No hay nada del Otro Lado (mal) que no contenga en su
interior una chispa de la Luz Divina. Todas las cosas se penetran entre sí,
tanto las puras como las impuras, pues no puede haber pureza sino a través de
la impureza. Así, del bien puede salir el mal y de la clemencia puede salir la
crueldad. Todo esta entretejido, tanto la inclinación hacia el bien como la inclinación hacia el mal, puesto que ambas depende
la una de la otra.
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