov se le atribuye el hecho de haber reintroducido la idea de la hashgajá pratit, la detallada supervisión divina en cada suceso y cada ser creado. Rabí Shneur Zalman de Liadi, uno de los principales y primeros proponentes del pensamiento jasídico, articuló una base racional para dicho punto de vista, uniendo la hashgajá con otro tema fundamental del pensamiento judío: la creación continua-la continuidad de la creación.

¿Adónde te lleva?

La fe en la hashgajá del Creador provee la base para la bitajón. El solo hecho de creer en Su hashgajá eleva a la persona a un nivel en el cual Di-s está íntimamente involucrado en su vida de un modo abierto y beneficioso.

Aquel que cree en la hashgajá pratit percibe a Di-s en todo lo que ve y oye. Cada faceta de su vida se transforma en otra oportunidad más de conectarse con lo Infinito y, por lo tanto, en otra causa más de celebración.

Una adaptación de dos articulos del Rabino Tzvi Freeman de Jabad.


30 de diciembre de 2012

Tzitzit, hilos de Luz


BH

Un Judío Haredí, con Talet Gadol. El uso del talit se interpreta en el sentido de que reviste al hombre del espíritu de santidad, y que esa prenda refleja la fundamental igualdad de todos los hombres ante Dios
Dice Rabí Shimon bar Yojai: "Cuando el hombre se levanta en la mañana y se coloca los tefilin y tzitzit, la Shejiná (Presencia Divina) se posa sobre el y proclama: Tu eres Mi siervo, Israel, a través del cual Seré Glorificado."
Hoy quisiera dedicar un post a uno de los preceptos mas importantes de la Torah, los Tzitziot. 

El Talmud afirma que todo aquel que ha fijado una mezuzá en las puertas de su casa, lleva tzitzit en sus ropas y se pone los tefilín en su brazo y su cabeza, seguramente no pecará. Si alguno de los cybernautas, quiere aportar al presente post, por favor comente, añade tus aportes al articulo.

Este precepto está mencionado en la Torah: 
“Y el Eterno dijo a Moshe: Habla al pueblo de Israel y diles, que deberán hacer flecos en los ángulos de sus vestidos, ellos y todas las generaciones por venir, y en cada fleco que está en los ángulos, deberán poner un cordón celeste. Y estos flecos serán para ustedes, para que los vean y recuerden al verlos todos los preceptos del Eterno y que los cumplan. No seguirán las inclinaciones de vuestro corazón ni la codicia de vuestros ojos, que los desvían. Para que recuerden así todos Mis mandamientos y los observen y sean santos para vuestro Di´s. Yo soy el Eterno, vuestro Di´s, que los rescaté de la tierra de Egipto para ser vuestro Di´s. Yo soy el Eterno, vuestro Di´s.” (Números 15:38)
"Flecos harás para ti y te las pondrás en las cuatro esquinas de tu vestimenta con la que te cubres." (Deuteronomio 22:12) 

Pero es importante acotar que los Tzitziot no son simplemente flecos, son Tzitziot. Aquí traducimos Flecos, para que el lector entienda.

El objetivo de este precepto está determinado en la Torah: la persona tiene la obligación de usar los Tzitzit para recordar todas los Preceptos de Dios. Para poder lograr este propósito llevará esta prenda como si fuera el sello del amo en la ropa y cuando lo mire recordará todos los preceptos, como bien lo dice el versículo  al ver los Tzitzit, la persona recordará todas los preceptos.


  1. El Tzitzit tiene como objetivo ayudar a recordarle al hombre la salida de los hijos de Israel de la esclavitud en Egipto (conocida como Yetziat Mitzrayim).
  2. También puede ser tomado como símbolo del cielo que envuelve a la persona, y lo protege y lo cubre todo el tiempo, tal como Dios hace.
  3. Tanto el talit como las Tzitziot son recordatorios visibles de las enseñanzas Divinas y la necesidad de promover la santidad en la vida privada y nacional.
  4. La expresión popular hebrea "examinar el ritual de los tzitzit de alguna persona" (badak tzitziotav shel peloni) significa "examinar su lealtad o integridad".

El Talmud compara su observancia con la de todos los mitzvot (Menajot 39-42). Maimónides (Comentario en Pirkei Avot 2:1) lo incluye como un mandamiento importante junto con la circuncisión y la ofrenda de Pesaj.

Se cuenta que unos días antes de la muerte del Gaon de Vilna vinieron a visitarlo sus alumnos y de pronto, el GAON se puso a llorar desconsoladamente. 

Sus discípulos le preguntaron al verlo así acaso no confía Nuestro Maestro que subirá directamente al Jardin del Eden, donde moran los Justos, si toda la vida se dedicó al estudio y difusión de la Torah con tanto esfuerzo, y siempre cumplió con todos los preceptos; ¿Entonces Gaon a qué se debe su llanto? Tomando el Tzitzit en su mano dijo: "estamos en un mundo donde por pocas monedas se puede comprar un talit y cumplir con un Gran Precepto; ahora iré a un mundo donde no podré adquirir ni hacer más Preceptos.

De hecho, cuando un Judío varón fallece es también envuelto en su talit cuyos flecos (tzitzit) se invalidan (cortándolos), indicando simbólicamente que las exigencias terrenas ya no le incumben.

Talet.

El Talet (en hebreo טלית) es un accesorio religioso judío en forma de chal utilizado en los servicios religiosos del judaísmo.

La ropa de cuatro esquinas era la vestimenta cotidiana en los antiguos tiempos y aún lo es entre los beduinos. Los Tzitzit (flecos), los cuales van en las cuatro esquinas y representan los cuatro puntos cardinales: norte, sur, este y oeste, para indicar el señorío de Eterno en todo el universo.

Hay dos tipos de Talit o mantos de oración:

a) Talit Katán: es el más pequeño, que se usa dentro del saco o traje del varón y que normalmente no se mira, excepto cuando se sacan los Tzitzit. El Talit Katan se conoce comúnmente como tzitzit.

Talit Katan. en Forma de camiseta.

b) Talit Gadol: es el que usa el varón sobre sus hombros, por encima del saco o traje.



La mayoría de los judíos ortodoxos los usan en negro por el luto de la destrucción del templo y no atraer atención a sí mismo. El color más común es el azul sin recorte o con recorte de oro o de plata. El azul está asociado con la pureza y el oro con la gloria de Dios.

Están hechos generalmente de lana. Pues dura más y cuelga mejor. Otro material utilizado en su confección es el rayón, que se parece a seda. La seda es muy bonita pero muy costosa. Los hay de mezclas de lana y poliéster. Otros Talit sintéticos se hacen de un acrílico llamado "acrylon", que es una tela muy liviana y barata.

Los Tzitzit.

Tzitzit. El azul y el blanco es el estilo Sefaradi, el blanco todo es Ashkenazi. Tenga en cuenta la diferencia entre el régimen de 7-8-11-13 y devanados ininterrumpidas (entre los nudos) en la Ashkenazi, versus el esquema 10-5-6-5 y estriadas en el devanado Sefaradi uno.
Cuando los tzitzit o aún uno de los cuatro bordes de un talit o talit katán se rompen o desgarran; deben ser extraídos y reemplazados los tzitzit. Esto debe solicitarse de una persona que sepa como atar los tzitzit en sus cuatro bordes. Aunque la mayoría de la gente prefiere comprar un talit con el tzitzit ya atado, algunas personas prefiere atar los tzitzit por sí mismos. Esto no debe ser visto como un capricho, sino como una inclinación válida, sobre todo porque el Talmud afirma que la realización del precepto uno mismo, es mejor que tener a alguien que lo haga por uno. De todas para atar los Tzitzit, solo debe ser:
  1. Judio, Observante de los mandamientos.
  2. Experto en la tarea.
  3. Manualmente hábil.
  4. Contar con los hilos apropiados.
Las instrucciones específicas acerca de como deben estar los tzitzit atados al talit no se encuentran en la Torah escrita, pero fueron transmitidas por la Torah Oral. El Shulján Aruj lo describe en detalle, aquí lo transcribo más adelante. 

Existen muchos significados simbólicos y místicos implícitos en el procedimiento. Por ejemplo, las treinta y nueve vueltas que se hacen en la confección de cada uno de los cuatro flecos, equivalen al valor numérico de las palabras hebreas para “El Señor es Uno”.

La observancia de esta mitzvá está limitada a las horas del día, debido a que enfatiza “para que los vean y recuerden al verlos todos los preceptos del Eterno y que los cumplan.” (es decir, verlos). Los Sabios enseñaron que en la noche (en la oscuridad total una persona no puede ver) no rige la mitzvá de Tzitzit  (Por esta razón el talit nunca se lleva en los servicios vespertinos. La única excepción es en la noche de Yom Kipur para el servicio de Kol Nidre debido a la extraordinaria santidad de esa noche). Aunque es costumbre en nuchas partes usarlo de noche.

Durante las oraciones se acostumbra a llevar el talit parcialmente doblado, con las puntas superiores echadas por encima del hombro (Sab. 147 a; Men. 41 a). Solamente los hombres (mayores de 13 años) llevan talit durante las oraciones diurnas, excepto en Yom Kipur, en que se usa desde pocos minutos antes de la entrada de la noche. El oficiante lo usa para todas las ceremonias, excepto en la mañana de Tisha be-Av. (día de ayuno). En algunas congregaciones lo usan los que guardan luto, al recitar el Kaddish.

El Tekhelet (תכלת) es tinte de color azul que se utiliza para teñir el hilo del tzitzit. En algún momento de la historia, la fuente del tinte se perdió y, desde entonces, se han usado tzitziot blanco normal sin ningún tipo de tintes. 

Tekhelet, que aparece 48 veces en el Tanaj, es un colorante específico azul producida a partir de una criatura conocida como Jilazon, otros tintes azules son inaceptables (Tosefta). Algunos explican las rayas negras que se encuentran en muchos mantos de oración tradicionales como la que representa la pérdida de este colorante.

Donde tekhelet se utiliza, sólo un hilo en cada franja se tiñe con él, y el resto se queda blanco o sin pintar. El hilo teñido se realiza siempre de lana, independientemente del material de la prenda de vestir o los otros hilos.

Los otros hilos en el tzitzit (todos los hilos, donde tekhelet no se utiliza) se describen como "blanco". Esto puede interpretarse de manera literal (por Rama) o en el sentido del mismo color que la prenda principal (Rambam). Normalmente, la propia prenda es de color blanco de modo que la divergencia no se plantea.

Del mismo modo los hilos se pueden hacer ya sea de lana o de la misma tela que el vestido, de nuevo muchas autoridades recomiendan usar una prenda de lana para que todas las opiniones sean satisfechas.

El Tzitzit en cada esquina está compuesto por cuatro hilos, los cuales deben ser hechos con la intención de cumplir el precepto. Estos filamentos se doblan entonces y cuelgan hacia abajo, entonces parecen ser ocho. (Es costumbre que cada uno de los cuatro filamentos está hecho de ocho hilos finos, conocidos como kaful Shemoneh). 

Los cuatro filamentos se pasan a través de un orificio. Hay numerosas costumbres en cuanto a cómo atar los flecos. 

El Talmud explica que la Biblia exige un nudo superior ( Kesher elyon) y un envoltorio de tres vientos ( hulya ). 

El Talmud ordena que entre 7 a 13 hulyot ser atado, y que "hay que empezar y terminar con el color de la prenda" En cuanto a la realización de nudos entre el hulyot , el Talmud no es concluyente, y como tal poskim han interpretado este requisito de varias maneras.

Aunque existen muchos métodos, el que ha subido la aceptación más amplia puede ser descrito como sigue:

Los cuatro hilos del Tzitzit se pasan a través de agujeros cerca de las cuatro esquinas de la prenda (Shulján Aruj Oraj Jaim 11:9-11,15) que están más alejados (10:1). 

Cuatro Tzitzot se pasan a través de cada agujero (11:12-13), y los dos grupos de cuatro extremos son de doble nudo entre sí en el borde de la prenda cerca del agujero (11:14,15). 

Uno de los tzitzit cuatro se hace más largo que los otros (11:4); el extremo largo del que uno se enrolla alrededor de los otros siete extremos y doble anudados-, esto se hace repetidamente para hacer un total de cinco nudos dobles separados por cuatro secciones de la liquidación, con una longitud total de al menos diez centímetros, dejando los extremos libres colgantes que son el doble de tiempo (11:14).

Antes del empate comienza, declaración de intenciones se recita: L'Sem mitzvat Tzitzit ("por el bien del mandamiento de tzitzit").

Los dos conjuntos de soportes se anudan juntos dos veces, y luego el shamash (una cadena más larga) se enrolla alrededor de los restantes siete hebras un número de veces (ver más abajo). Los dos conjuntos son entonces anudado de nuevo dos veces. Este procedimiento se repitió tres veces, de manera que hay un total de cinco nudos, los cuatro espacios intermedios pueden ser recogidos por los devanados de numeración  10-5-6-5, respectivamente. 

Rashi , comentarista prominente judío, basa el número de nudos en una guematría : la palabra tzitzit (en su Mishná ortografía) tiene el valor 600. Cada borla tiene ocho hilos (cuando se dobló) y cinco conjuntos de nudos, totalizando 13. La suma de todos los números es 613, tradicionalmente el número de mitzvot (mandamientos) de la Torah. Esto refleja la idea de que ponerse una prenda con tzitzot recuerda a su portador de todos los mandamientos de la Torah.

Para estudiar los Halajot relacionados con esta Mitzvat visita:


Te recomiendo además la siguiente lectura:





28 de diciembre de 2012

¿Tiene la kabbalah algo mas que enseñar?


¿Tiene la kabbalah algo mas que enseñar?... Para quien estudia kabbalah, esta pregunta puede parecer muy ilógica, pero realmente no lo es… realmente me la hicieron en una oportunidad, pero es importante el contexto en el cual me la hicieron… esto era un grupo que quería estudiar kabbalah sin cumplir con la Ley, o al menos cumplir lo que no les resultase incomodo, todo es valido en el ámbito del crecimiento espiritual y cada ser humano es libre de hacer, buscar y crecer. Tú puedes buscar realizar tu potencial de altruismo, y eso es lo realmente importante…

Otros me decían la Kabbalah solo puede estudiarse si naciste en medio del pueblo Judío, y nacer practicando las tradiciones. Esto es muy cierto, pero a medias… pues en la historia hemos escuchado de grandes que no han nacido en el seno del pueblo judío, y han llegado ha ser como dije “Grandes” del Pueblo Judío… pero ¿Qué es lo que no permite que no judíos, no puedan estudiar kabbalah, y encontrar en ella las respuestas?  Algo muy simple… lo que hace a alguien “Judío”… la Iniciación ¿Qué? Si, lo que leíste, es por ello que solos los Judíos pueden estudiar Kabbalah… pero ¿Qué es eso? Para responder esta pregunta debemos primero definir por millonésima vez en este blog, la palabra “Kabbalah”… conocimiento judío que nos proporciona los instrumentos para que la voluntad y el deseo se unifiquen con la plenitud de la Luz Infinita… si, El judaísmo consiste en la iniciación de un pueblo entero en las normas que lo acercan gradualmente al Creador.

El Judaísmo se inicia con la Ley, codificada en el Pentateuco o Torah, los primeros cinco libros de la Biblia Hebraica, denominado Antiguo Testamento por los cristianos. Esta Ley, ordena que hacer… en su momento fue revolucionario, y aun hoy lo es… Los religiosos, normalmente enseñan que creer, que pensar, como medir las palpitaciones del alma ante Dios. Pero la Ley, la que fue enseñada por Moisés, no conoce el término, que indica la entidad del alma.

El hombre, el individuo, en el contexto de la Ley, es Nefesh, sujeto vital, y la Neshama, que luego significara alma, en la ley, es sugerida meramente como el soplo de la respiración.

La Ley, pretende un compromiso en la acción. Es una pedagogía muy deliberada, para que el hombre huya del hacer a través del ser y la metafísica. De modo que cuando la Ley, se presenta en el Sinaí, el pueblo la recibe y dice, lo que los convertirá en Judíos, y actos para estudiar la Kabbalah, por así decirlo… “Haremos y Escucharemos (meditaremos)”.

La meditación, la especulación acompaña a la conducta, la acción. No la reemplaza. Y es esa la Revolución de la hablamos al principio de este post, en el Judaísmo, el hombre es conducta, acción y, fundamentalmente, acción comunitaria. Según dijimos letras atrás, La Torah, la Ley, se entrega a todo el pueblo, no a individuos sueltos.

Y es todo esto, lo que impide que los no judíos, no iniciados, estudien y alcancen la profundidad de la Kabbalah… que especulan y meditan antes de hacer… incluso algunos, leen siete libros por semana, pero solo cuando comprenden esto la Kabbalah tendrá algo mas que enseñarles…

Una teoría que mantiene los puntos capitales en lo que hace la formación del hombre:

1.    El hombre es una comunidad.
2.    El ser se manifiesta en el hacer, que es el co-hacer.
3.    El quehacer del co-hacer conforma el equilibrio ético.
4.    El ciclo se manifiesta en el cumplimiento de la Ley.
5.    La meditación, el comentario, no tienen Ley, es la absoluta libertad Humana.

El comentario es la Neshama, el alma, y por eso no figura en la Ley.  El estudio y la aplicación de la Kabbalah a través de la Ley, debe estar integrado completamente a nuestra vida cotidiana, ya que la substancia a la cual la Kabbalah se refiere es el deseo, y es precisamente el deseo lo que la Torah nos exige refinar en nuestro trabajo espiritual.

De acuerdo a la Torah, tanto mejor es el hombre cuanto superiores son sus deseos, es decir que sus deseos generan el bien. Y esto es lo que expresó Rabí Janiná ben Akashiá: "quiso el Santo Bendito Sea, refinar a Israel y para ello le dio abundancia de Leyes y preceptos", con el propósito de acercarnos a EL, Raíz y Fuente de todo lo creado.
   

La Homosexualidad


La homosexualidad, que una vez fue una palabra susurrada sólo con asco o desprecio, ahora está fuera, abierta para que todos lo vean y oigan. Me senté frente a la televisión, y mire un canal de suscripción por cable, y quede impresionado ante la cantidad de programas que dejan ver claramente la convivencia de parejas homosexuales, si bien es común verlo, pues no creo que ninguna persona en occidente, no haya visto o tenido trato con alguna persona con esta tendencia, pero aquí me pareció desproporcionado... mas no escandalizado. La homosexualidad y sus problemas concomitantes se han convertido en una gran noticia.

La homosexualidad es un término demasiado general y vago que se usa para referirse a una  gran cantidad de manifestaciones y causas muy diversas. Está más que claro que según la Biblia una familia se forma en base a una pareja compuesta de un hombre y una mujer.

Es interesante acotar que la Torah y el Judaísmo, no prohíben la homosexualidad, sino los actos homosexuales. Considerándose la homosexualidad como un aspecto mas a superar de las inclinaciones personales de cada ser en este plano. Y personalmente opino que entre los marcos de su vida terrenal cada uno, sin molestar a nadie, puede actuar según su propia inclinación, pues el Eterno, Bendito Sea El, coloca delante de cada hombre la Vida y la Muerte, dándole un espacio para la elección, dotándolo con una voluntad libre, y la capacidad de cambiarPor lo que no los discrimino nunca, ni los excluyo, D-os me libre, pero si pienso que todas las fuerzas internas deben ser dirigidas hacia el alcance de la meta superior, perfecta y eterna, es decir la Vida. 

Pues el hecho de que uno nazca con determinada tendencia no lo transforma en una alternativa de vida válida. Lo que sí implica es que tiene un desafío y una misión especial. Para el judío es la Torah la que define cuales tendencias son válidas y cuales no. Es decir, la tendencia hacia la homosexualidad, es una inclinación que debe ser superada, pero no es un desafío sólo de los homosexuales; hay muchos heterosexuales que les cuesta controlar sus inclinaciones e instintos y canalizarlos como Dios manda...  



La Torah prohíbe expresamente dar expresión física a deseos homosexuales, tanto de índole masculina como femenina. Lo considera una abominación (Levítico 18:22).  El hombre fue creado con el poder pro creativo con el objetivo de usarlo para poblar la tierra. Es su deber primario. Desviar ese potencial y usarlo sólo para el placer personal atenta contra la naturaleza humana innata de dejar descendencia, ni hablar que va en contra del diseño Divino.


El judaísmo no condena solamente la relación sexual entre miembros del mismo género; la prohíbe en cualquier manifestación que no sea dentro de la pareja heterosexual casada. O sea, la postura del judaísmo ante la expresión sexual no es discriminatoria, sino exclusiva.


El hecho que la Torah lo prohibe implica que es posible dominar y canalizarla, aunque parezca difícil. La Torah no fue entregada a los ángeles, sino a los hombres con todas sus debilidades y deficiencias.

Lo que distingue al hombre del animal es que el animal está dominado por su instinto mientras que el hombre lo domina, canaliza y sublima.



22 de noviembre de 2012

Sinagoga Ari, Safed





La sinagoga Ari Ashkenazí o Asquenazí, situada en Safed, se considera la sinagoga más antigua en uso en Israel. Toma su nombre del rabino del siglo XVI e.c Isaac Luria, gran Kabalista arribado a Safed hacia 1570, que fue llamado Ari (en hebreo, león), acrónimo para Adoneinu Rabbeinu Isaac, (nuestro maestro, nuestro rabino, Isaac), y que acostumbraba a rezar la víspera del sábado en este lugar.

La sinagoga fue establecida por inmigrantes judíos sefardíes procedentes de Grecia; sin embargo, durante el siglo XVIII, la llegada de los Jasidim desde Europa Oriental convirtió el lugar en edificio de culto de los ashkenazíes. La sinagoga fue casi destruida durante el terremoto de 1837, aunque fue reconstruida veinte años después. Durante la Guerra árabe-israelí de 1948 no llegó a padecer graves daños, aunque cayeron bombas en el patio de la misma. Hoy en día, es lugar de reunión de los judíos de diferentes afiliaciones. El hejal destaca por su suntuoso y ornamentado aspecto; está realizado en madera de olivo, por un artista de Galitzia, e incluye la representación antropomórfica de un león, aludiendo al acrónimo de Rabbi Luria.

12 de noviembre de 2012

La plegaria de la autoindulgencia.


Una adaptación de nuestra plegaria de la noche, que merece el esfuerzo difundir:

He aquí que me perdono a mí mismo por irritarme, por burlarme de mí mismo por algo que hice hoy, o por pecar contra de mí. Ya sea contra mi cuerpo, mi dinero, mi honra o cualquier otro aspecto mío. Ya sea accidentalmente, de forma voluntaria, sin intención o de forma intencional; ya sea por medio del habla o de acción. Que yo no sea castigado por causa de lo que me hice a mí mismo o a cualquier otra persona.
Que sea Tu voluntad, Dios mío y Dios de mis antepasados, que no incurra más en el pecado, y que cualquier pecado que haya cometido ante Ti lo borres en Tu infinita misericordia, mas no a través del sufrimiento o de enfermedades graves. Que los dichos de mi boca y los pensamientos de mi corazón hallen favor ante Ti, Dios, mi Baluarte y Redentor.

El resto del articulo, lo puedes hallar acá:

Matan Torah

Como Continuación del post, etapas en el crecimiento:



Les invito a leer un post que escribi hace casi cinco años:



En “Matan Torá” (La entrega de la Torá), Baal HaSulam explica: 

Hay dos partes en la Torá: 

1) Las Mitzvot entre el hombre y Dios. 
2) Las Mitzvot entre el hombre y el hombre. 

Y las dos apunta hacia la misma cosa: a llevar a la criatura al propósito final de Dvekut con Él.



Etapas crecimiento


Hay dos etapas en el crecimiento espiritual, a saber: 


"Ver" y "Escuchar".


Las cuales no se refieren al ni al ojo, ni al oído. ¿Cómo sé en cual me encuentro, si es que me encuentro en alguna? Es simple, y a la vez no lo es. 

Los ojos, por medio de los cuales se manifiesta el sentido de la vista corresponden a jojmah, la sabiduria interna del alma es la visión espiritual. Con los ojos ves la Luz.

Los oidos, a través de las cuales se manifiesta el sentido de la audición corresponden a binah,  el entendimiento interno del alma es la audición espiritual. Oye, el oído no cesa de oír, es decir que la audición se encuentra más allá de nuestra voluntad. El acto de oír se halla fuera de mi control. 

Cuando el hombre llega al estado de "No le hagas mal a nadie" ha alcanzado el estado de "Escuchar" y cuando alcanza el de "Ama a tu prójimo como a ti mismo" ha alcanzado el estado de "Ver".

Ahora haz, escucha y ve.

7 de noviembre de 2012

El don de la Cabalá


El gran sabio, el Rabí Akiva dijo: "Ama a tu prójimo como a ti mismo es la regla general de todas las leyes espirituales."

Como bien lo sabemos, la palabra  "general"  se refiere a un conjunto de  componentes.  En consecuencia, cuando el Rabí Akiva nos habla del amor al prójimo  (una de las numerosas leyes espirituales), o de nuestro deber hacia la sociedad y aún hacia el Creador, como una ley absoluta, nos deja entender que todas las otras leyes son componentes de esta regla.

Sin embargo, cuando intentamos explicarnos lo anterior, nos enfrentamos a una declaración aún más insólita del sabio Hillel.  Cuando su discípulo le pidió que le enseñara toda la Sabiduría de la Kabalah mientras se sostenía parado en un pié, Hillel le contestó, "No hagas a los otros lo que no quieres que te hagan a ti."

La respuesta de Hillel nos enseña que el propósito,  la razón misma de la existencia de la Kabalah,  es esclarecer y cumplir una sola ley: "Ama a tu prójimo como a ti mismo".  ¿Cómo puedo, sin embargo, amar a otro como a mi mismo?  Amar a los demás como a mi mismo implicaría satisfacer todos los deseos de la gente, aunque yo sea incapaz de satisfacer los míos propios.  Además, los sabios nos advierten que debemos satisfacer los deseos del prójimo antes que los nuestros.

Por ejemplo, esta escrito (Tosfot Masejet Kidushin) que si posees una sola almohada debes darla a tu amigo o que si no tienes más que una silla, otra persona tomará asiento y tu permanecerás de pie o te sentarás en el suelo.  De lo contrario no estarás cumpliendo con la instrucción de amar a tu prójimo. ¿Es realista esta petición?  Puesto que, "Ama a tu prójimo como a ti mismo", es la ley general de la Kabalah, investiguemos primero para saber lo que es la Kabalah.

La Kabalah nos enseña que el mundo y nosotros mismos, sus habitantes, fuimos creados únicamente para cumplir las leyes que aspiran al desarrollo espiritual de la humanidad por encima de nuestro mundo material.  De esta forma lograremos la  equivalencia y la unión con el Creador.

¿No obstante, por qué el Creador tuvo  necesidad de crear seres tan corruptos y  darles la Kabalah para corregirse?  El libro del Zohar contesta de la siguiente manera: "Quien come el pan ajeno, se avergüenza de mirar de frente al donador."

Por lo tanto, el mundo fue creado para preservarnos de esta vergüenza. Combatiendo nuestro egoísmo hasta corregirlo nos ganaremos nuestro mundo futuro.

Para ilustrar lo anterior, imaginemos la siguiente situación:

Un hombre rico se encuentra con un amigo necesitado a quien no había visto en muchos años.  Toma la decisión de albergarlo en su casa, alimentarlo y vestirlo día tras día.  En cierta ocasión, con la intención de complacerlo, el hombre acaudalado le pregunta qué más puede hacer por él.   La respuesta del menesteroso fue: "Sólo hay algo que desearía, y es poder recibir todo lo que me das,  no por caridad, sino en pago por mi trabajo.  ¡Puedes satisfacer todos mis deseos, excepto este!"

Podemos constatar cuan difícil resulta para el bienhechor suprimir la vergüenza que experimenta quien recibe la caridad.  Por el contrario, a medida que crece su generosidad mayor es la vergüenza.  El universo, este pequeño planeta y la sociedad (nuestro lugar de trabajo) fueron creados para resguardarnos de este sentimiento.  Nuestro trabajo consiste en regresar al Creador con los deseos corregidos y recibir una bien merecida recompensa, es decir, el inmenso deleite de la eternidad, la perfección y nuestra unión con el Creador.¿Pero por qué nos sentimos tan avergonzados y molestos cuando recibimos algo de otra persona?  Los científicos conocen la ley de causa y efecto.   Ella estipula que las propiedades de cada consecuencia son muy parecidas a las de la causa, o la fuente,  y que todas las leyes activas en la fuente se encuentran en la consecuencia.

La acción de esta ley está presente en todos los niveles de la naturaleza: el mineral, el vegetal, el animal y el humano.  El estado de un mineral está determinado por las leyes que lo controlan.  Nosotros estamos acostumbrados y preferimos todo aquello que experimentamos al crecer.  De la misma manera, cada partícula que constituye la consecuencia de un todo  se siente atraída hacia su origen y todo aquello que no existe en la raíz, la consecuencia, lo niega y lo repudia.

Por lo tanto, puesto que el Creador de la naturaleza es la Raíz y la Fuente de todo lo que ha sido creado, todas las leyes presentes en Él nos parecen placenteras y todo lo que está ausente en Él, profundamente molesto y extraño.  Por ejemplo,  nos encanta el descanso y  nos disgusta el movimiento a tal grado que nos movemos únicamente para poder descansar.  La razón es que la Raíz  (el Creador), de quien todos procedemos está absolutamente inmóvil.  De aquí que cualquier movimiento es contrario a nuestra naturaleza.

Nacemos y crecemos como egoístas absolutos sin preocuparnos más que de nosotros mismos.  Es nuestra naturaleza egoísta que motiva nuestra  oposición al Creador quien da vida a toda la naturaleza.   Sin embargo,  bajo la influencia de la sociedad, empezamos a comprender la necesidad de ayudarnos mutuamente, pero la realización y la orientación dependen del grado de desarrollo de la sociedad.

Al crear nuestro deseo pervertido (nuestra inclinación al mal) y habernos  entregado la Kabalah como contrapeso, el Creador nos permite eliminar la manifestación del egoísmo y sentir el deleite sin experimentar vergüenza.

Existen dos categorías de leyes en la Cabalá, las relativas a los otros y las relativas al Creador.  La finalidad de ambas, sin embargo, es hacernos semejantes al Creador. Ya sea que nuestras acciones sean para el Creador o para el otro no tiene mayor importancia,  puesto que no nos es posible percibir todo lo que trascienda los límites de nuestro interés personal.

Toda acción que realizamos en favor de alguien más, bien mirado, lo hacemos por interés propio.  Es absolutamente imposible llevar a cabo  una sola acción física o mental sin que la primera intención no sea sacar un mínimo de provecho personal.   A  esta ley de la naturaleza se le conoce bajo el nombre de "egoísmo absoluto".  Únicamente si cumplimos con las leyes espirituales llegaremos al amor incondicional por los otros.  Aquellos que no sigan las leyes de la Cabalá no tienen la menor oportunidad de trascender los límites del "egoísmo absoluto".

Según la Cabalá, las leyes que regulan las relaciones sociales son más importantes que aquellas que regulan la relación con el Creador.  La razón es que cuando observamos estas leyes, bajo circunstancias sociales cambiantes,  tenemos la posibilidad de corregirnos eficazmente en la dirección correcta.

Ahora podemos comprender la respuesta que dio Hillel a su discípulo: lo más importante es amar al prójimo, el resto no son más que leyes subsidiarias, incluyendo aquellas relativas a nuestra relación con el Creador.  De hecho, no podemos unirnos a Él sin haber logrado amar a nuestro prójimo.  Es por esta razón que el sabio de la antigüedad nos precisó que "amar al prójimo" era la manera más rápida y efectiva para llegar a conocer bien la Cabalá.

Traten de imaginar ahora un país con una población de varios millones de habitantes en el que cada ciudadano no aspirara sino a manifestar su amor y voluntad de ayudar sin reserva a cada uno de sus compatriotas y a satisfacer cada una de sus necesidades.  Es evidente que ni una sola persona en esta sociedad,  tendría necesidad de preocuparse por sí misma o su porvenir.   De hecho, millones de personas estarían pendientes resguardando en todo momento sus intereses.

Sin embargo, como este país dependería de sus ciudadanos,  el incumplimiento de esta obligación propiciaría un vacío en la sociedad en vista que un ciudadano se quedaría sin ayuda.  Entre mayor fuera el número de infractores de esta ley que cada miembro de la sociedad tendría la obligación de cumplir, mayor sería la violación de la ley.   Todos son responsables de unos y otros, tanto en el cumplimiento de las leyes como de su violación.

Eleazar, otro sabio de la antigüedad, el hijo de Rashbi (el Rabí Shimon Bar Yochai,  autor del Libro del Zohar) nos sorprende aún más al decir que no sólo cada país, sino que la humanidad entera, cada ser vivo, es responsable de los otros.  Eleazar estipula que todas las naciones deberán cumplir esta ley y que si lo hacen el mundo entero se corregirá.  El mundo no puede corregirse y elevarse enteramente, en tanto que cada uno no abrace esta ley general del universo.

Aclara tus objetivos.


Una vez escribió Rambán sobre la Torá Bereshít 9 "...para que decidan entre lo verdadero y lo falso, entre el bien y el mal ...

Pero ¿Qué es el bien y qué es el mal? Esta es una pregunta que no tiene respuesta hasta no definimos nuestro objetivo, pues el bien y el mal son relativos y todo queda aparentemente abierto ante nosotros. En cuanto definimos consciente o inconscientemente nuestro objetivo, el bien y el mal adquieren definición.

El bien es todo aquello que nos acerca al objetivo mientras el mal es lo que nos aleja de él. Sin embargo, aún estamos dentro del ámbito de lo relativo, ya que si el objetivo que nos propusimos no es real estaremos invirtiendo nuestro esfuerzo en vano. Asimismo, si el objetivo de un malvado es hacer daño, todo lo que lo ayude a lograrlo para él será «el bien» ya que lo acerca a «su» objetivo.

Los diferentes estratos de comprensión de la Torá, como la Halajá, el Midrásh y principalmente la Kabalá (que incluye todos los niveles anteriores) nos revelan la Sabiduría interior de la vida a través de la cual el hombre puede tomar conciencia de los verdaderos objetivos y de cómo alcanzarlos. Así superamos el ámbito caótico y de cambio constante que resulta al vivir reaccionando a nuestro sentir momentáneo. Esto sucede cuando logramos definir objetivamente dónde reside el bien y dónde el mal. De este modo surge la comprensión del objetivo del bien por el cual el Kadósh Barúj Hú manifestó la Creación, y así comenzamos a definir qué es realmente el bien y qué es el mal. 

Entonces el bien será «verdadero» y podrá acercarnos al objetivo.

Adaptacion de un Articulo del Rav Zukerwar Tzl.




20 de octubre de 2012

Misericordia hacia los demás


Un hijo del Rabí David Lelov cayó gravemente enfermo y los doctores creían que no sobreviviría. La comunidad toda, que quería mucho al niño, se reunió en la sinagoga para rezar por él, dando caridad para su recuperación. Cuando el niño mostró signos de mejoría, corrieron a darle al padre la buena nueva, pero rabí David comenzó a llorar. Al preguntarle el motivo del llanto, respondió  mejoró porque todos se reunieron y rezaron y dieron caridad por él. Pero ¿qué pasa con otros chicos? Cuando enferman, la sinagoga no está llena de gente rezando por su recuperación.

19 de octubre de 2012

Dar y bendecir

“Rabí Leví Itzjak de Berditchev emprendió un viaje para juntar fondos para el casamiento de una joven cuyo padre era una persona muy versada pero muy pobre. En su camino entró a lo del rabino de un pueblo y éste al escuchar sobre su cometido, lo bendijo para que tenga éxito en la empresa a la que estaba abocado. Entonces Rabí leví Itzjak le recordó el episodio de la lucha de Abraham para rescatar a su sobrino Lot y cuando terminó la guerra cómo fue recibido por el rey Malkitzedek que "lo convidó con pan y vino y lo bendijo" (Gen. 14, 18).
“Primero, dijo Rabí Leví Itzjak, "convidó con pan y vino" y luego "lo bendijo". Entonces, primero hay que dar y luego pronunciar bendiciones”.

27 de septiembre de 2012

Vivir en la Sucá.


La Torah ordena que cada varón debe mudarse de la habitación donde vive en su casa a una sucá por los siete días completos que dura la festividad. Durante ese tiempo, la sucá se convertirá en su lugar de residencia permanente, y la casa el temporario. Es una mitzvá hacer la sucá tan habitable como su propio hogar, por lo tanto debería traer su vajilla buena y demás artículos domésticos y extender un lindo mantel sobre la mesa.

¿Por qué se nos ordena que vivamos en una sucá en este Iom Tov?

La Torá explica (Vaikrá 23:43). "Para que sus generaciones sepan que Yo hice que los Bnei Israel habiten en sucot cuando Yo los saqué de la tierra de Egipto, Yo soy Hashem, su D-s."

¿En qué clase de sucot habitaron los judíos en el desierto?

1. Rabí Akivá explicó que los judíos se hicieron cabañas de madera portables en las que vivieron en el desierto.

2. De acuerdo con otro punto de vista, las "sucot" a las que nos referimos no son cabañas de madera sino Nubes de Gloria con las que el Todopoderoso encerraba a los Bnei Israel, protegiéndolos de los enemigos y peligros que los rodeaban y del calor del sol del desierto. Esta última opinión es la aceptada.

Por lo tanto, estamos obligados a habitar en sucot en este Iom Tov para recordar los grandes milagros que hizo el Todopoderoso en beneficio de nuestra nación en el desierto al proporcionar refugio a nuestros ancestros por medio de las Nubes de Gloria.

Rabí Akivá sostuvo que la Torá enfatiza la grandeza de la Generación del Desierto. Una gran cantidad de población de hombres, mujeres, y niños sin dudar siguieron a Moshé a una tierra de nadie, sin vegetación y habitada por víboras, escorpiones, y bestias salvajes. Ellos no vivían en habitaciones residenciales sino que tenían que construirse cabañas, y así siguieron a Moshé durante cuarenta años. Nosotros, también, estamos obligados a vivir en cabañas de madera, para aprender a adoptar una actitud de confianza total en Hashem tal como nuestros antepasados.

Parece que el Iom Tov de Sucot debería celebrarse después de Pesaj, en primavera cuando el Exodo tuvo lugar realmente.

Sin embargo, la Torá a propósito decidió que esta festividad fuera en los comienzos de la estación del frío. Si Sucot fuera en Nisán o Iar, podríamos asegurar que la familia se mudaría a la intemperie para disfrutar del buen tiempo. De la manera que es, los niños preguntarán la razón de la mitzvá.

La Kabalá enseña que la shejiná abre sus alas sobre un judío sentado en la sucá. Luego de entrar, el invitado Celestial también ingresa para compartir la residencia Divina con él. Se dijo que Rabí Hamnuna, el mayor, solía entrar a la sucá con alegría. Una vez que estaba adentro, se levantaba, caminaba hacia la entrada, y exclamaba, "Déjanos invitar a los ushpizin, los huéspedes celestiales!".

Cuando la mesa estaba servida y él ya había recitado la bendición "leshev basucá", exclamaba, "¡Siéntense, huéspedes celestiales, tomen asiento!"

Antes de comer, felizmente levantaba sus manos y anunciaba, "¡Qué dichosa es nuestra porción y qué dichosa que es la porción de todo el pueblo judío que es parte de Hashem!" Con el objeto de que los ushpizin Celestiales le estén agradecidos, un judío también debe hacer feliz a los pobres en este Iom Tov e invitarlos o donarles una buena parte de sus gastos antes de la festividad. Si mientras que invita a los huéspedes Celestiales a su sucá, no le da una porción a los pobres de la tierra, la mesa que él sirva en la sucá no es la mesa del Todopoderoso y no merece la presencia de los ushpizin.