Es en definitiva, la unión entre dos fuerzas, nuestra fuerza conjunta y la Superior. Nuestra fuerza compartida, está construida por el amor a los compañeros, en la que cada uno renuncia, trabaja con su ego elevándose por encima de él, y se conecta a esa chispa que tiene con los demás. Y entonces, nosotros, con nuestra fuerza conjunta, nos relacionamos con esa fuerza llamada, Fuerza Superior. Y nos incluimos en Ella, nos adherimos a Ella hasta que entramos en Ibur (gestación).
El individuo no puede lograr captar la intensa totalidad de esta imagen por su propia cuenta pues se encuentra confinado dentro de sí mismo y sólo percibe su pequeño mundo. Podemos hacer una comparación tomando la célula de un organismo viviente; toda su existencia se resume tan sólo a procesos primitivos de consumo y excreción, en contraste con la percepción de la vida del organismo entero. Por esta razón las condiciones son de suma importancia y deben acatarse durante el estudio, ya que de no hacerlo, todo se convierte en una memorización mecánica de términos y definiciones en lugar de la percepción y el logro. Obviamente todo logro y alcance ocurre individualmente pero sucede en la medida en que el individuo se esfuerce en integrarse al grupo y vivir para esta Meta.
Es por esto que toda investigación seria en el campo de la Kabbalah debe realizarse dentro de un grupo. Sin embargo, la persona puede, por sí sola, familiarizarse con la fase inicial.
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