21 de septiembre de 2012

Trabajo Espiritual de los diez días de Retorno.


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El espacio entre Rosh haShaná y Yom Kipur (inclusive) se denomina Aséret Yeméi Teshuvá - diez días de retorno. Este lapso abarca diez etapas de reflexión, diez perspectivas espirituales para que el hombre retorne a su verdadera forma de ser, a su Esencia, el altruismo.

En Rosh haShaná tomamos decisiones para el nuevo año. Cuando reconocemos los errores cometidos y nos comprometemos en no repetirlos, llegamos a Yom Kipur preparados para implementar lo que asumimos. Este proceso genera la energía que nos acompañará durante todo el año.

Diez sefirót - diez días de retorno

Las diez sefirót representan diez formas espirituales a través de las cuales se revela la energía de la vida. Cuando las recreamos concientemente comenzamos a actuar en base al Modelo Original, nuestra Esencia.

Kéter

La Kabalá nos enseña que el primer día de los Aséret Ieméi Teshuvá - diez días de retorno a nuestra Esencia, el altruismo- representa a la sefirá Kéter. Durante ese día reflexionamos sobre lo que somos y poseemos, pero principalmente de Quién lo recibimos. Nuestra vida es el resultado de la forma en que nos relacionamos con la realidad. Cuando el ser humano cambia su actitud, paulatinamente cambia su vida. El mal no posee existencia propia sino que es el resultado de nuestro comportamiento. Como el ejemplo de la electricidad: si en vez de conectar correctamente los aparatos pongo el dedo directamente sobre la corriente, en lugar de disfrutar de los beneficios de esa energía sufriré las consecuencias de mi ignorancia.

La Creación es perfecta en su totalidad, más no en sus partes aisladas. La conciencia de lo completo sólo surge cuando percibimos lo que tenemos en común, lo que nos une. Este objetivo es el único capaz de revelarnos a cada uno en particular la armonía que existe por sobre el aparente caos y a la humanidad en general la forma de cómo alcanzar su completitud.

Jojmá

El segundo día representa a la sefirá Jojmá. Nuestro esfuerzo se dirige a planificar cómo alcanzar la voluntad necesaria para concretizar el objetivo que captamos en Kéter, implementando lo que nos une hasta diluir las diferencias. Ello se logra, como lo hicieron nuestros Sabios, a través del esfuerzo en el estudio de los principios superiores, Torá, y la práctica de actos de bien, mitzvót.

Biná

El tercer día representa a la sefirá Biná y consiste en definir la forma de cómo alcanzar el objetivo acorde a nuestro potencial. En la concepción judía cada individuo, así como cada nación, fue creado con un potencial y sólo cuando logra encauzarlo en pro del bien colectivo se eleva a la categoría de universal. El hombre comienza a realizarse espiritualmente cuando colabora con el gran cuerpo de la humanidad desde su individualidad, a partir de lo que es. Nadie puede ser lo que no es ni actuar en contra de su naturaleza. Anular la individualidad es anular lo original con que fue dotado cada individuo para contribuir y participar en el logro del bien universal. Tal es así que cuando el hombre no encuentra su función, lo que tiene para dar de sí, expresa su individualidad en forma egoísta. Lo que debemos anular es el egoísmo, nuestra falsa individualidad, dando lugar a nuestra verdadera individualidad, el altruismo, nuestra potencialidad de dar en forma positiva.

Jésed

En el cuarto día de los Aséret Ieméi Teshuvá -diez días de retorno a nuestra Esencia, el altruismo- reflexionamos sobre Jésed, que señala el logro de la bondad a través de las mitzvót del hombre para con su prójimo y de la intención correcta en todo nuestro trabajo espiritual para que el objetivo no se vea empañado por el egoísmo.

Guevurá

El quinto día Guevurá designa la fuerza que generamos para sobreponernos a las dificultades e inseguridades que nos afectan cuando nos falta motivación.

Tiféret

El sexto día, Tiféret, representa la armonía entre Jésed y Guevurá con la cual debemos motivarnos y motivar a todos a retornar a lo esencial, al altruismo. Esa energía armónica debe expandirse influenciando a más y más individuos hasta transformarse en norma, en nuestra conducta, en nuestro modo de ser.

Nétzaj

En el séptimo día Nétzaj nos señala lo eterno, aquello que finalmente se va a revelar. Quien realiza un acto de bondad absoluta, o sea totalmente altruista, sin el mínimo deseo de recibir revela lo infinito en este mundo finito. Nuestro mundo es limitado, posee principio y fin y cuando revelamos el altruismo manifestamos algo que no pertenece totalmente a este mundo, así nos proyectamos elevando al mundo a un plano de eternidad.

Hod

El octavo día, la sefirá Hod implica un reconocimiento, el saber agradecer a Quien nos dio la fuerza para llegar hasta aquí y nos dará la que aún no alcanzamos para poder continuar y concretar finalmente nuestro objetivo.

Yesód

En el noveno día de los Aséret Ieméi Teshuvá se manifiesta el potencial de Iesód, el fundamento que fija las bases para que el proyecto se implemente y nada ni nadie lo desvíe de su meta.

Maljút

Finalmente llegamos a Maljút, el día mismo de Kipur. Dice el profeta Zejariá "En ese día El y Su nombre serán Uno". En Yom Kipur, si realizamos el discernimiento correcto, con voluntad, pensamiento, emoción y acciones que armonicen con los principios superiores, integramos nuestro proyecto a Su Proyecto y comenzamos a ser en El.

Rosh haShaná señala el objetivo de la creación del hombre. Yom Kipur, la forma de alcanzarlo. El objetivo es recibir la plenitud absoluta y la forma de alcanzarlo el altruismo. Parecería contradictorio ya que si el objetivo es recibir, el altruismo es todo lo contrario. Sin embargo no es así ya que cuando todos damos todos recibimos. En cambio si somos egoístas finalmente nadie recibe. El altruismo es la energía del Uno, la única capaz de transformar lo que parece opuesto en complementario.

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