Se
nos ordenó habitar en la Sucá
durante siete días. La Sucá
es una construcción con paredes firmes con un techo precario formado por cañas,
mimbre, madera o cualquier elemento vegetal no comestible cortado de su lugar
de crecimiento. Recuerda la milagrosa travesía del pueblo de Israel por el
desierto inhóspito confiando al Todopoderoso su manutención y la de su familia.
Refleja, al mismo tiempo, la condición pasajera de la vida en este mundo y por
ende, obliga al hombre a reflexionar acerca de la razón de su existencia y le
recomienda no vivir con falsas ilusiones basadas en lo material.
A
quien está en posición holgada, la
Sucá le enseña a no confiar en sus bienes materiales ni
permitir que éstos lo alejen de D"s. A quien está en un mal trance, la Sucá le recuerda que en su
momento, cuando carecíamos de todo, D"s nos mantuvo aun en el desierto y
que nunca hay que desesperar.
Al
pueblo de Israel en general, la
Sucá lo apoya en su camino del Galut (destierro) y le
rememora su recorrido por donde fue evidente la protección Divina, haciéndole
saber que si sobrevive a todas las naciones que lo persiguen es porque D"s
le encomendó una misión de enseñanza al mundo. Aun cuando fuese tentador
sentirnos ciudadanos fijos en el seno de otra nación, le ordena salir a la Sucá y saber que en todos los
países nuestra estadía es transitoria.
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