20 de septiembre de 2012

Comprendiendo lo escrito en el Shulján Aruj


Lo escuché a la noche de Shabat, 4 de septiembre de 1942.

Entiendan lo que está explicado en el Shulján Aruj (Código de Leyes judío): la regla establece que uno debe representar y reflejar repetidamen­te las plegarias de los Días Terribles (días entre la festividad de Rosh Hashaná y Yom Kipur), para que cuando llegue el tiempo de la plegaria, ya esté acostumbrado y habituado a rezar.

El hecho es que la plegaria debe realizarse en el corazón. Esto es lo que se quiere decir me­diante “el trabajo en el corazón”: que el corazón acceda a lo que uno dice con la boca (de lo con­trario, es una farsa; pues su boca y su corazón se contradicen). Por ende, en el mes de Elul (último mes del calendario hebreo) uno debe acostum­brarse al gran trabajo.

Y lo más importante es que uno puede decir “escríbenos a la vida”. Esto quiere decir que cuando uno dice así, el corazón también debe acceder (para que no sea meramente una adula­ción) a coincidir con lo que su boca dice, “por­que el hombre se fija en la apariencia exterior, pero el Creador se fija en el corazón”.

De acuerdo con esto, cuando uno clama “es­críbenos a la vida”, “vida” se refiere a la adhe­sión con la vida de las vidas; y es específicamen­te por medio de esto que uno comienza a desear trabajar enteramente con el atributo de otorga­miento, y todos sus pensamientos de gratifica­ción propia sean revocados. Entonces, cuando comience a sentir lo que esté diciendo, su cora­zón podrá comenzar a temer que su oración sea aceptada; o sea, temer que su deseo esté dirigido hacia sí mismo.

Y en lo referente al beneficio propio, aparece un estado en el que parece que uno renunciara a todos los placeres del mundo, a todas las per­sonas, amigos, familia y parientes, a todas sus posesiones, y que se retirara al desierto donde no hay nada salvo bestias salvajes, pero sin nadie que lo conozca y que sepa de su existencia. Le parece como si perdiera su mundo entero de gol­pe; y siente que está perdiendo un mundo lleno de vida, y que lo cambia por una muerte que vie­ne de este mundo. Cuando percibe esta imagen, siente como si se estuviera suicidando.

A veces la Sitra Ajra le ayuda a representarse su propio estado con todos estos colores oscuros. Entonces, su cuerpo repele esta plegaria, y en tal estado su plegaria no puede ser aceptada, pues él mismo no lo desea.

Por esta razón debe haber una preparación para la oración, para sintonizarse con la misma y para que su boca y su corazón coincidan. Y el corazón puede llegar a acceder a esto mediante hábito, y así comprender que la recepción im­plica separación, y que lo más importante es la adhesión con la vida de vidas, que corresponde a la cualidad de otorgamiento.

Uno siempre debe esforzarse en el trabajo de Maljut, llamado “escritura”, considerado “tinta” y Shajarit (heb: Negrura). Esto significa que uno debe querer que su trabajo sea “Livní (heb: Blan­cura) y Shiméi”; es decir, que sólo en el tiempo de blancura se adhiere con la Torá y las Mitzvot incondicionalmente. Ya sea en blanco o en negro, siempre será lo mismo para él; y pase lo que pase siempre se adherirá a los mandamientos de la Torá y de las Mitzvot.


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